Publicado por Maria Eugenia Carvalho
Los años finales de Paramahansa Yogananda fueron pasados mayormente en reclusión, así, trabajó intensamente para completar sus escritos – incluyendo sus voluminosos comentarios sobre el Bhagavad Gita y las enseñanzas de Jesús el Cristo en sus cuatro Evangelios, y revisiones de anteriores trabajos tales como “Susurros de Eternidad” y las “Lecciones de Self-Realization Fellowship”. También trabajó extensamente con Sri Daya Mata, Mrinalini Mata, y otros pocos de sus discípulos más cercanos, impartiendo la guía espiritual y organizacional que los capacitaría para continuar su trabajo de alcance mundial después que Él se hubiera ido.
“Mi cuerpo pasará pero mi trabajo seguirá. Y mi espíritu vivirá. Aún cuando yo haya sido llevado, trabajaré con todos ustedes para la liberación del mundo con el mensaje de Dios.”
El 7 de Marzo de 1952, el Gran Guru entró en Mahasamadhi, la salida consciente del cuerpo de un Maestro Iluminado, a la hora de la muerte. Sólo había terminado de dar un corto discurso en un banquete en honor del Embajador de la India en Estados Unidos, el Dr. Binay R. Sen, en el Biltmore Hotel en Los Angeles.
Su paso fue marcado por un fenómeno extraordinario. Una declaración notariada, firmada por el Director del “Forest Lawn Memorial Park” testificó: “Ninguna desintegración física era visible en su cuerpo, aún veinte días después de muerto....Este estado de perfecta preservación del cuerpo no tiene paralelo con todo lo que conocemos en los anales mortuorios. ....El cuerpo de Yogananda estaba aparentemente en un fenomenal estado de inmutabilidad... *
En años pasados, Swami Sri Yukteswar, guru de Paramahansa Yogananda, se había referido a Él como una “Encarnación del Amor Divino. Más tarde, su discípulo y primer sucesor espiritual, Rajarsi Janakananda, apropiadamente le confirió el título de Premavatar o “Encarnación del Amor Divino.”
Con ocasión del veinticinco aniversario del Paso de Paramahansa Yogananda, el Gobierno de la India le otorgó un reconocimiento formal por sus trascendentes contribuciones a la elevación espiritual de la humanidad. Se imprimió en su honor una especial estampilla conmemorativa, junto con un tributo que en parte, dice:
“El Ideal de Amor a Dios y servicio a la humanidad encontraron plena expresión en la vida de Paramahansa Yogananda....Aunque la mayor parte de su vida fue pasada fuera de la India, Aún toma su lugar entre nuestros grandes santos. Su trabajo continúa en crecimiento y resplandece aún con más brillo, atrayendo a la gente por todas partes al camino del peregrinaje del Espíritu.”
Cual la inmóvil llama de una lámpara
al resguardo del viento,
así refulge y se eleva hacia el cielo la mente del yogui,
protegida de las tormentas de los sentidos.
Cuando, plácida, la mente cavila,
en santa recolección;
cuando el ser contempla al Ser y halla en sí sosiego;
cuando el Gozo sin nombre
que trasciende los sentidos
se revela al alma—al alma sola—
y, conociéndolo, la fidelidad a la verdad suprema ya no vacila;
cuando, aferrándose a aquello
como a un tesoro incomparable,
y, refugiándose en ello,
se vuelve el ser imperturbable
e inconmovible, incluso ante la aflicción más terrible:
el estado así alcanzado llámase “paz”;
Yoga se llama ese gozoso desapego;
¡y es un yogui perfecto aquél que lo experimenta!
(Bhagavad Gita IV: 19-23, de la traducción, al inglés, de Sir Edwin Arnold)
“El Yogi es más grande que los ascetas que disciplinan su cuerpo; más grande aún que los que siguen el Sendero de la Sabiduría (Jnana Yoga) o que el Sendero de Acción (Karma Yoga); sé tú, ¡oh, discípulo Arjuna, un Yogi!”( Bhagavad Gita, VI-46.)
OCÉANO DE BIENAVENTURANZA – NI NAZCO NI MUERO
Ni nacimiento ni muerte, ni casta tengo yo.
Padre, Madre, no tengo ninguno.
Yo soy Él, Yo soy Él; Espíritu Bienaventurado, Yo soy Él.
Mente, ni intelecto, ni ego, ni sentimiento.
Cielo, ni tierra ni metales soy yo.
Yo soy Él, Yo soy Él; Espíritu Bienaventurado, Yo soy Él.
Paramahansa Yogananda: "Cosmic Chants
FUENTE: http://centroculturaldelaindia.ning.com/
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