Photobucket

¨Donde quieras que vayas, no importa, donde vayas cumple siempre con tu deber…y sabe que yo siempre estaré allí, dentro de ti guiándote en cada paso del camino.
En los años por venir me experimentarán en muchas manifestaciones diferentes de mi forma.
Tú eres yo mismo, más que amado para mí.
Te protegeré como los parpados protegen a los ojos. Tú ya me tienes, así como yo te tengo a ti. Nunca te abandonaré y tú nunca podrás abandonarme.
De ahora en adelante, no desees ni anheles nada desempeña tu deber con un amor invariable, viendo a todos como a Dios.
Sé paciente a su debido tiempo, todo te será dado.
Sé Feliz, no hay necesidad de preocuparse por nada sea lo que fuere que se experimente, sea lo que fuera que suceda, sabe que este avatar así lo quiso.
No existe poder en el mundo que pueda demorar ni por un instante la misión para la cual este avatar ha venido.
Todos Ustedes son almas sagradas y tienen asignado el papel que habrán de desempeñar en el drama de La Nueva Edad de Oro que vendrá…¨.



"BHAGAVAN SRI SATHYA SAI BABA" .



viernes, 30 de enero de 2009

LA PAZ SUPREMA

HOY AL CONMEMORARSE UN AÑO MAS DE LA TRÁGICA MUERTE DE QUIEN ES UN SÍMBOLO DE LA PAZ MUNDIAL, QUIERO RECORDARLO CON UNA PINTURA DEL AMIGO FERDY PACHECO Y OTRA PINTURA DEL FAMOSO PINTOR RUSO NICHOLAS ROERICH, PINTANDO LA BANDERA DE LA PAZ QUE LE FUERA OTORGADA EN SHAMBALAH POR LOS MAESTROS DE LUZ COMO SÍMBOLO DE PAZ PARA TODA LA HUMANIDAD...



TAMBIEN AQUÍ LES DEJO DEL LIBRO "LA PAZ SUPREMA" PAG.22, ESTA HERMOSA REFLECCIÓN DE SWAMI SOBRE "LA PAZ" (SHANTHI)
Para una vida llena de Shanti es necesario cumplir las promesas sin olvidarlas, ser corteses, tener buena educación y ser imparciales en los acuerdos. Se debe estar sumergido en el océano de devoción tan inconmovible como los Himalayas. Por ello, exterminen del jardín de sucorazón los arbustos espinosos de la codicia, la ira, los celos y el egoísmo; el malvado engendro del "yo" y "lo mío" arránquenlo de raíz tan pronto como vuelva a retoñar. Estas disciplinas son para obtener Shanti.
Primero tienen que convencerse de que ustedes son el Alma Universal e Inmortal; esta certeza hará más fácil todo el sendero espiritual. Si, encambio, se apasionan por la ilusión de ser el cuerpo, los sentidos, o solamente el ser individual, cualquier práctica espiritual que realicen será una fruta verde podrida que no creció ni maduró en el dulce fruto de la Paz ni aún en el transcurso de muchas vidas. Para experimentar que son la encarnación de la Paz deben comenzar por tener fe en ello ustedes mismos. Renuncien a la teoría de que ustedes son el cuerpo o los sentidos y esto los conducirá a la renunciación de los impulsos e instintos; cuando éstos desaparecen, ustedes adquieren autodominio y obtienen Shanti.
Shanti también puede ser definida como el verdadero amor al Señor, a la verdad y a la virtud; es por esto que hace posible la realización del Señor, y de ahí que su única meta sea El, Dios. Adhiéranse firmemente al deseo de realizarlo en esta misma vida; manténganse inmunes a la lujuria y a la codicia, al placer y al dolor, a la alabanza y a la burla; a todos los pares de opuestos en general. Esta fortaleza es la que conduce a la Liberación.
Convénzanse de que el propósito del nacimiento humano es alcanzar al Señor por medio de la adoración; de que toda experiencia, conocimiento y acción tienen ese único fin. Lo que comemos y oímos debe serle dedicado, el nombre del Señor es como una montaña de azúcar; acérquense a ella, ténganle fe, pruébenla por todos lados y experimenten la Bienaventuranza; el mejor devoto es el que está permanentemente embebido en esta Ananda (Bienaventuranza).
Hay devotos que viven al lado de la montaña, disfrutando por cierto tiempo de la Bienaventuranza de tener siempre en la mente el Nombre del Señor; mientras que en otros momentos experimentan los objetos del mundo; estos devotos pertenecen a la clase media. Algunos, entre el resto, dedican una cuarta parte de su tiempo al Señor y las otras tres al mundo; ésta es la clase más baja de devotos. Además, hay otros que toman refugio al pie de la montaña(el Nombre del Señor) cuando les llegan calamidades, pero que se alejan de ella tan pronto termina la crisis. De las cuatro clases de devotos la mejor es la de quienes se adhieren firmemente al camino y disfrutan de la Bienaventuranza a lo largo de toda su vida. La Paz es la mejor compañía para seguir este sendero; con esta ayuda pueden hacer sagrada su propia vida y cumplir el propósito fijado para ella.
Sin embargo, tenemos que aclarar un punto con más cuidado. Cuando el cuerpo sufre de fiebre o cuando la mente está distraída en alguna cosa, no se percibe el sabor de lo que se come. De la misma manera, cuando se pronuncia el Nombre del Señor y el corazón está manchado por la ignorancia o si la mente está distraída, no se es consciente de la dulzura del Nombre Divino. Tan pronto como se colocan un trocito de azúcar en la lengua, pueden saborear su dulzura; igualmente, tan pronto como el corazón tiene Devoción, Paz y Amor, surge Ananda.
Si, en cambio, los amargos defectos de la lujuria, la ira y la envidiacrecen en el corazón, la cosecha será el miedo, la ansiedad y la pereza. Deben haber notado cómo la grulla camina silenciosamente y se para inmóvil en el agua para atrapar a un pez; si zambullera toda la cabeza o chapoteara torpemente, ¿podría atrapar al pez? De igual manera nunca se podrá alcanzar al Señor en forma de Verdad, Rectitud, Paz y Amor si el alboroto de la lujuria, la cólera y el egoísmo domina el corazón.
La Bienaventuranza que trasciende toda felicidad mundana se alcanza si se practica una simple disciplina espiritual, que puede ser el recordar constantemente el Nombre del Señor, y como consecuencia de ello se obtiene Shanti. Por medio de la repetición del Nombre del Señor se superan las tendencias perjudiciales de la naturaleza inferior del hombre. Sepan ustedes que el Absoluto Universal es la meta del hombre; así pues, controlen que la mente no se distraiga de este objetivo, que está en la esencia de todos los Sastras; o sea que en la práctica de tal disciplina se practican todos los Sastras.
Piensen que los kauravas disfrutaban de las buenas consecuencias de las acciones que habían hecho en otras vidas; pero mientras hacían esto,ejecutaban malas acciones. Por otro lado, los pandavas sufrían las consecuencias de las malas acciones hechas en vidas pasadas, mientras en ésta hacían buenas acciones. Esta es la diferencia entre los sabios y los ignorantes. Así, cuando sufran calamidades, sepan que son una consecuencia de sus propias acciones en vidas anteriores, jamás culpen ni reclamen a Dios, no le tengan "rencor" ni presten atención al problema o tormento como tal, ocúpense en el servicio a los demás o en otras acciones meritorias; continúen confiando en el Nombre del Señor como un soporte:eso es actuar a la manera de los pandavas, es decir, de los sabios. Ahora bien, para fortalecer esta actitud, Shanti es de gran ayuda. Por otra parte, al complacerse en la felicidad nacida de las buenas consecuenciasde las acciones no se sientan tentados a cometer malas acciones.
Deberán esforzarse por efectuar aún más actos meritorios; sólo entonces podrán hacer su vida más pura y alcanzar la presencia divina: ésta es la lucha que corresponde al carácter más elevado. Establézcanse en la Paz através de ese carácter y alcanzarán la Liberación; es éste el secreto de una vida plena, el deber de todo individuo.
¿Qué es exactamente la Liberación? Es el equilibrio o la paz que se obtiene mediante la limpieza del hombre interno; es el ejercicio de negarlas impresiones que uno recibe a través de la vista, el oído, la lectura,el aprendizaje, la acción y el logro de cosas.


OM SAI RAM


Blogalaxia Tags:

martes, 27 de enero de 2009

FALSA ALARMA SOBRE EL SECUESTRO DE SAI BABA


Organización Sri Sathya Sai Baba de Argentina
Mensaje de la Organización Internacional


OM SRI SAI RAM


Queridos devotos:

Ha aparecido un Shiva Sathya Sai Baba en Facebook, quien está publicando información falsa sobre Bhagavan.
En dicho espacio dice que Sathya Sai Baba está secuestrado por terroristas Islámicos y están recolectando fondos para Su rescate.
Tienen a más de 500 personas inscriptas para asistir.
Por favor difundir en los centros y grupos Sai que esta información es completamente falsa y que los devotos deberían siempre consultar con alguna autoridad de la Organizacion Sai antes de dar credibilidad o forward a este tipo de comunicación.

Sai love, John Behner y Dalton Amorim

Area de Difusión - Consejo Central Organización Sri Sathya Sai Baba de Argentina

lunes, 26 de enero de 2009

SAI BABA Y EL DR. WAYNE DYER


AGRADESCO A MI AMIGA DHARMARÍA QUE ME ENVIÓ ESTE HERMOSO ARTÍCULO, EL CUAL ME PARECIÓ MUY INTERESANTE DARLO A DIFUSIÓN, PRESENTADO POR RAVI NARASIMHAN ENVIADO POR NELLY GIRIBALDI TRADUCIDO POR HERTA PFEIFER SANTIAGO, ENERO 2009.


Artículo aparecido en el
Sitio-Web de Sai de Las Vegas – USA

El Dr. Wayne Dyer es un prominente autor de éxitos de venta estadounidense y conferencista internacionalmenre reconocido. Fue entrevistado recientemente para un programa de noticias por TV en Cleveland, Ohio. En el curso de esa entrevista surgió el nombre de Swami y, tan pronto fuera mencionado Sai Baba, al doctor se le llenaron los ojos de lágrimas. El Dr. Dyer nunca a visto a Swami en persona, pero dice que conoce bien a Baba, porque ha aparecido a menudo en sus sueños.
¿Cómo es que Swami esté bendiciendo al Dr Dyer al aparecer regularmente en sus sueños? Ello se debe a que es una persona intensamente espiritual. Aparece a menudo en la Televisión Pública de los Estados Unidos y es considerado como uno de los más inspirados disertadores en el campo del crecimiento espiritual y el desarrollo personal. Ha escrito 25 libros a lo largo de los últimos 30 años, muchos de los cuales han sido éxitos de venta en todo el mundo.
El Dr. Dyer aprendió la importante lección de la confianza en sí mismo. Se ve a sí mismo como el Alma Eterna que está disfrazada como un autor, un disertador, un padre, un marido y un millar de cosas más. Obviamente toma en serio su Advaita.
Parte de la popularidad de Dyer se debe a la inclusión de muchas citas de Swami en sus libros y presentaciones. Una de sus observaciones demuestra su cercanía a las Enseñanzas de Sai Baba : Irradien amor y armonía, lleven su cuerpo en un sitio tranquilo, aquieten su mente, y entonces permitan que el universo actúe de la manera perfecta que él conoce.
En sus charlas públicas alrededor del mundo, el Dr. Dyer menciona invariablemente el nombre de Sai Baba. No estoy seguro del por qué Él viene a mí –dice– simplemente comenzó a suceder varios años atrás. Se trata de un Ser que vive a nivel Conciencia de Dios, quien tiene, como la tenía Jesús, la habilidad de manifestar a voluntad lo que quiera (como Jesús que multiplicara los peces y panes). Todos nosotros tenemos esta habilidad, mas hay una línea temporal entre lo que pensamos y lo que hacemos.
En una reciente entrevista por TV, Dyer exclamó, 'Incluso mientras está usted hablando (acerca de Sai Baba) me emociono. Casi podría ponerme a llorar ahora mismo. No son lágrimas de tristeza; no es como sentirme herido en modo alguno. Es simplemente una sensación de dicha, de paz. ¿Puede imaginar lo que se siente bajo una ducha tibia, cuando se ha estado expuesto al frío afuera? Esto es como sentir una ducha tibia dentro de uno.'
Es como una energía que sube y baja por la columna vertebral de uno y le pone 'carne de gallina'. Es simple bienaventuranza. Eso es lo que es y lo que siento.
Cuando se le preguntó por qué otros no tienen un tal acceso a las múltiples facetas de Sai Baba, Dyer respondió todos tienen acceso, mas no lo quieren. Agrega, 'Es simplemente que creen que no lo tienen. Incluso su misma pregunta (al respecto) muestra una resistencia subyacente. Usted sabe del concepto que si uno cree que carece de algo, entonces no lo tiene.'
Dyer dice que esta es la manera en que la gente crea una resistencia a lo que desean. Si se usan frases como ' el peor escenario', uno no podrá tener 'el mejor escenario'. Saben, "Según lo que piense un hombre, así será". Esto se basa una la simple metafísica. Cambien su estilo de ver las cosas y cambiarán las cosas que ven.
A menudo en sus charlas y frecuentemente en sus escritos, Dyer enseña acerca del no-apego. Acerca de que algún dia visite a Sai Baba en la India, dice, 'No estoy apegado en absoluto a esta posibilidad. Honestamente, no lo estoy. No albergo ilusión alguna que si Él fuera a entrar, en este momento, a esta habitación, eso fuera a ser diferente en algo de esta experiencia de estar hablando sobre Él.' Dyer agrega, eso se debe a que estoy sintiendo ahora la presencia de Sai Baba en esta habitación. Es igualmente potente.
Dyer dice, Tengo un muy fuerte conocimiento interno acerca de mi conexión con la Fuente (Dios) y Sai Baba es alguien que vive a este nivel de Conciencia de Dios.
En el libro "Poder vs. Fuerza" (Power vs. Force) de David Hawkins, él habla de un puñado de gente que vive a este nivel de Realización de Dios. Dice que son constantes en su abstención de pensamientos perjudiciales, que no excluyen a nadie e incluyen a todos, y Baba es uno de esos seres que cuenta como uno de esos excepcionales niveles espirituales máximos, iguales a la Fuente. Él es la Energía Original. Vive en la Energía Original. Es Dios. Todos nosotros somos trozos de Dios, y Él está allí todo el tiempo.
El último libro escrito por Dyer, "El poder de la Intención" (The Power of Intention), describe la fuerza que aporta el ego a una vida individual y como ésta interactúa con el temor. Cuando se logra sacar al ego del camino, dice, cuando uno simplemente permite que la vida sea, y si uno supiera quien ha caminado a su lado todo el tiempo por esta senda, uno no sabría del temor. Dyer continúa : 'Una de las citas de Swami Paramananda que me gusta es que cuando uno alcanza la realización de Dios, nada puede andar mal. Todo lo que deben hacer es vivir en el nivel del que estoy hablando, y no necesitarán andar practicándolo ni preocupándose; simplemente tienen que aspirar por una energía vibracional superior en cualquier momento, lo que significa mantener la conexión con la Fuente. Una de las grandes preguntas que hay que hacerse es, ¿Tendría Dios este pensamiento? y entonces recordarse uno mismo que es Dios, que es un trozo de Dios.'
Dyer dice que, por definición, todo lo que excluya no puede ser espiritual. Y agrega que casi todas las religiones excluyen. Esta es una de las ideas que hacen a este famoso autor tan popular entre quienes le conocen. Su vida está dedicada a la inclusión. Esta es una de las razones por las que habla tan vehementemente acerca de Sai Baba. Sabe que Sai Baba es todo-incluyente. Si el Dr. Wayne Dyer se mostrara en contra de algo, esto sería la exclusión.

domingo, 25 de enero de 2009

DISCURSO DE MAKARA SANKRANTHI (14/01/09)


Divino Discurso
de
Bhagavan Sri Sathya Sai Baba
En ocasión de Makara Sankranthi
Prasanthi Nilayam - 14 de enero de 2009

El dinero llega y se va, mas la moralidad llega y crece
Bharat es la madre patria de muchas almas noblesque ganaron gran nombre y fama en todos los continentes del mundo.Esta es la tierra de un pueblo valeroso que venció a gobernantes extranjeros
en el campo de batalla y alcanzo la independencia.Esta es la tierra que sobresalió en música, literatura, y otras bellas artes.Habiendo nacido en esta gran tierra de Bharat, ¡oh muchachos y muchachas!Es su deber sagrado proteger su rico patrimonio cultural.
(Canto poético)

¡Queridos Estudiantes!
¡Estén preparados para defender el honor y la gloria de este país de Bharat! Estén seguros de salir victoriosos en este esfuerzo.
Hoy en día, las personas son capaces de lograr grandes progresos en el campo secular y científico, pero no están dispuestos a avanzar el campo de la espiritualidad. Uno tiene que progresar en la espiritualidad más que en otros campos. Las personas solían darle gran importancia al progreso del ámbito espiritual en la antigüedad. De hecho, este solía ser el objetivo de sus vidas. Sin embargo, hay una declinación en la visión espiritual de la gente en los últimos tiempos.
En estos días se hace mucho esfuerzo para lograr progresos en materia secular, física, y mundana. Cualquiera sean los logros alcanzados en estas áreas, son solo temporales y transitorios; No son permanentes. Mientras las personas son capaces de lograr gigantescos avances en el área secular en todo el mundo, hay una declinación en la importancia que se le da al progreso espiritual y moral. Esta tendencia contrasta fuertemente con la cultura de Bharat de los tiempos antiguos.

Esta tierra de Bharat ha dado nacimiento a muchas nobles mujeres comoSavitri, que trajo a su difunto marido de vuelta a la vida;Chandramati, que extinguió el salvaje fuego con el poder de la verdad;Sita, que probó su castidad al salir ilesa de las brazas del fuego yDamayanti, que redujo a cenizas a un malvado con el poder de su castidad.Esta tierra de piedad y nobleza alcanzó prosperidad y abundancia y llego a ser la maestra de todas las naciones del mundo debido a tales mujeres de castidad.
(Canto Poético)

Savitri, una gran mujer de castidad, trajo a su difunto marido de vuelta a la vida por el poder de su castidad. Tales mujeres dieron gran nombre y fama a la tierra de Bharat. ¿Pueden encontrar algún paralelo de ellas en otro lugar de este mundo? Sin duda, que quien nace debe morir, pero ¿hay una mujer en algún país del mundo que pueda traer a su difunto marido de vuelta a la vida, que no sea en Bharat? El mundo entero esta cayendo a un profundo abismo debido al su desvío del camino recto, la falta de carácter, y el mal comportamiento.
Una vez Arjuna le narraba al Rey Dharmaraja unos extraños incidentes que observó mientras viajaba a través del reino. Un agricultor le dijo a Arjuna, "Swami! Ayer deje mis herramientas en el campo después del arado, ya que, estaba oscureciendo. Hoy cuando fui al campo a tomar mis herramientas, ellas no se encontraban allí."
En otra ocasión, el noto que algunas señoras cerraban sus casas al salir. En respuesta a las preguntas, ellas decían "Swami! Cuando queremos salir a realizar algunas labores, si no cerramos nuestras casas nuestras pertenencias no están seguras."
Esta fue una noticia impresionante para Arjuna, ya que las casas del reino no solían estar cerradas en esos días, a diferencia de estos tiempos, y la gente era capaz de desplazarse con mucha libertad sin ninguna preocupación. Después, cuando el mismo Rey Dharmaraja fue a dar un paseo, vio una dama hablando con un hombre parada en la mitad de la calle. Ese tipo de comportamiento estaba en contra de las costumbres que prevalecían en el país.
Dharmaraja se sorprendió con estos acontecimientos y sintió que la era de Kali había comenzado. Por lo tanto decidió que era tiempo que los Pandavas se retiraran a su morada celestial. Hombres y mujeres que participaran de una conversación a la vista de todos en público era un tabú en esos días.
Bharat es una tierra donde se cultivan pensamientos y sentimientos nobles y rectos desde la infancia. De hecho, Bharat es la maestra espiritual para el mundo entero. Incluso ahora, encontraran que los Bharatiyas no van por mal camino en su comportamiento, como esta sucediendo en muchos otros países en el mundo. Son decentes y corteses en su proceder, al menos en público. Incluso un hijo adulto no se atreve a hablarle a su madre parado en frente de ella.
En los primeros días de la Avataridad de Swami, el Rey de Venkatagiri acostumbraba visitar Puttaparthi. El solía llevar a su flamante heredero y su otro hijo con sigo. Antes de partir, los hijos siempre tomaban las bendiciones de su madre, quien se sentaba detrás de un telón y estiraba sus pies para que sus niños le ofrecieran sus respetos. Tales eran sus nobles sentimientos y su carácter ejemplar.
Hoy en día, ustedes encuentran a los muchachos y muchachas desplazándose regularmente juntos en lugares públicos. Si alguien les pregunta, dicen que tal y tal son sus compadres. Tales actos en los días de antaño eran considerados como altamente impropios. De hecho, el termino "compadre" es una mala expresión. No utilicen la palabra "compadre". Digan, "compañero de estudios de la clase".
Las reglas de conducta en los tiempos antiguos eran muy estrictas. La situación ha cambiado ahora. Los muchachos y muchachas visitan la casa del otro sin ninguna inhibición y se quedan a cenar juntos. Esto es de lo mas impropio. Antes de hacer tales cosas, uno debe preguntarse, "Yo soy un ser humano, un animal o una bestia?" Los animales tienen cualidades animales, pero ustedes son seres humanos. Por lo tanto, ustedes deben poseer cualidades humanas. Dicen que son seres humanos. Entonces deben preguntarse, "¿Poseo cualidades humanas?"
¿Cuales son estas cualidades humanas? Nunca dañar a nadie. No hablar palabras duras contra ningún individuo. Tener compasión y disposición caritativa. Solo tales personas pueden ser nombradas como seres humanos.
Satya (verdad), dharma (acción correcta), śanti (paz), prema (amor) y ahimsa (no violencia) son las cinco cualidades que un ser humano debe poseer. Dándole el “adiós” a satya y a dharma, las gentes oran por la Paz (śanti) ¿Es eso posible? ¿Puede alguien tener Paz afuera? La Paz es un estado de la mente que esta muy dentro de uno mismo. Esta emana desde nuestro corazón. Ahora las personas están buscando la Paz en el mundo externo.
Existe una reacción, resonancia, y reflejo para todo en el mundo. Solo cuando desarrollas la cualidad del odio en ti, puedes ver el odio en otros. Aun cuando no se te cause ningún daño, tú puedes sentir el dolor de los demás. Sea lo que sea que le hagas a los demás, seguramente tú experimentaras el consecuencia de esa acción. Todo lo que escuches o experimentes es debido a la reacción, reflejo, y resonancia de tus propias acciones y sentimientos. Los demás no son responsables por eso.
Ustedes olvidan esta simple verdad y se lamentan, "este y ese me están acusando; tal y tal me causan dolor; aquel y aquel me hacen daño," etc. Nadie es responsable por ninguna de tus buena o malas acciones. Tampoco es obra de Dios. Dios es nirgunam, niranjanam, sanathana niketanam, nitya, shuddha, buddha, mukta, nirmala svarupinam (sin-atributos, sin-mancha, la morada eterna, eterno, puro, iluminado, liberado, y la encarnación de lo sagrado).
Si ustedes van a pelear con otros tratando de lastimarles. Entonces ¡ustedes no son seres humanos del todo! Ayuda a otros siempre, nunca hieras a nadie. "Ayuda siempre, nunca hieras." Se dice, Paropakara punyaya, papaya parapîdanam (uno alcanza meritos por el servicio a otros y comete pecado por lastimares), Sarva jiva namaskaram Kesavam pratigachchhati (a quien saludamos, se convierte en Dios), y Sarva jiva tiraskaram Kesavam pratigachchhati (a quien criticas, se convierte en Dios).
Piensas que estas acusando a alguien o burlándote de alguien. Esto solo es ilusión. Todo es tu ilusión. De hecho, tu te estas acusando a ti mismo y burlándote de ti mismo en el transcurso de tal acción. Todo es reacción, reflejo, y resonancia. Ustedes mismos son responsables por lo bueno y lo malo. Si quieren disfrutar de o bueno en la vida, hagan lo bueno con los demás en primer lugar.
Hoy en día la educación es información orientada. Es conocimiento de los textos. Esta no es la verdadera educación. Este no es el tipo de educación que deben seguir. Deben seguir "Educare".
Educare se manifiesta en el propio corazón. La educación se relaciona con la recopilación de información mediante la lectura de algunos libros y de almacenarles en su cerebro. Memorizan todo tipo de conocimiento, lo reproducen en sus exámenes y adquieren grados. A esto le llaman ustedes educación. Esta no es la verdadera educación.
Deben seguir su voz interna. Esta el la verdadera educación. En los resientes días deportivos, planificaron muchos juegos, desplegaron hermosas habilidades gimnásticas, y cantaron muchísimas canciones. Todas estas actividades están relacionadas con el cuerpo, las cuales son el resultado de sus karmas pasados (acciones pasadas). Sin embargo, no deben depositar absoluta confianza en el cuerpo físico. El cuerpo se ha dado para el desempeño de su deber como un ser humano. No hagan un mal uso de su cuerpo.
Es responsabilidad de los profesores, administradores, los directores, decanos, y rectores enseñar a los estudiantes el valor y el propósito del nacimiento humano.
Deben es seguir a su conciencia. Su conciencia les ayudara a manifestar nobles cualidades. Pero ustedes no le prestan oído a la voz de su conciencia y van en contra de los valores humanos. Por lo tanto, nunca deben ignorar su conciencia. Su conciencia es su más valiosa propiedad.
No necesitan hacer japa (repetición del nombre de Dios), tapa (penitencias, austeridades severas), dhyana (meditación), o yoga. Lograran muchos progresos en su práctica espiritual (sadhana) si solo escucharan a su voz interna. Lo que provenga de la profundidad de su corazón será bueno para ustedes. Lo que baya en contra de los dictados de su conciencia es mundano, mientras que la voz interior o conciencia es espiritual. "Ayuda siempre, nunca hieras" es el principio cardinal de la espiritualidad. Quien sigue la voz interior siempre estará a salvo. Nunca vayan en contra de la voz interior. Esa es la verdadera espiritualidad.
La espiritualidad no significa solo conformarse con la adoración y la meditación. Estas prácticas han degenerado en muchas actividades indeseables en estos días. Los principios subyacentes y el propósito de estas sadhanas están totalmente olvidadas.
Se dice, Manasyekam vachasyekam, karmanyekam mahatmanam (Aquel cuyos pensamientos palabras y acciones están en perfecta armonía es una alma grande). ¡A menos que haya acuerdo perfecto entre sus pensamientos, palabras y acciones, no eres un ser humano en absoluto!
Vienen muy enojados en contra de alguien y le abofetean. Pero piensen por un momento; Es un gran pecado herir a otros. Al realizar esto, estás perjudicando no a tu enemigo, sino que a Dios, ¡ciertamente! Todos son Divinos. Por lo tanto, no dañen a nadie. Es normal ayudar a quienes te ayudan, pero deberían ser capaces de ayudar a quienes les hacen daño.

No hay gracia en ayudar a aquellos que te ayudan.Un mahatma es aquel que ayuda a quienes le hacen daño.
(Canto Poético)

Es solo Sai en este mundo quien ayuda incluso a quienes tratan de herirle, ignorando sus faltas. Nunca le he dado importancia al daño que se Me ha hecho por otros. Siempre debemos ser calmos, serenos, y pacíficos bajo cualquier circunstancia. Solo si mantienes la cualidad de la Paz, podrás lograr cualquier cosa en la vida. Donde quiera que vean en el mundo externo, habrá solo fragmentos y fragmentos! No hieran los sentimientos de otros, pase lo que pase.
Siempre traten a sus padres con amor y respeto. De hecho, sus padres son sus primeros maestros. Respétenlos. Toda cantidad de buen trabajo que cause inconveniencias a sus padres es en vano. Eso no debe ser considerado buen trabajo en absoluto. Aunque parezca producir algún beneficio temporalmente, el resultado final de todos estos trabajos resultan ser muy malos. Por lo tanto asegúrense de no causarles ninguna inconveniencia o sufrimiento a sus padres. Mientras mas les incomodes, más sufrirás.
En lo que respecta a la caridad, mientras mas des en caridad a otros, más beneficios recibirás después. Por lo tanto, traten de ayudar a los demás, siempre. Hagan cualquier tipo de seva (servicio desinteresado) del cual sean capaces. Cuando vas en ayuda de otros, progresaras en el camino de la verdad.
Si vas por el camino de la verdad, el dharma automáticamente te seguirá. Donde satya (verdad) y dharma (acción correcta) estén juntos, allí reinara śanthi (paz). Entonces prema (amor) le seguirá. Donde hay amor, el odio no pude estar. Entonces no deben tener enemigos. Es solo cuando la primavera del amor se seca en tu corazón es cuando tratas de causar sufrimiento a otros. Entonces, desarrollen amor por todos. Satya, dharma, śanthi, prema, y ahimsa son las cualidades humanas.
Hoy en día, existe una violencia rampante en todo el mundo. La gente tiene miedo de quedarse sola, incluso en sus casas. Varios cambios se están produciendo en todo el mundo. En un comienzo, los Estados Unidos de América se consideraban una súper potencia y un país rico, pero ahora, toda esa gloria se ha ido. Como consecuencia resulta que: la gente que antes iba a sus lugares de trabajo en automóvil ahora están caminando.
Pensamos que el dinero y la riqueza pueden hacer cualquier cosa. Pero el dinero no es importante; tu mente es importante. Solo si puedes controlar tu mente, todo se tornara bueno para ti.

¡Queridos estudiantes!
Cualquiera sea el trabajo que emprendan, háganlo con un sentido de dedicación a Dios. Sarva karma Bhagavad prîtyartham (hagan todas las acciones para complacer a Dios). Siempre recuerden que Dios es el hacedor y que ustedes son solo un instrumento en las manos de Dios. Pueden lograr cualquier cosa en la vida solo cuando exista la voluntad de Dios. Realiza tu deber y sigue siendo un “testigo” de todo lo que pasa en el mundo.
Se dice, "Paropakarah punyaya papaya parapîdanam." Siempre sigue los principios de "ser bueno, hacer el bien, y ver el bien." Haz que tu lengua diga solo la verdad. Hagan que todas sus acciones sean para ayudar a los demás. Quien se compromete en el servicio de la sociedad con ese lema siempre será feliz.
El orgullo, los celos, etc., son todas malas cualidades. Ellas alejan a las buenas cualidades. Les causan daño a ustedes y a la sociedad. Entonces, sean buenos y hagan el bien a los otros. Si alguien esta en una situación difícil, haz todo lo posible para ayudarle incluso a costo de tu propio trabajo. Este es el principal deber de un ser humano. "Ayuda siempre, nunca dañes" debería ser tu lema. Solo con recordar estas dos exhortaciones es suficiente.
No causes daño incluso a tu enemigo. Nunca dañes. No causes ni la más mínima molestia a otras personas. Esta es la verdadera educación.
Hacen sufrir a sus padres en el hogar, llegan a la oficina y muestran su egoísta poder a sus subordinados, y sacan un enorme salario por su así llamado trabajo y responsabilidad. Este es un gran error. A medida que suben en sus carreras y la vida, su ego y celos deberían bajar. Solo entonces lograran el respeto de todos y cada uno.
Siempre recuerden a la sociedad y su bienestar. Ustedes son miembros de la sociedad y por lo tanto tienen una responsabilidad social. Le deben su completa existencia a la sociedad. Del mismo modo la sociedad no esta separada de ti. Los individuos hacen la sociedad. Tú y la sociedad son inseparables y mutuamente dependientes. Solo cuando los miembros componentes de la sociedad prosperen tu podrás prosperar.

¡Queridos estudiantes!
Todos ustedes han realizado bien sus estudios, han obteniendo buenas calificaciones y han ganado grados. Trajeron buen nombre a la institución en los ámbitos de la educación, deportes, y actividades culturales. Ayer, fueron testigos de la obra de teatro acerca del devoto Potana. El no se sentía mal, a pesar de la crítica y la subestimación de su cuñado Srinatha, que también era un gran poeta. Dado que Potana era un gran devoto de Rama y se entregaba totalmente al Señor, Rama mismo compuso la gran epopeya del Bhagavatam en su nombre. Potana siempre creyó que su poesía, su vida, e incluso su existencia misma era todo un don del señor Rama. El fue un verdadero devoto.
Cuando Potana estaba sufriendo de gran pobreza y encontraba con muchas dificultades para terminar el mes, su cuñado le aconsejó que ofreciera sus servicios al Rey y llevara una confortable vida con el dinero y las joyas otorgadas por el Rey. Potana rehusó hacerlo, diciendo que el podía tomar refugio solo en el Señor Rama. En lugar de ello, el decidió vivir del cultivo de su pequeño pedazo de tierra.
Un día, mientras Srinatha iba por el costado de los campos en un palanquín, vio a su cuñado Potana trabajando en su campo. He hizo un comentario deliberado a Potana, refiriéndose a él como "hâlika!", que significa, "¡Oh campesino! ¿Estas usted bien?"
Potana dio la respuesta apropiada diciendo, "que hay de malo si soy un campesino? Creo que es mejor y más noble hacer una vida de agricultor que dedicar mi poesía a las cosas terrenales y vivir de su caridad. ¡Esto me da una gran satisfacción!"
La tierra es el soporte para todos los objetos y las actividades en el mundo. Cualquiera que deposite su fe en la tierra nunca pasará dificultades. Por lo tanto yo le aconsejo que desarrollen fe en esta madre-tierra y prosigan su vocación en su propia gran tierra de Bharat, en lugar de soñar con ir a otros países como América y ganen cientos de miles y cientos de miles de rupias. Ganen nombre y fama en su propia madre patria.
Ganar dinero no es algo grandioso. Incluso un mendigo puede ganar mucho dinero. "El dinero llega y se va, pero la moralidad llega y crece." Cultiven la moralidad. Quien tenga moralidad nunca será objeto de ninguna dificultad.

sábado, 24 de enero de 2009

MANTRAM DEL VIBHUTHI

PARAMAM PAVITHRAM BABA VIBHUTHIM
PARAMAM VICHITRAM LEELA VIBHUTHIM
PARAMAARTHA ISHTAARTHA
MOKSHA PRADHAANAM
BABA VIBHUTHIM IDHAM ASRAYAMI

jueves, 22 de enero de 2009

LA MEDITACION Y LA PERFECTA CONCENTRACION PERMITEN ALCANZAR EL ESTADO DE BIENAVENTURANZA.

La mente caprichosa y volátil viaja de aquí para allá, pero es posible sujetarla en un punto fijo por medio de la disciplina constante y el entrenamiento incesante de la práctica espiritual. Tal es el estado llamado de fijación en un solo punto. También se le llama propósito único o dharana. El fluir ininterrumpido del aceite vertido de una vasija a otra es un símbolo excelente de este proceso mental llamado dharana. Para los novicios en la práctica espiritual, el dharana o la perfecta concentración de la mente en un punto interno, con abstracción completa de lo exterior parece muy difícil de alcanzar, puesto que después de haber hecho algunos progresos, usualmente no se mantienen firmes en la práctica. Por el contrario, desisten de ella, aun cuando no gozan de tranquilidad espiritual durante los días en que abandonan la práctica espiritual.
El dharana o meditación profunda otorga al hombre el goce divino, la sabiduría inconmensurable, visión interior, percepción de las verdades más hondas, entendimiento más claro y unión con el principio fundamental. La ciencia de la práctica espiritual es más maravillosa que los tres mundos.
La mente proyecta y lleva a cabo innumerables acciones, y divaga a través de inmensos espacios, ¡en tan sólo un abrir y cerrar de ojos! ¡Opera a una velocidad inimaginable! ¡Concibe un objeto y se distrae con él un momento, para descartarlo enseguida por otro más atractivo en pos del cual vuela y por el cual empieza a preocuparse!
El aspirante espiritual debe vigilar continuamente esta tendencia de la mente. Cuando la mente vuela de objeto en objeto, deberá regresarla al camino debido y al objeto debido. Así es la práctica espiritual correcta, el sendero de la meditación y la perfecta concentración. Sin embargo, si el aspirante espiritual no lucha por adquirir la fijación en un solo punto, sino que deja a la mente en libertad de seguir su vuelo errático de esto a aquello y de aquello a esto más, el proceso merece ser llamado meditación del simio; un tipo de meditación ciertamente muy perjudicial para el progreso espiritual.
En breve, el propósito principal de la meditación (dhyana) y la perfecta concentración (dharana) se halla en minimizar los movimientos de la mente y en obligarla a quedarse en un sitio. Reteniéndola en ese estado de fijeza, uno deberá continuar la práctica espiritual durante un largo tiempo. Entonces no habrá límite a la paz y felicidad que uno podrá obtener. Cuando, por ejemplo, mediten sobre una mesa, sus pensamientos deberán girar en torno a la madera, el tamaño y medida, el estilo, la forma, la manufactura, etc., de la mesa. No deberán permitirse ningún otro pensamiento que se refiera a otra cosa. Si el pensamiento se cierne sobre una cama, la idea de la mesa se vuelve nebulosa y la cama también es imaginada en forma incompleta; ambas se vuelven confusas. El estado mental debe ser de fijación en un solo punto. Así también, cuando se medita en la Forma del Señor, la mente debe girar en torno a la forma de cada parte y a su belleza y esplendor; y estas ideas deben ser coordinadas y combinadas para formar la imagen completa.
Tal es el modus operandi de la meditación. El ejercicio constante de la meditación dará como resultado la aparición de una forma particular. Al contemplar esa Forma, viéndola, mirándola durante días, finalmente se alcanzará un estado donde la forma desaparecerá y uno se olvida de sí mismo. Este es el estado de samadhi (Estado de ecuanimidad perfecta, libre de toda dualidad, que ve a todos como depositarios de la Divinidad. Estado de unión con Dios.): a tal estado, cuando un solo sentimiento o ideación persiste, se le llama la Bienaventuranza Suprema. Si ningún pensamiento o sentimiento persiste, se convierte en lo que Patanjali en el Rajayogasastra designó como el fin de la ideación.
Desde luego, la mente es inerte. De la misma manera que el agua, materia inerte, empieza a brillar al ser puesta al Sol, la mente inerte toma su esplendor radiante del Alma, y aparenta poseer conciencia. En la mente se refleja el intelecto y es así que parece como si la mente también fuese inteligente, eso es todo. Su auténtica naturaleza es la ignorancia. La mente no posee esplendor propio, como el Alma. El esplendor de la mente es como la luminosidad de los insectos en tiempos de lluvias. El Alma, sin embargo, es el Sol de Soles, es el esplendor radiante de los esplendores radiantes; es la Luz Suprema. Es Autorrefulgente.
Al meditar no se le debe permitir a la mente que se aparte de la meta. Cada vez que se sale por la tangente, debe ser guiada de regreso a lá Forma sobre la cual se está meditando. Finalmente, si uno lo desea, todas las cosas pueden subordinarse a esa Forma misma. Sin embargo, al principio sólo se debe meditar sobre una Forma. No se deberá cambiar cada día de una a otra. Insisto, durante la práctica espiritual uno no deberá permitirse pensamientos sobre cosas que no le agraden, o cosas que producen dolor, o cosas que hacen tambalear la fe. Si cualquiera de ellas llega a introducirse, hay que aprender poco a poco a recibirlas gustosamente como un elemento benéfico, buscando asimilar lo bueno que hay en ellas, en vez de lo malo. Los sentidos, por sí mismos, no pueden hacer nada. No son independientes. Si la mente es dominada, los sentidos también pueden ser controlados. ¡Hay gente que se somete al ascetismo de los sentidos, a fin de controlar la mente! Ignora cuál es la disciplina real que se requiere. La disciplina real consiste en la destrucción del deseo. No importa cuán alertas sean los guardianes, un ladrón listo siempre se las arregla para robar de cien diferentes maneras. Así también, sin importar cuán habilidosos sean ustedes para controlar los sentidos, la mente arrastrará a éstos a un lado y ejecutará sus deseos a través de ellos. Noten cómo el sabio Viswamitra, a pesar de sus austeridades, cayó en la trampa de las ondinas que Indra envió para tentarle. Si solamente se cierra la puerta exterior y se deja la puerta interior sin el cerrojo, es seguro que ocurrirá un robo. Pero si tanto la puerta interior como la exterior están debidamente cerradas, podrán dormir tranquilos, pues ningún ladrón, por listo que sea, encontrará fácil entrar y hacerles daño. El aspirante espiritual deberá, por lo tanto, establecer su dominio sobre los sentidos externos; entonces la mente, inmersa como está en la continua sucesión de la relación entre el sujeto y el objeto, habrá de ser controlada por medio de ecuanimidad y renunciación. Cuando esto se logra, uno puede gozar la experiencia de la Bienaventuranza auténtica y también visualizar el Alma, en su verdadera Forma Divina. Esta es la razón por la cual Krishna en una ocasión le dijo a Arjuna: "Quienes aspiran a dominar los sentidos deben tener fe absoluta en Mí". Los sentidos son extravertidos por naturaleza; ansían los contactos externos. Por lo tanto, arrastran perpetuamente a los ignorantes hacia los objetos externos. De manera que el aspirante espiritual, provisto de discernimiento y renunciación, debe poner obstáculos en el camino de éstos hacia el exterior y suprimir sus irrupciones, así como el auriga, que blandiendo el látigo y las riendas, sujeta a los furiosos corceles. Los sentidos que no han sido controlados pueden causar mucho daño. Las personas presas de ellos no pueden mantenerse en meditación ni siquiera durante un solo segundo.
La Forma es fundamental para dhyana (meditación). Aun cuando la Forma no se halle frente a ustedes, deberán tener la capacidad de visualizarla. Esto no es tan difícil para aquéllos cuyo dharana es correcto. Pero hay algunos que practican el dharana sin antes haber cultivado los buenos hábitos y la conducta correcta. Esto es una señal de conocimiento incompleto. El dharana debe tener como fundamento la cualidad de la pureza. La mente debe ser purificada mediante el adecuado tratamiento del carácter a través de los buenos hábitos. El dharana tiene que seguir a este proceso anterior de purificación y no precederlo. Todo esfuerzo hacia el dharana sin haber limpiado antes la mente es una pura pérdida de tiempo. Muchos grandes hombres han arruinado su vida por aspirar demasiado pronto al dharana, sin poseer la disciplina de los buenos hábitos.
Repito, para el dharana deberían tener cuidado de no tomar como objeto algo que no le agrade a su mente; pues por mucho que se esfuercen, la mente no se concentrará en él. Al principio, pues, tomen algún objeto que sea fuente de alegría para ustedes. Siéntense en postura de loto, y fijen la vista en la punta de la nariz. Durante un minuto al principio, luego durante tres minutos; días más tarde, durante seis; tras algún tiempo, tanto como nueve minutos. Así, la concentración debe ser fortalecida gradualmente sin demasiada prisa. De esta manera, se podrá mantener durante incluso media hora al pasar el tiempo, pero no deben forzar el paso. Lenta y firmemente, la disciplina deberá ser desarrollada. Con la práctica, la mente podrá ser fijada y el poder del dharana se acrecentará. Para alcanzar el dharana y adquirir fijación en un solo punto, deberán esforzarse un tanto. Deberán fijar su mente en el Señor apartando cualquier otro pensamiento del plano mental. Mediante el ejercicio constante de este tipo, su visión se fijará con firmeza en el Señor que reside en su corazón. Esa es, en verdad, la meta; el cabal cumplimiento de la meditación.
El dharana, según el Yogasastra, es la concentración mental sobre un objeto, sin admitir la más mínima desviación. Sólo el dharana puede hacer que la meditación se realice con éxito. Su naturaleza misma consiste en poder fijarse en un solo punto; su poder negará cualquier vacilación. La perfecta concentración es causada por bienaventuranza. El Nombre es esencial para la meditación, pues tan sólo él puede asegurar un éxito rápido. Aunque la fe total no venga con rapidez, uno no debe darse por vencido ni cambiarla; pues seguramente la práctica nos dará la victoria. La meditación es fuerza espiritual, la fuerza que alejará la enfermedad del ciclo de nacimientos y muertes. Pero ustedes deberán esquivar los difíciles obstáculos en la senda de la meditación, a saber: el enojo, el orgullo, la presunción, la tendencia a encontrar faltas en los demás, la malicia, etc. Estos operan incluso a nivel subconsciente, como las corrientes en las profundidades del océano.
El aspirante espiritual deberá cuidarse de no enojarse nunca, por ningún motivo, pues eso impedirá su progreso. Deberá cultivar amor hacia todos, y humildad. Así se podrá despojar de los hábitos indeseables, puesto que el enojo es la madre de toda conducta errónea. El enojo puede hacer caer a cualquier persona en los malos hábitos, en cualquier momento y de cualquier forma. Así que, ante todo, debe ser sublimado al principio mediante un esfuerzo sistemático. El aspirante espiritual debe aceptar gustosamente la denuncia de sus defectos por parte de quien sea; deberá verdaderamente sentirse agradecido hacia aquéllos que se los señalen. Jamás deberá albergar odio contra ellos, pues eso es tan malo como odiar lo "bueno". Lo "bueno" ha de ser amado y lo "malo" descartado. No olviden: lo "malo" no debe ser odiado. Debe ser desechado, evitado. Sólo tales personas lograrán su progreso en, la meditación y sabiduría espiritual.
La presunción, la envidia, la exhibición rajásica de la superioridad de uno, el enojo, el ansia de informarse sobre las debilidades de los otros y sus fallas, el engaño; todos éstos son obstáculos en la senda de la meditación. Aun cuando no sean abiertamente mostrados, los impulsos interiores que nos empujan en esas malas direcciones están latentes en la mente. De la misma manera que cuando abrimos un cuarto que se ha mantenido cerrado durante mucho tiempo, lo encontramos lleno de polvo y oliendo mal, y después de ventilarlo y limpiarlo se vuelve nuevamente habitable, así la mente debe ser limpiada con meditación. El aspirante espiritual deberá, mediante la auto observación intensa, examinar su mente, su contenido y su estado. Mediante los apropiados hábitos disciplinarios deberá eliminar, poco a poco, sistemáticamente, la suciedad acumulada. La presunción, por ejemplo, tiene raíces profundas y es inconmovible. En la mente rajásica (inquieta) echa múltiples ramas en todas direcciones y se extiende por doquier. Podrá aparecer seca y durmiente durante algún tiempo, pero brotará fácilmente de nuevo. Tan pronto como surge una oportunidad para que se muestre, alzará la cabeza y se quitará la máscara. De modo que el aspirante espiritual debe mantenerse siempre vigilante.
En lo que se refiere al enojo, el aspirante espiritual ha de vigilar hasta los asuntos más insignificantes que lo puedan provocar, porque si se descuida no podrá lograr ni el menor progreso. Tales personas deben cultivar un espíritu humilde y amoroso. Entonces desaparecerán los rasgos negativos del carácter. Algunos aspirantes espirituales se llenan de enojo cuando alguien descubre y les hace saber los defectos que poseen, lo cual empeora la situación. El aspirante espiritual siempre debe tener visión interna; si permite que su mente vague hacia el exterior no podrá identificar sus propias faltas. El orgullo impide la visión interna y causa confusión cuando uno trata de examinar su mente. Si el aspirante espiritual desea alcanzar el éxito, debe inclinarse ante aquéllos que le señalen sus fallas. Esa es la manera de progresar ágil y velozmente en el camino de la meditación. El aspirante espiritual deberá esforzarse para no dar ya más cabida a sus fallas.
Es una tarea difícil el deshacerse del orgullo y el amor propio pues ¡cada uno de ustedes ha venido formando su presente vida desde antes del principio del tiempo! Cada uno ha estado permitiendo a la mente que fluya en la dirección que le plazca desde tiempo inmemorial. Así que es muy difícil ahora cambiarla de su ruta acostumbrada y encaminar sus pasos en otra dirección. El individuo que se encuentra lleno de orgullo se complace en ejercer autoridad sobre los otros. No estará de acuerdo con los demás en que ésta es una manera de "esclavizarse" porque los argumentos de los otros no son los suyos. Ve todo a través de anteojos empañados por el humo del egoísmo y el amor propio. "Mis palabras son verdad", "mi opinión es la correcta", "mis acciones son buenas"... Así piensa y así pasa sus días. Tal comportamiento es muy perjudicial para los aspirantes espirituales. El aspirante espiritual debe estar deseoso de que se le hagan críticas positivas, o se le den sugestiones y consejos, vengan de donde vengan.
Además, el aspirante espiritual (sadhaka) deberá minimizar toda discusión y argumentación, pues éstas fomentan un espíritu de competencia y le conducen a uno a emprender represalias coléricas y peleas vengativas. No se esfuercen por ganarse la estima del mundo. No se sientan humillados o furiosos cuando el mundo no les reconozca sus méritos. Aprendan esto primero y ante todo, si es que aspiran al progreso espiritual. No deben ponerse contentos cuando se les alaba; allí yace una trampa mortal que puede hasta llegar a hacerles perder el camino, poniendo en peligro su adelanto.
Así que deberán reformar sus características y hábitos mentales. Cultiven el hábito de jamás causar dolor a los demás. Traten de comprender a los otros y de compadecerlos; traten de hacer cosas que los ayuden. Entrénense para recibir los insultos y críticas como "condecoraciones" que se les otorgan. Esfuércense bastante para ser amistosos con todo el mundo, sea cual sea la naturaleza o conducta de la gente.
Para progresar en la concentración y en la meditación se requiere de un sentimiento de alegría, aunque muchas cosas los privan a ustedes de una atmósfera de alegría. Así que deben orar con sinceridad, a fin de poder liberarse de todo obstáculo. La recitación o repetición de mantras (fórmula mística de gran poder) será de gran ayuda. Krishna dijo en el Dwapara Yuga: "Cuando empiecen a fijar sus pensamientos en Mí, todo pensamiento que los intranquilice y agite será calmado por mi gracia".
La disciplina de la meditación debe ser seguida rigurosamente. De hecho, la meditación significa "disciplina". Disciplina, regularidad, Firmeza. Estas son las bases esenciales de la meditación. Si el aspirante espiritual mantiene estas cosas en la mente, podrá obtener rápidos resultados. La meditación es una cura excelente para la enfermedad del ciclo de nacimientos y muertes. Junto con ella también se debe tomar otra medicina; su nombre es el contento. Si en la mente hay contento, uno vive en el regocijo de un festival interminable. La codicia hace vacilar a la mente; es un fuego que todo lo consume y que destroza lenta y seguramente al hombre. El camino real hacia la meditación es el contento. Así como un viajero que ha transitado bajo el sol quemante muchas leguas se siente refrescado cuando toma un baño en las aguas límpidas de un lago fresco y sombreado, así también el individuo infeliz que se debate en el fuego ardiente de los deseos se siente feliz y aliviado cuando se baña en el lago del contento.
A las puertas de la liberación y la autorrealización están situados varios guardias para pedirles sus credenciales. Son el equilibrio mental, la alegría, el contento, la paz interior, la indagación, el discernimiento, etc. Si tan sólo se hace amistad con uno de los guardias, los otros facilitarán su entrada. El primero de la serie es la felicidad. Si se ganan a la felicidad, el contento será de ustedes. Y el contento es la fuente más preciada de felicidad y la posesión más valiosa. Es tanto como un imperio.
Sin el contento, los deseos y la codicia alcanzan proporciones peligrosas y obnubilan inclusive el poder del discernimiento. El deseo se convierte con facilidad en codicia, y la codicia degenera en avaricia y lujuria. Esos impulsos obligan al hombre a correr de objeto en objeto en una loca persecución de los goces sensuales pasajeros. ¿Cómo pueden tales hombres desarrollar la facultad de concentración? Y sin la capacidad para concentrarse, ¿cómo pueden emprender la meditación? Y sin la meditación, nadie alcanzará el Principio Divino. Aconséjenle a la mente: "í0h mente que fluyes tan velozmente en tantas direcciones!, no me arrastres en la corriente de los objetos, en el camino de los deseos sensuales, arruinando mi vida. En vez de eso, condúceme al Señor. Por favor, fluye en esa dirección". Desechando todo deseo que no sea éste, siempre contentos, piensen tan sólo en su Nombre y su Forma, con exclusión de todo lo demás. Esta meditación es la paz verdadera, la felicidad genuina.
El regocijo no vuelve a nadie un perezoso, recuérdenlo. Es un atributo del verdadero carácter equilibrado. Hará que la mente se vuelva siempre hacia el Señor. Los salvará de la tribulación de buscar satisfacer las apetencias sin importancia y las necesidades egoístas. Dirigirá el talento humano hacia los esfuerzos que elevan. El hombre contento será también un hombre que dice la verdad y, por lo tanto, se encontrará en comunicación constante con el Alma. Esto significa que podrá sumergirse en la meditación durante largos períodos sin descanso o sin sentir fatiga. La meditación es el único método para contrarrestar las actividades mentales que surgen, tomando mil direcciones; no existe otro método en absoluto.
La capacidad para concentrarse es una cualidad muy útil. Deben vigilar las divagaciones de su propia mente: cómo viaja, qué objetos persigue, etc., y lentamente, mediante la meditación, deberán enseñarle a quedarse quieta y comportarse benéficamente. Que no les preocupe el ambiente insatisfactorio en que se encuentren. Desde luego, el lugar puede tener algunos inconvenientes y puede no ser ideal. Pero no sirve de nada el tratar de huir de todo ello. Podrán sobreponerse a los inconvenientes entrenando su propia mente. ¡Permanezcan en ese mismo lugar y oren al Señor! Oren para que El les llene con sus pensamientos y su visión, haciendo que pasen por alto los defectos del medio. No busquen la comodidad, pues la comodidad puede no ser conducente ala meditación. Aprendan a estar cómodos en cualquier sitio. Eso es mejor. Vivan felices dondequiera que se encuentren; ésa es la manera. Regocíjense en el reino de su mente; adoren ahí al Señor que han elegido como su meta y libérense de todos los defectos del medio ambiente natural o humano. Entonces lograrán que ningún sitio les sea molesto y que ningún lugar les parezca desagradable.
El orgullo es un vicio insidioso; así que al menor indicio de la enfermedad, hagan cuanto puedan por erradicarla, retirándose a un lugar solitario y emprendiendo la meditación. La tardanza es peligrosa: "Incluso el néctar divino, si tarda en tomarse, se convierte en un veneno", dice el proverbio. Recuérdenlo y actúen sin tardanza. La meditación aquieta la mente agitada, la vuelve clara y la llena de felicidad. Muchos en este mundo, incluso entre los estudiosos, no invierten el tiempo de vida que se les ha otorgado en la persecución de ciertos ideales elegidos. Por lo tanto, su vida terrenal es como el viaje de un barco golpeado por la tempestad en medio del océano, que ha perdido tanto el ancla como la brújula. Esa gente se debate angustiada entre metas e ideales opuestos; presta oídos a llamados diversos y su vida termina en la perdición y el fracaso, pues dice una cosa y, en su ignorancia y temor, hace la opuesta. La meditación les otorga fijeza de propósito, valentía y también sabiduría. Los sentimientos que brotan de la mente, clasificados como sátvicos (puros), rajásicos (inquietos) y tamásicos (inertes y esclavizantes), también han de ser vigilados y purificados. Los rajásicos y los tamásicos tienen que ser arrancados de raíz. La meditación es el arma para esta tarea.
El sendero de la meditación destrozará la ignorancia y otorgará la unión individual con el Principio Divino.
SAI BABA

miércoles, 21 de enero de 2009

PARA ALCANZAR LA REALIZACION DEBERAN LIBERARSE DE LOS IMPULSOS O VASANAS.

La plenitud de la vida del hombre consiste en la Realización del Alma. Para llegar a tal realización, uno debe liberarse completamente de los vasanas o impulsos. La liberación) es, en el verdadero sentido del término, la liberación de la esclavitud de esos vasanas. Las tendencias o impulsos son de dos tipos: benéficos o malévolos. Las tendencias benéficas se hallan saturadas de santidad; las tendencias malévolas alimentan la mente y la hacen cada vez más incontrolable y cada vez menos firme: refuerzan y extienden el deseo del placer material.
Si los impulsos benéficos son alentados y cultivados, no se multiplicarán indefinidamente, encadenando a la mente, sino que se convertirán en semillas resecas que nunca podrán germinar. Si ustedes se adhieren a los impulsos benéficos podrán fácilmente adquirir Sabiduría Divina. Estos impulsos son caracterizados por actividades tales como la asociación con hombres santos, la reverencia por los grandes, el trato con ellos, el seguir sus consejos; por la caridad, la fortaleza, el amor, la paciencia, la verdad, la valentía, la continencia, etc. Tales son los impulsos puros. Las tendencias impuras le conducen a uno a vicios como el ansia de ver cosas que apelan a los sentidos más bajos (como las películas cinematográficas), por comer platillos saturados de características rajásicas (como el pescado, la carne, etc.), por beber intoxicantes que arruinan la personalidad. Tales tendencias hacen que se desarrollen la ira, el engaño, la avaricia, el orgullo, el fraude, el odio, la envidia, etc. Estas tendencias ¡mpuras son de tres tipos: vasanas o impulsos mundanos, vasanas intelectuales o eruditos y vasanas corporales o físicos. Los vasanas o impulsos físicos hacen que los hombres deseen un físico hermoso, un cuerpo fornido y músculos firmes y bien modelados, y un cutis sedoso que jamás sea desfigurado por las arrugas. Los vasanas o impulsos intelectuales llevan al hombre a desear ávidamente ser reconocido como un experto sin rival y a buscar la derrota de cualquier competidor en su campo. Y finalmente, los vasanas o impulsos mundanos fomentan el ansia de gloria, de poder, de autoridad personal y de pompa. Todo ese tipo de deseos puede ser agrupado bajo esa categoría; todos ellos son impulsos. Los atan a ustedes a la rueda del ciclo de nacimientos y muertes y los sujetan a las cosas de este mundo. El árbol gigante que llamamos mente tiene dos semilias: vasanas y prana (impulsos y aliento vital). La semilla se transforma en árbol, el árbol da la semilla. El aliento vital se moviliza a causa de los impulsos. Los impulsos operan a causa del aliento vital. Con que uno de los dos se destruya, el otro también queda eliminado. Así, si la mente ha de liberarse de su influencia, la ignorancia ha de ser transformada primero. Esa ignorancia no existe sola, tiene un vástago: el egoísmo. Este demonio tiene dos hijos también: la pasión y el deseo. La pasión y el deseo se interrelacionan estrechamente; están hermanadas. La pasión significa apego o atracción. Mediante la pasión y el apego, el hombre adquiere los sentimientos de "mi" y de "lo mío". Esos sentimientos provocan deseos; los deseos engendran la preocupación. Por lo tanto, para deshacerse del egoísmo, estos dos, pasión y deseo, deben ser aniquilados. Esto significa que la ignorancia debe partir, pues sólo por ese medio puede ser muerto el egoísmo. ¿Cómo destrozar la ignorancia y desarrollar el conocimiento correcto? La conquista de la ignorancia, del egoísmo, la pasión y el deseo traen consigo la liberación para el individuo.
Aquél que es esclavo de los impulsos y las tendencias carece de "conocimiento" (jñana), ¡es en verdad un alfeñique!
Pero déjenme asegurarles que no han de alarmarse. Tan pronto como los vasanas son arrancados de raíz, podrán recuperar la naturaleza divina que han perdido por negligencia. Los vasanas invaden el reino del corazón; causan problemas sin fin, le hacen recordar a uno los placeres, reavivando la memoria de pasadas experiencias, y uno empieza a desear tenerlas de nuevo. Los deseos hacen que los sentidos y su líder, la mente, se entreguen a agitadas actividades; no tienen manera de librarse de esto. Así, el hombre intenta reunir y gozar las cosas que ansía. Todo esto toma lugar en un abrir y cerrar de ojos, por así decirlo. Los vasanas o costumbres adheridas a la mente operan así de sutilmente y así de poderosamente. De la misma manera que la semilla contiene en sí misma el tronco, las ramas, las hojas, las flores y el fruto, así también en el vasana todo eso yace latente. Los vasanas son la causa de toda la felicidad meramente material del hombre. Si se encuentran ausentes, en la mente hay lucidez y pureza. Si se encuentran presentes, toda pureza se corrompe; son los obstáculos en la senda de la Verdad, del Alma y de la Inmortalidad. Una mente liberada del vasana se transmuta y deja de ser mente.
La naturaleza (prakrithi) es el mundo de los vasanas. La mente es atraída por la naturaleza y los objetos externos del mundo a causa de esa tendencia al apego y empieza a contemplar los objetos y a ocuparse de sus cualidades, todo por culpa de esos vasanas o impulsos. Si uno está libre de vasanas, su mente no será afectada en absoluto por el mundo materialista. La mente es como una tela, toma cualquier color con que se le tiñe. Los vasanas sátvicos (puros) la harán blanca. Los vasanas rajásicos (pasionales) la volverán roja, mientras que los vasanas tamásicos (impuros) la harán negra. La mente es configurada por el tipo de vasanas que la habitan. El hombre ha de emprender dhyana (meditación) y dharana para poder destruir esos vasanas. La mente no es más que un hato de vasanas.
Algunos aspirantes se dicen a sí mismos que a pesar de los muchos años de práctica constante, no han tenido éxito aún en dhyana ni en dharana. Es obvio que no hay que insistir sobre la razón de esto. Es así: ¡no han sido capaces de arrancar de raíz los vasanas! Por lo tanto, tales practicantes deben esforzarse por conquistar sus tendencias innatas. Deben fortalecerse con mayor fe y actuar.
Si de cuando en cuando el aspirante espiritual es perturbado por vasanas o impulsos impuros, debe superarlos con su fuerza de voluntad y sus ejercicios espirituales. Un Alma realizada ha consumido sus vasanas, pero el padre de familia se encuentra cultivándolos. No se gana nada tratando simplemente de controlarlos; una cobra se hace inofensiva sólo cuando se le han arrancado los colmillos. De manera similar, las raíces de los vasanas o costumbres adheridas a la mente deberán ser quemadas. Sólo entonces el hombre podrá alcanzar a Brahma.
Desde luego, incluso los deseos puros pueden ser una cadena. Pero a pesar de que ellos sean numerosos, no constituyen estorbo. Una espina es eliminada por otra y luego ambas son desechadas, ¿no es así? Asimismo, cuando los vasanas impuros son superados, gracias a la influencia de los vasanas puros, llega el momento en que uno tiene que superar a ambos. Esto significa que aun el más puro de los vasanas o impulsos, el deseo de moksha o liberación, ha de desaparecer con el tiempo. Sólo entonces puedes tú convertirte en eso. Un grillete es un grillete, sea de hierro, o sea de oro. Uno debe estar libre de ambos. Es decir, uno debe lograr llegar a una etapa donde ni el bien ni el mal le atraigan o le repelan.
Cualquiera que aspire a realizar a Dios deberá practicar la disminución de los impulsos, deberá frenar la mente y buscar el entendimiento del principio fundamental. Tan sólo uno de ellos no basta para alcanzar la liberación o moksha. En el Alma realizada los impulsos persisten, pero únicamente como semillas secas; ya no dan lugar a nacimientos subsecuentes. El cuerpo sutil es el asiento de la ignorancia. Se encuentra saturado de impulsos, costumbres y experiencias. El Alma es libre de todos ellos, es eternamente pura. No pertenece a ninguno de los sexos, no tiene mente ni sentidos ni forma. Más aún, ¡no tiene prana (aliento vital)! No puede decirse que esté viva o muerta. ¿Cómo puede ser la contemplación del Alma algo que no sea puro? ¿Pueden, acaso, coexistir la luz y la oscuridad? ¿Pueden existir a la vez la pureza y la impureza?
De todos los talleres del mundo, el taller del cuerpo es el más asombroso, porque es el tabernáculo del Señor. Ahí, en ese taller, los impulsos se transforman en votos, se limpian las impurezas, los deseos benéficos toman forma y surge la imaginación positiva. El blanco fundamental consiste en desarraigar los impulsos, aunque esto sea una tarea difícil.
Es más fácil mover montañas que estos vasanas tan profundamente arraigados; pero con voluntad y entusiasmo, sustentados por la fe, se pueden vencer en poco tiempo. Mas no abandonen su determinación y fe, a pesar de cualquier pérdida, penalidad u obstáculo que se presenten. No olviden que los vasanas los subyugan y dominan, manteniéndolos sus esclavos. El opio y el alcohol los esclavizan y los mantienen totalmente en sus garras sólo durante algún tiempo, pero los vasanas los atenazan durante toda una vida. El propósito y significado completo de la meditación es alcanzar la liberación de estos múltiples y poderosos vasanas.
Aquéllos que se dejan guiar por los impulsos y los instintos, yerran por el mundo como borrachos, desprovistos de la capacidad de discernir entre el bien y el mal, lo verdadero y lo falso. La influencia arrolladora de estos impulsos animales les hace olvidar las espantosas consecuencias de haberse rendido a ellos; no tienen ni temor ni vergüenza, sino que simplemente se divierten en la búsqueda de placeres mundanos y en la acumulación de comodidades, en el puro goce de los lujos. Para aquéllos hundidos en tales impulsos, el intelecto les resulta una posesión inútil que jamás se ejercita. Al perseguir constantemente los placeres de los sentidos, los vasanas se fortalecen y solidifican, echando sus raíces a mayor profundidad cada vez.
Por ello, en el Bhagavad Gita se nos ha dado el consejo de que renunciemos al fruto de nuestros actos. Los vasanas se fortalecen porque los frutos siempre están presentes en la mente toda vez que realizamos alguna acción. Esto hace que los hombres se vuelvan orgullosos y presuntuosos y que siempre traten de enfrentarse a los demás con el orgullo por delante. Los vasanas los esclavizan, y bajo su influencia se rebajan a emprender incluso las bajezas más viles, con el propósito de enriquecerse y obtener el dinero que necesitan para satisfacerlas. Empiezan a adorar al dios de las riquezas. Desde luego, la riqueza es esencial; pero la riqueza excesiva, la riqueza que causa preocupación, ansiedad y dolor no es nada deseable. Uno no debe buscar adquirir riquezas hasta ese punto.
Los hombres, además, se desviven por ganarse las alabanzas de los otros y por evitar ser culpados de nada. Esto también ha de clasificarse como un vasana impuro. El mundo es un nido de cuervos; algunos graznan alabanzas; otros graznan cargos. Pero el hombre debe estar por encima de las alabanzas y las acusaciones. No presten atención a la lisonja: trátenla como algo que los demás escupen. Sólo entonces podrán ser libres y gozar de la auténtica felicidad.
En lo que se refiere a la culpa: observen cómo el mundo no ha evitado que incluso Rama, Krishna, Vishnú, Shiva o Baba se hallen a salvo de esa tendencia de buscar a quién culpar. Se habla mal incluso de los dioses, ¡atribuyéndoles a esos seres perfectos, motivos malvados y malas acciones!
¿Qué consideración se puede esperar hacia el común mortal de personas con una mente tan sucia? Cualquier pretexto les es suficiente. El hombre blanco odia al negro; el hombre negro al blanco. El adorador de Shiva calumnia al adorador de Vishnú, el adorador de Vishnú rumorea contra el adorador de Shiva. Así como todo el mundo ama su propia religión, su lugar de nacimiento y a sí mismo, ama también sus correspondientes ritos, ceremonias y formas de culto. Este amor toma la forma de alabanza de la religión propia y de burla de la ajena. Aunque todo esto tenga que ver con la relación de uno con Dios, tales impulsos son y deben ser clasificados como vasanas impuros.
Tales actitudes bajas, saturadas de ignorancia, tienen que ser eliminadas con la repetición del Nombre y la meditación que llenan el corazón del conocimiento del Ser amplio y universal; entonces los impulsos limitativos desaparecen. Son transformados y transmutados en impulsos benditos. ¡En verdad asombra el porqué el hombre no pone todo de su parte para eliminar los vasanas impuros, puesto que cuando toma esa senda sólo obtiene dolor, tristeza y agonía! Los efectos engañosos de tales instintos e impulsos le hacen creer que se encuentra en la senda acertada hacia la meta de la felicidad. Debido a ello es reacio a desecharlos; ello explica por qué se aferra a ellos tan firmemente. Si leyese algunos buenos libros relativos al Alma Suprema, su cerebro se podría esclarecer. Al menos, adquiriría una comprensión de la esencia de los Sastras (Códigos morales), pues el número de Sastras es incontable. La vida es demasiado corta para estudiarlos todos y los obstáculos en el camino de su comprensión son demasiados también. ¿De qué sirve sumergirse en libros tontos o en Sastras que traban la lengua, de qué sirve aprender acerca de formas de devoción que no se ponen en práctica? Todo ello es una pérdida de tiempo y esfuerzo. El pasarse todo el tiempo estudiando, lejos de la práctica, también merece ser condenado como un vasana impuro.
¡Escuchen! Bharadwaja estudió los Vedas durante tres vidas sucesivas. Al nacer por cuarta vez, empezó a leer de nuevo. Así que Indra llegó hasta él y le enseñó el Conocimiento Superior y le confió el secreto de la Liberación. Entonces Bharadwaja dio fin a sus lecturas y sus estudios y entró en la dura y concentrada disciplina de la meditación. Realizó el Atma. Por lo tanto, el estudio resulta un ejercicio inútil si la esencia no es absorbida y practicada. La voracidad por leer sobre todo tipo de materias y tópicos no es, en verdad, un impulso demasiado sano. En tiempos pasados, Durvasa, el santo, se presentó ante Shiva con una carretada de libros religiosos; Narada entonces le comparó al burro proverbial, pues demasiado apego a los libros es por sí mismo un hábito indeseable. "Aunque uno cargue el peso de multitud de libros concernientes a todas las ramas del saber, y aunque uno los pueda haber leído todos, las enseñanzas que encierran no pueden ser entendidas en absoluto si no se cuenta con una auténtica experiencia práctica. El mero orgullo de aprender es por sí mismo un vasana impuro, el vasana de la codicia." Cuando Durvasa oyó tales palabras se iluminó, tiró inmediatamente todos los libros al mar y se sumergió en la meditación profunda. Vean cómo los sabios piensan que la meditación es de una importancia capital para alcanzar el entendimiento total.
Es imposible saber la verdad del Alma, ya sea mediante el estudio de los innumerables Sastras o la adquisición de erudición, o el aguzamiento del intelecto, o la búsqueda de discusiones dialécticas. No es posible realizarla por esos medios. Svethaketu, el hijo de Uddalaka, era un gran erudito. Cierto día, el padre llamó al hijo y le dijo: "Svethaketu, ¿has comprendido el Sastra gracias al cual todos los Sastras pueden ser elucidados?" El hijo respondió que no sabía de la existencia de tal Sastra y que no lo había aprendido. Entonces Uddalaka le enseñó el Sastra incomparable del Conocimiento Superior que otorga el conocimiento de la verdad del Alma.
Por lo tanto, el hombre debería, en primer lugar, entender con claridad los hábitos de su mente, sus tendencias y actitudes. Sólo entonces es capaz de controlarla y dominarla; purificar y desarrollar su memoria, voluntad e imaginación. La mente es caprichosa y volátil por naturaleza. Es como el viento. Por eso Arjuna se la describió así a Krishna: "Oh Krishna, la mente es muy caprichosa; se mueve velozmente, es muy poderosa, es muy difícil de controlar". Luego Krishna replicó: "Arjuna, sin duda lo que has dicho es correcto, pero mediante la atención ininterrumpida y la disciplina, y mediante la práctica de la renunciación, es posible, controlarla. Por lo tanto, practica, como primer paso, meditación".
Los impulsos y los deseos han de ser suprimidos para poder adquirir el dominio sobre la mente. Los deseos excitan a la mente y la hacen precipitarse tras los sentidos, así como un perro corre tras su amo. El individuo, ¡pobre de él!, cae en las redes de maya (la ilusión), producida por los sentidos, los creadores de ilusiones, y por la mente ansiosa de placeres. Para escapar de esa agonía, uno deberá contar con la meditación: verse libre de las garras del deseo y la esclavitud de los sentidos. Hagan repetición del Nombre del Señor y meditación. Entonces podrán cultivar y desarrollar de manera apropiada su voluntad y también su memoria e imaginación. Sin la meditación es imposible controlar y tener dominio sobre la mente. Todos los demás métodos son inútiles como lo es intentar amarrar a un elefante en celo con un hilo delgado y minúsculo. La meditación es esencial para sumergir a la mente en el Alma.
Por lo tanto, primero libérense de su esclavitud de los deseos. Algunos estudiantes y padres de familia se reservan unas cuantas apetencias y deseos para su personal satisfacción, mientras que desechan el resto. Incluso aquellos padres de familia que se hallan entregados ala concentración, al dharana o meditación profunda y a otras prácticas parecidas, encuentran difícil renunciar a ciertos deseos; retienen éstos para su secreta satisfacción. De tal modo que desgastan sus energías y alcanzan mínimos progresos en la práctica espiritual a la que están entregados. Estos aspirantes resbalan por la pendiente que tan laboriosamente escalaron. Para poder controlar la inconstancia, la meditación es de enorme ayuda. No basta si un sentido es dominado; todos deben ser conquistados, desde todos los ángulos. Indudablemente esto es una tarea muy difícil; ustedes podrán sentirse con ganas de abandonar por completo la lucha, pero no se descorazonen. Sean pacientes y perseverantes; al final el éxito será de ustedes. Pero no deberán, como algunos aspirantes espirituales, desviarse del camino de la disciplina tan pronto como sientan que no están logrando todo lo que esperaban. Ese no es el camino de la victoria; perseveren, sean pacientes y ganen la victoria final.

SAI BABA

lunes, 19 de enero de 2009

LAS ETAPAS DEL DESARROLLO ESPIRITUAL


El hombre pasa por tres etapas de desarrollo espiritual: primero, la etapa incierta y nebulosa; luego la etapa activa y de búsqueda y, por último, la etapa más alta. Estas son las etapas del tamas, rajas y satva (los atributos de la materia). No es natural, desde luego, que el hombre pase de la primera a la segunda etapa sin mejorar progresivamente.
Es innecesario considerar seriamente el período de la niñez a la adolescencia; no hay por qué preocuparse de éste. Con el inicio de la adolescencia, el hombre ingresa en la primera etapa incierta y nebulosa y se involucra en muchas actividades estériles. Más tarde, adquiere madurez y fuerza; esta es la etapa entre lo incierto y lo cierto. Al llegar a este punto intermedio es cuando el hombre debe anhelar la plenitud que le es posible alcanzar en la última etapa.
Esta ley también se observa en las reglas de austeridad. Inicialmente, el rito se asocia con Shakti (La Madre del Universo); la etapa subsecuente del culto se relaciona con Shiva (El Padre del Universo), indicando que el período en que el hombre está bajo la tutela de la madre ha terminado y empieza el período en que se alcanza el cuidado paternal, la protección del renovador y el guardián del Universo, Shiva. Cuando ha llegado la etapa de la tutela paternal, uno no debe manchar ni el cuerpo ni la mente, como sucedió durante el período de la tutela materna.
En la etapa intermedia (es decir, esa edad en particular), el hombre tendrá ciertas propensiones y tendencias naturales que no son deseables y que deben ser evitadas. Estas son: el orgullo, la maldad, la terquedad, la excesiva curiosidad, la lujuria, la codicia, la vergüenza, el temor, el espíritu de venganza, la repugnancia, etc. El hombre no podrá entregarse a Shiva mientras esté poseído por ellas. Estas deberán ser desarraigadas totalmente, o por lo menos, deberá existir un esfuerzo sistemático para deshacerse de ellas. Los que a esto aspiren se encontrarán nadando contra la corriente. El ir contra la corriente es el medio de alcanzar la fuente; dejarse llevar por la corriente significa alejarse más y más de ella y perder de vista la meta.
Desde luego, nadar río arriba es un poco difícil, pero cada brazada les lleva más cerca de la meta, y no más lejos de ella. Para sobreponerse al agotamiento, uno deberá navegar en la balsa llamada meditación. Gracias a ella, la debilidad del físico puede superarse, el divagar acelerado de la mente puede ser controlado, y facilitado el progreso hacia el asiento de la gracia; uno podrá lograr la forma primordial. Si por el contrario, a uno le importa más la comodidad del viaje y se deja llevar por la corriente, se encontrará alejándose de la gracia, dándole la espalda; la forma primitiva gradualmente se distanciará y desaparecerá. Quienes así proceden se pierden en una congoja que siempre va en aumento. ¿Y en aras de qué?
Las tendencias equivocadas enumeradas anteriormente son la causa de tal tragedia. Si tan sólo hubiesen sido superadas, ciertamente se hubiese alcanzado la fuente. Sin ese intento, toda actividad terminará en el fracaso. Más aún, el mundo ama solamente a los hombres buenos, dotados de buenas cualidades; mantiene a los hombres malos a distancia. El encanto exterior atrae a la bestia; el encanto interior, producto del carácter, le es grato al Señor. Que no les tienten los bajos apetitos del mundo y el aprecio fácil que la gente otorga. Busquen con ahínco la Gracia Divina y el Amor del Señor. La estimación que los hombres dispensan liberalmente es inconstante, puesto que depende de sus simpatías y antipatías. Pero el Amor que el Señor les otorga depende solamente de las virtudes de ustedes. Ese Amor también puede darles la felicidad permanente. Aquéllos prendados de las cosas exteriores caerán periódicamente en la desilusión y en el dolor. La belleza reside en el carácter y no en otra cosa. No hay nada más encantador que eso.
Los buenos jamás deberían ni siquiera mencionar la maldad de los demás, pues eso les contaminará. Los relatos de Dhruva (niño devoto de Vishnú) y Prahlada (otro niño devoto), si son escuchados con atención, elevan y muestran el camino; los de Savitri y Anasuya (ambas mujeres devotas y virtuosas), eliminan las raíces de la maldad y fortalecen el carácter, ¿cómo sucede esto?, ¿cuál es la explicación? Todos ellos son santos, su trayectoria es inmaculada y por lo tanto, el hablar de ellos y sus vidas vale la pena y es benéfico. He ahí la explicación. Aquéllos que critican a los "hombres buenos" justifican sus habladurías diciendo que lo que pretenden es perfeccionarlos todavía más y hacerlos mejores. ¡No! Lo que en realidad logran provocar es incitar a los hombres buenos a la maldad, y al hacerlo, atraen tal maldad sobre sí mismos, convirtiéndose en hombres malos.
Jamás piensen en la maldad de los demás. Si pueden lograrlo, siempre traten de conducirlos al buen camino y darles buenos consejos. Uno deberá cultivar la paz mental, la caridad y el anhelo de fomentar todo lo que a esto conduzca. Tales actitudes sólo pueden advenir gracias a la repetición del Nombre y la meditación. La riqueza que se deriva de ambas acciones son las buenas cualidades (sadguna). Limpian lo externo, también purifican y ennoblecen las tendencias internas.
Las olas se originan en la superficie del mar, son producidas por el viento; así que se puede decir que el viento posee tal poder. En comparación, la mente del hombre inteligente se halla repleta de pensamientos y opiniones; con las condiciones propicias, aquéllos brotan y florecen copiosamente.
Asimismo, el Señor se manifiesta en la imagen o retrato que ustedes veneran. Pero, ¿es esto debido a una particular excelencia del retrato o de la imagen? No. El retrato, la fotografía, tales son y no pasan de ser una imagen, un retrato y una fotografía. El hecho es que, debido a la intensidad de la devoción de quien lo adora, el Señor no puede desistir en manifestarse para él; por esa razón El asume la forma, la forma que bendice la piedra, madera o papel que el piadoso devoto contempla y adora, y en la que medita. Para Prahlada se hizo visible en una columna, ¡para Vamana se materializó en una. piedra! ¡Para Markandeya, emergió en un lingam (símbolo del Dios sin forma)! Con el objeto de premiar el anhelo del devoto, Hari, el ser fundamental inmanente al Universo, llegará en cualquier forma, en cualquier cosa, en cualquier lugar.
Pero tienen que rezar al Señor con una concentración inconmovible. Este tipo de fijación de la mente en un solo punto proviene únicamente del satvaguna (el atributo de pura, firme y desinteresada luz), el cual también es producto de la meditación. Por lo tanto, deben cultivar las buenas cualidades, y para que ellas puedan desarrollarse deberán anhelar la compañía de los buenos. Aquellos verdaderos compañeros de quienes obtendrán el bien máximo son los que hablan y discurren sobre el Señor, sobre la verdad, sobre el servicio a los demás y sobre el amor que considera a todos como iguales. La asociación con tales personas significa relacionarse en verdad con los hombres sabios, puesto que ellos son los verdaderos sabios.
A los que jamás hablan del Señor o aquéllos que ni siquiera son conscientes de El; a quienes se encuentran ocupados en multiplicar y fortalecer las cadenas de la rueda de nacimientos y muertes; a quienes predican y practican la falsedad, la injusticia y la opresión; a quienes les aconsejan que se aparten del camino de la Rectitud; a todos ellos, trátenlos no como amigos, sino como gente que debe ser evitada en todo lugar. La suya es la compañía de los hombres malvados. Asociarse con ellos conduce a proceder mal, en contra de la voluntad de ustedes, a emitir palabras que no deberían ser pronunciadas, a llevar a cabo acciones que no deberían emprenderse y, consecuentemente, a tomar el camino que lleva a la ruina.
Los hombres que no temen ni al pecado ni a Dios son capaces de involucrarse en cualquier maldad; esto no debe sorprendernos. Por lo tanto, busquen la compañía de aquéllos poseídos de esos dos temores. La compañía de las personas que no tienen ni un ápice de éstos son malvados, a los que deberán evitar como la peste. El aspirante espiritual siempre deberá anhelar la compañía de los hombres buenos. En tal compañía no se da la posibilidad del crecimiento de la codicia. Sea o no fácilmente asequible, busquen y reúnanse solamente con los buenos. Busquen y realicen la satisfacción y el contento permanentes. No se distraigan persiguiendo la satisfacción temporal.
Al verdadero aspirante espiritual no le reporta ningún beneficio el asociarse con hombres que malgastan su tiempo en los asuntos mundanos. Si ustedes no se hacen de amigos del tipo que he mencionado, serán entonces solitarios viviendo sin compañía. No perderán nada con ello. Jamás piensen en asociarse con los malvados. No se dejen enredar en sus tretas; si es posible, cuando tengan la oportunidad, aconséjenles acerca del bien, pero no den cabida a sus palabras. De hecho, ni siquiera deben albergar el deseo de encontrarse en el sitio donde ellos se hallen presentes. Si ustedes cultivan estas características, entonces tanto la repetición del Nombre como la meditación se harán fáciles y les rendirán rápidamente resultados.
Las almas realizadas son como los faros que señalan el camino a las naves atrapadas en la impenetrable oscuridad en medio del océano. Los faros espirituales muestran el camino a aquéllos que se debaten ciegamente en la espesa noche de la ignorancia.
Todos hemos nacido del seno del único Señor. De la misma manera que múltiples variedades de peces, cangrejos y especies marinas circulan dentro de una gran pecera, multitudes de seres humanos circulan en el mar llamado el Señor. Esto es en verdad un espectáculo asombroso. Algunos no están desarrollados, algunos son subdesarrollados; nadan de aquí para allá, codiciosos y egoístas. Entre esa multitud de seres ignorantes existen algunas cuantas almas altamente desarrolladas, los seguidores del sendero del Conocimiento y los yoguis (hombres centrados en Dios). Puesto que éstos se encuentran mezclados con la masa ignorante, se hace difícil distinguir a los sabios de los demás. Es imprescindible un microscopio para identificar los glóbulos rojos en la sangre; de manera similar, necesitamos un microscopio especial para averiguar quiénes son los seguidores del sendero del Conocimiento; ese microscopio no es otra cosa que la meditación.
En verdad, la Creación y las maravillas que encierra son motivo de asombro. Pero bajo las actuales circunstancias, son muy pocos los que buscan la luz y son guiados por ella. Así que, en vez de seguir a esta persona o a aquella otra, aventurándose en caminos dudosos, extraviándose, es mejor poner nuestra fe entera en el Señor mismo y depender de El como si fuese la única madre, padre, gurú y guía. Así, jamás se alejarán del verdadero camino; El jamás los dirigirá por el camino equivocado. Para poseer esa firmeza de fe y esa experiencia, uno debe adoptar la meditación. He aquí el único y solo medio. Basta con que se medite sobre el Nombre y la Forma del Señor con Amor y con Fe; como he dicho, pueden elegir el Nombre y la Forma que más les agrade.
En aras de esta disciplina espiritual ustedes deben cultivar la cualidad de estar siempre llenos de alegría, con la sonrisa en los labios. Esto les conferirá distinción. Además, le caerán mejor a la gente y el Señor también se regocijará viéndolos. Por lo tanto, observen a la meditación con inocencia, pureza y humildad.
De esa manera no fracasarán en alcanzar cualquier cosa por la que luchen. No dejen que ninguna situación les altere el ánimo, no pierdan el valor ante ninguna contingencia. Respeten a toda persona, sea cual sea su jerarquía. Así, la cualidad del Amor Universal se desarrollará en ustedes y la meditación progresará sin perturbaciones.
La meditación (dhyana) es el único remedio que permite la curación de enfermedades sin recurrir a medicamentos químicos. Incluso la capacidad de discernir y analizar aumentará, y por ese medio, cualquier enfermedad, sin importar su gravedad, podrá ser sanada.
Toda palabra pronunciada por el hombre posee dos tipos de significados: el obvio y el innato, el natural y el cualitativo. Las Upanishads toman el segundo; elaboran, clarifican y dan a conocer a Dios. Una cosa importante que hay que recordar es que es posible y deseable emplear el poder entero de las palabras, mediante la dulzura y la suavidad. Si uno ansía ver a Dios en cada objeto, la dulzura de la palabra aportará una ayuda inmensa. Señor, Maestro, en estas palabras yace el secreto de mucho cariño y aprecio. Utilizando tales palabras, ¡cuán felices podemos hacer a los otros y cuán ligeras se harán las mentes de ustedes, gracias a la práctica de la suavidad en la expresión! Cuando la meditación se lleva a cabo en esa atmósfera de felicidad, ¡cuán rápidamente es posible alcanzar la concentración!
Si por el contrario, al hablar ustedes emplean palabras que culpan y desprecian a los otros, se convierten a su vez en el blanco de acusaciones y éstas perturban su mente; entonces el propósito de la meditación no se realiza, puesto que la atmósfera se hace impura. Por lo tanto, si verdaderamente desean ser felices a través de la meditación deberán, como paso preliminar, entregarse ya sea a la conversación gozosa o a los pensamientos y recuerdos felices. La conversación suave y dulce ayuda enormemente a la meditación. El hombre deberá cultivar un carácter de este tipo, pues el carácter sobreviene al cuerpo. Las virtudes constituyen la fuerza y la gloria del hombre. El carácter es poder. Por lo tanto, témplenlo y utilícenlo para alcanzar la Visualización del Señor. Manténganse firmes en ese propósito. Deberán tener contento, sea cual fuere la ganancia, pérdida o estado en que se encuentren. Esto es esencial; el contento otorga felicidad y la incrementa. Para la mente contenta, la vida es un festival interminable. La mente preocupada por el deseo no encontrará la paz; cuando el deseo le acosa, se hace imposible la concentración. El deseo es el infierno del cuerpo, lo reduce a cenizas. El contento es el remedio eficaz para eliminarlo. Así como un baño en las frescas aguas de un manantial refresca al viajero exhausto y abrumado por el calor quemante del sol, el hombre que sufre a causa del abrasador fuego de la codicia será refrescado por las diáfanas aguas del contento.
Uno deberá tener el solo deseo de alcanzar la senda de la realización. Uno no debe dedicar su vida a satisfacer los bajos deseos mundanales. Dedíquenle todo al Señor; he ahí el genuino contento. Tal es el resultado de la adquisición de la Paz Mental, de la Felicidad y el Discernimiento, y también entonces se hace posible la Visualización del Señor.
La recordación del Nombre y la meditación son los únicos medios para adquirirlos. Unicamente ellos pueden otorgarles tal poder. No lo encontrarán en ninguna otra parte. Y sobre todo, si ustedes poseen felicidad, los otros dos se añadirán por sí mismos. Nada le ofrece más al hombre que el contento. Es un tesoro que en riqueza supera a los tres mundos. La persona contenta es capaz de experimentar la indescriptible Gloria Divina. Es más feliz que el poseedor del Kalpataru (el árbol que satisface todos los deseos). Puede sumergirse dentro de sí misma y descubrir en sí la Bienaventuranza. No busquen los goces físicos descartando el goce más permanente de la calma interior y el contento.
No tengan apego por este cuerpo perecedero; utilicen su cuerpo como un instrumento, considérense a sí mismos como algo aparte de este cuerpo corruptible, que ha sido creado de la conjunción de los cinco elementos. Conózcanse a ustedes mismos como el Alma indestructible. Así como la casa que habitan está separada de ustedes, asimismo el cuerpo que los envuelve durante breve tiempo es algo separado. El cuerpo es la causa básica de todo este dolor, de todas estas calamidades, de toda esta esclavitud. Compréndanlo bien: hagan que el cuerpo obedezca su voluntad; nunca se dobleguen ante él, ni sigan sus caprichos. Estén preparados para arrojarlo lejos de ustedes, resuelvan manejarlo y mantenerlo bajo estricto control. Tienen que tratar cuidadosamente al cuerpo, deben educarlo con suma atención.
Aunque todo lo que he mencionado anteriormente se relaciona con el Alma, ciertas actividades deben ser emprendidas por todo el mundo. ¿Cómo usar el cuerpo como un instrumento, por ejemplo, como una balsa, para cruzar el río de la vida? Mientras se practica tal disciplina, así como después, ustedes deberán sentirse gozosos y no deprimidos. Esto nunca debe olvidarse. Nunca se cansen o intimiden. Si a pesar de ello, el aspirante espiritual se fatiga, entonces al finalizar la meditación del día pueden comer algunas nueces molidas o almendras bien remojadas en agua. Este alimento refrescará el cuerpo y le infundirá fortaleza.
Así que todo hombre debe desarrollar la virtud del contento a través de la práctica espiritual de la meditación. El contento es una cualidad sátvica (equilibrada), no los convertirá en perezosos, no, ¡en absoluto! Más bien permitirá a la mente viajar hacia el Señor; otorgará la paz. También impedirá las actividades no esenciales cuyo propósito es la ganancia egoísta. El hombre contento será enteramente sátvico (puro); llevará una vida interior en comunión con el Alma. Tal hombre puede realizar cualquier trabajo sin descanso y sin quejarse, las ondas mentales que en él oscilan en muchas direcciones alcanzan una sola meta. Los sabios, discípulos y yoguis del pasado alcanzaron la meta de la vida gracias a la paz que les advino mediante el contento. Este otorga a todos los aspirantes espirituales el entusiasmo y el vigor necesarios para emprender el sendero que conduce a la autorrealización. Al estar contento, el aspirante espiritual tiene la capacidad para ignorar los peligros y las dificultades de ese camino; mira como veneno todas las cosas impermanentes de esta vida, las rechaza como basura. Mediante el contento se desarrollan el discernimiento, la renunciación, el espíritu inquisitivo. El relato de Meera es un ejemplo de esto. Comprendan bien las historias de Radha (consorte de Krishna), Jayadeva (gran poeta) y Gauranga (devoto de Krishna). Les enseñarán la Verdad.
SAI BABA




sábado, 17 de enero de 2009

LA REPETICION DEL NOMBRE Y LA MEDITACION PERMITEN LOGRAR LA PAZ MENTAL.


Cualquiera que sea el embrollo en el que el hombre se vea atrapado, si se absorbe en el Nombre del Señor quedará libre; además, por este medio podrá realizar inequívocamente el Nombre y la Forma a través de los cuales podrá recordar constantemente al Señor. No hay la menor duda de esto. Las prácticas espirituales del yoga, las relacionadas con la respiración (pranayama) o el ascetismo (tapas), están erizadas de peligros y trampas a cada paso. Pero en la práctica de repetir el Nombre Divino, meditar o recordar al Señor, no hay posibilidad de caídas o cualquier otro peligro. La primera práctica difiere según la casta o religión, pero en la esencia de la disciplina de la repetición del Nombre no hay el menor vestigio de tales distinciones. Los hindúes, musulmanes o cristianos pueden discrepar en muchos puntos, pero son uno en glorificar el Nombre del Principio Divino. Todos dan un nombre al Dios único, aunque el idioma en que lo expresen sea diferente. Todos recitan, repiten y recuerdan el nombre como se dice en su lenguaje particular. Cada uno da vuelta a las cuentas del rosario que exista en su religión, pero para cada uno de ellos, no hay nada tan fructífero, tan universal o tan sagrado entre las disciplinas espirituales, como la repetición del Nombre Divino, la meditación y el recuerdo del Señor.
El Señor y su Nombre son uno solo, pero la dulzura del Nombre rara vez se encuentra en la Forma. Al traer a la memoria el nombre de la flor "rosa", su fragancia, sus pétalos delicados, la intensidad de su matiz es lo que se recuerda; sus espinas y el trabajo que a uno le costó obtenerla quedan totalmente olvidados. Pero si uno se pone a considerar la planta de la que proviene, sus hojas y ramas, es probable que se olvide de la flor que es lo más importante, hermoso y atractivo y sólo se hablaría de "la planta". Veamos otro ejemplo: tan pronto como se dice "mango", uno recuerda su dulzura incomparable. Sin embargo, si el mango lo tenemos en la mano, surge la duda sobre si estará dulce o desabrido; después examinaremos la cáscara, la fibra, el jugo, el hueso, etc. Cuando sólo se dice el nombre, todas estas características no acuden a la memoria; sólo la dulzura. Tal es la diferencia entre el Señor y el Nombre del Señor. La esencia pura de la dulzura está en el Nombre. En el caso de la Forma, hay probabilidad de que surja el temor mezclado con el respeto, y hasta que aparezcan algunas veces atributos que dan pavor. He ahí otra razón por la que el Nombre del Señor se evoque más que su Forma. Es por medio de la riqueza del Nombre que el artículo "la Forma del Señor" se obtendrá. La riqueza es necesaria para obtener cualquier artículo en el mundo; consecuentemente, la riqueza es superior a los artículos adquiribles por medio de ella; éstos se pueden conseguir en cualquier momento. Así también, si la riqueza emanada del Nombre se acumula metódicamente, se podrá realizar fácilmente y sin obstáculos al Señor a través del sendero de la meditación.
Otro atributo especial de la repetición del Nombre del Señor (namasmarana) es éste: es posible adquirir diferentes poderes ocultos (siddhis) a través del yoga y de la austeridad, pero hay grandes probabilidades de que, una vez alcanzados estos poderes, se olvide al Señor. Cegados por su orgullo, algunos individuos tal vez dejan escapar lo más fundamental de la conquista lograda a través de sus prácticas espirituales. Pero con la recordación, la repetición del Nombre del Señor y la meditación no sucede así; no hay tales peligros acechando el camino, ellos tres hacen que el Amor crezca más y más en el hombre. Por medio del Amor se llega a la Paz. Una vez que la Paz, es decir, la paz mental, se ha alcanzado, todos los demás estados se obtienen automáticamente; por medio del yoga y las austeridades, poderes extraordinarios; por medio del recuerdo del Señor, la adoración al Señor y la meditación, amor extraordinario; tal es la diferencia entre los dos.
Sin embargo, uno debe tener cuidado de no discutir estos métodos con cualquier persona; porque para cada uno su camino es el mejor. Si se le consulta a alguien que sigue un sendero diferente, censurará la práctica de la repetición del nombre del Señor y la meditación y los tratará con escaso respeto. Los menospreciará como algo muy elemental; verá a los aspirantes espirituales como párvulos. Como resultado, ¡uno empezará a dudar de la eficacia del camino que escogió! Y donde antes encontraba alegría, ahora surgirán preocupaciones; donde había amor, sentirá disgusto. Por tanto, reflexionen en su interior cuál sendero es el más dulce, o aproxímense a aquéllos que han probado el néctar del nombre del Señor y pídanles que les describan los detalles de sus experiencias. No discutan estos temas con cualquier persona que conozcan. El tiempo que se emplea en estas discusiones puede ser mejor utilizado en el cultivo de la alegría, evocando mentalmente muchas veces el nombre y meditando en la Forma del Señor. Sopesar los pros y los contras, comparar puntos de vista para determinar cuál es el más válido, sólo puede concluir con la pérdida de todo lo que se progresó con grandes esfuerzos, a través de la práctica espiritual. Mientras no sean muy experimentados, recuerden siempre el Nombre del Señor y repítanlo imperturbables, con firmeza, ya sea que estén solos o en la compañía de otros devotos. Después, nada podrá hacerlos titubear. ¡Observen a los peces! En sus primeras etapas de crecimiento, crían a sus recién nacidos en un lugar tranquilo y poco profundo; más adelante los empujan hacia el mar abierto, agitado y plagado de criaturas peligrosas. Entonces, las crías aprenden a sobrevivir valerosamente y a crecer sin temor alguno. Si se les hubiese criado desde pequeños en el mar abierto, con toda seguridad habrían sido devorados, incluso por los peces más inofensivos. Así, el nombre del Señor, su repetición y la meditación se deben practicar con gran cuidado, siguiendo una rutina bien planeada y sin discutirla con los demás.
Hoy en día, muchos aspirantes a la vida espiritual descartan la repetición del Nombre del Señor (namasmarana) y se dedican al yoga y pranayama (control de la respiración).
Estos están llenos de peligros. Es difícil practicarlos correctamente, y aun cuando se practiquen correctamente, conservar y proteger sus frutos es mucho más difícil.
Si el pescador arroja la red a la orilla del río mientras trata de atrapar peces con sus manos en el agua, ¿puede esperar que haya presa en la red a su regreso? Abandonar la práctica de la repetición del Nombre, así como la fe en ese sendero para hacer yoga y austeridades es tan necio como tratar de atrapar peces por medio de este método. Si se adopta el Nombre como refugio y medio de sustentación, se puede realizar al Señor mañana, si no hoy mismo. Si se conoce el nombre de una cosa, ésta se puede adquirir fácilmente. Pero si no se sabe su nombre, aunque ella esté frente a nosotros, no la podremos reconocer. Por tanto, repitan el Nombre sin cesar y sin claudicar. Por medio del Nombre, se desarrolla Amor (Prema); a través del Amor, se puede practicar la meditación del Señor. Si el Amor está hondamente arraigado en nosotros, el Señor, que está compuesto de Prema (Amor) se vuelve nuestro. No importa cuántos caminos existan para realizar al Señor, no hay ninguno que sea tan fácil como éste.
Nótese esto: cuando en un lugar hay alguna enfermedad endémica, el medicamento que la puede curar también se encuentra en esa región, y en mayor concentración que en otras partes. Aunque después de una búsqueda minuciosa ese elemento se pueda hallar en otras tierras, no será tan eficaz o no se dará con la misma abundancia. También, en el Kali Yuga, la era que vivimos actualmente, se puede obtener el remedio para las enfermedades que nos aquejan: a través del yoga, los males de la injusticia, la inmoralidad y la falsedad que infectan al mundo se pueden erradicar. Por esta razón, los Sastras (Escrituras religiosas) han estado proclamando insistentemente, con un énfasis cada vez mayor, que en esta era de Kali no existe otra salvación que el Nombre del Señor. Por esta circunstancia, de los cuatro yugas, el Kali Yuga (ciclo de 1200 años divinos) es el mejor. El Nombre del Señor, su repetición y la meditación extirpan el mal de la humanidad; ellos tres guardan y protegen la naturaleza humana. Por lo tanto, los frutos de la meditación son más grandes que los que se acumulan con mayor dificultad a través del yoga o de austeridades o la práctica del control de la respiración.
En todo lo que se relaciona con el desempeño de una labor, la atención concentrada es de gran importancia. No es correcto decir que las cualidades y logros necesarios para el progreso temporal y el progreso espiritual son diferentes entre sí. El progreso espiritual es precisamente la purificación de lo temporal. El éxito o el fracaso en cualquiera de los dos depende de la concentración, la cual también es disciplina espiritual. Hay dos caminos que la práctica espiritual puede tomar: hacia ningún punto, o hacia puntos múltiples. El primero es el nivel del sueño. El segundo es el resultado de dirigir la visión, con los ojos abiertos, a toda la Creación y los paisajes que nos ofrece. Si evitamos caer en estos extremos, sin que nuestros ojos estén cerrados como cuando dormimos, ni totalmente abiertos como en el completo estado de vigilia; sino parcialmente abiertos y dirigidos al punto central de la nariz, el equilibrio se convertirá en nuestra propia naturaleza y además, se llegará fácilmente a la concentración.
Desde luego, esto no significa que fijar la atención en la punta de la nariz será suficiente. Es una medida inicial; después de concentrar ahí la atención, se la deberá dirigir hacia el Nombre y la Forma que se tenga en mente; eso será meditación.
1 Cada año divino equivale a 360 años de los hombres mortales.
Cuando estén sumergidos en la repetición del Nombre (japa) y la meditación (dhyana) es posible que otros pensamientos empiecen a distraerlos; pero no les deberán preocupar, no encierran muchos peligros. Al iniciar la práctica de la repetición del Nombre, siéntanse para ello con entusiasmo. Si una tarea se comienza con firme determinación, no hay impureza que pueda afectarla. Lo que deben observar es que estén puros cuando empiecen la repetición del Nombre y la meditación. Tampoco se deben preocupar por las formalidades del procedimiento. Simplemente, escojan el Nombre que les guste y la Forma que tiene. Ese Nombre mismo será el mantra (fórmula mística de gran poder). El mantra es todo, es siempre puro y activo. Pero no se deberá cambiar de nombre y forma a nuestro antojo, y usar uno un día y otro diferente al siguiente. Cualquier nombre y forma que les haya dado contento desde la primera vez que los invocaron, son los que se deberán conservar a partir de entonces, sin desviarse de ellos. Sin lugar a dudas, quedarán implantados en su corazón. Después, todo empezará a ocurrir a través de su gracia. Pues si al obrero se le ordena cavar la tierra, su trabajo será, simplemente, seguir cavando; sólo el jardinero sabrá cuánta tierra y de qué manera se ha de colocar debajo de qué planta. De modo que la orden es: "¡Practiquen la repetición del Nombre!" Siempre y cuando ustedes continúen efectuando este trabajo, El mismo les marcará la dirección y la manera mejor de enmarcarlo.
El valor del Nombre y la Forma consiste en la educación que le dan a la mente. ¿De qué sirve entrenar a un caballo que ya ha sido enseñado? Es al caballo indómito al que se debe someter por medio de diferentes métodos. De manera similar, para la mente indómita tenemos la oración, los cantos devocionales, la repetición del Nombre y el recuerdo de la Forma. En las etapas preliminares, el caballo corre en muchas direcciones; pero el entrenador no debe preocuparse por esto; sólo debe sujetar fuertemente las riendas. Naturalmente, la mente también corre en diferentes direcciones cuando se inicia en la práctica de la recordación y repetición del Nombre, pero uno no debe desmayar, ni dar lugar a la indecisión, la ansiedad o la desesperación. ¡Sujeten bien las riendas! En poco tiempo controlarán lo que dicen y piensan. Lo único que no deberán permitir es que nada que los haga olvidar el Nombre del Señor se interponga; y a su debido tiempo, ustedes mismos se darán cuenta de los beneficios que el Nombre les reportará.
No deseen comer fruta desde el momento en que el árbol joven se planta. No arranquen y mastiquen las ramitas y hojas pensando que "de ahí deducirán el sabor del fruto"... Si lo hacen así, no podrán disfrutar la dulzura del fruto; además, la planta misma no sobrevivirá.
Así, la tarea de ustedes es sencillamente cultivar el retoño incipiente llamado el Nombre del Señor. Mientras lo practiquen no deben dudar y preguntarse si verdaderamente tiene la gloria que se le atribuye. Ese retoño, sin duda alguna, crecerá hasta convertirse en árbol y dará el fruto que esperan comer. Ustedes lo pueden lograr, el Nombre del Señor tiene la capacidad de dar tal fruto. Por lo tanto, el propósito de la concentración es que ustedes se aferren al Nombre del Señor sin cambiarlo y mantengan la Forma siempre presente. En la red de la recordación del Nombre no debe haber ningún agujero; es decir, que siempre debe hacerse, sin pausas ni intermedios. Si se deja una brecha, un espacio abierto, ¡el fruto que haya caído en la red puede escaparse por ahí! Practiquen la meditación hasta que su mente esté firmemente bajo control. Esa es la tarea primordial.
Dejen que la mente corra por doquier, pero tengan cuidado en no seguirla, esperando descubrir hacia dónde va. Entonces, deambulará por aquí y por allá a su antojo, y pronto, ya cansada finalmente, regresará a ustedes. Es como un niño, que nada sabe. Puesto que la madre lo sigue, llamándolo hacia ella, se arma de valor y de confianza para avanzar en cualquier dirección; pero si la madre no corre tras de él y se vuelve atrás en silencio, el niño regresa a ella por sí mismo.
No presten atención a las divagaciones de la mente. Ejecuten la repetición del Nombre y la meditación del nombre y forma que más les agrade, de la manera en que estén acostumbrados; así alcanzarán concentración y realizarán el deseo de su corazón. No ocupen sus pensamientos con la idea de la pureza o la impureza mientras hacen esta práctica de meditación. No hay nada impuro en el mundo. Si el Señor es inmanente en todas partes y en todo, ¿cómo puede algo ser impuro? Aun cuando algo aparente ser impuro, en el mismo momento que se pone en contacto con el Nombre del Señor se purifica.
Pongan atención en este punto: si al responder al llamado de la naturaleza alguien encuentra un tesoro, ¿dudará en tomarlo porque se siente impuro en ese momento? La pureza y la impureza son el resultado de las reacciones mentales a un momento en particular. Cuando alguien da dinero por caridad, lo da hablando del favor que concede y de la pureza de su acción. Pero cuando tiene la oportunidad de procurarse dinero, cualquier momento le parece favorable. La razón de ambas actitudes reside en la mente.
Similarmente, ningún pensamiento de pureza o de impureza les incomodará si tienen entera fe y amor por el Nombre del Señor. Por otra parte, si sienten cierto apremio y descontento, todo tipo de obstáculos superables e insuperables se presentarán. Por lo tanto, desechen todo sentimiento de ese tipo. Fortalezcan la fe en la inconmovible santidad del Nombre y su Forma correspondiente. Crean con firmeza que toda cosa se santifica por medio de Su Nombre.
Cultiven el Amor por el Señor; su potencialidad es infinita. Una cadena de acero puede ser rota fácilmente, pero no así la cadena del Amor que nos une al Señor. Incluso el más cruel de los animales es subyugado con amor. ¡Es la maya (el mundo ilusorio) del Señor! ¡Qué labor bendita sería si las aguas de este Amor se dirigieran no a los lagos y bajos en las desviaciones del río, sino al océano de la gracia del Señor! Entonces, el individuo se daría cuenta del propósito de la vida. Esta es la más excelsa Liberación (moksha). Dirigir sin interrupción el Amor hacia el Nombre y Forma del Señor; he ahí a la meditación de verdad. No confundan esta estancia temporal con su morada eterna. Ni tampoco deben descorazonarse ante los problemas pasajeros y las tragedias efímeras. Sumérjanse en el esfuerzo por alcanzar al eterno Señor. Toda cosa en este mundo está sujeta al deterioro; si no hoy, tal vez mañana, pero está destinada a desintegrarse, ¿verdad?
No es correcto rechazar al Señor, quien está ligado a ustedes eternamente, extraviándose en el mundo, ¡con el qué están ligados por unos días únicamente! Como ha sido escrito: "...Los parientes nos acompañan hasta la entrada del cementerio, y tal vez hasta la fosa; pero recordemos que nuestro pariente verdadero es el Señor". El nunca los abandonará. Teniendo en cuenta el número de nacimientos por los que han pasado, ustedes han tenido innumerables madres y padres, esposas y maridos, hijos e hijas, amigos y enemigos, pero ¿subsisten hoy en día? ¿Acaso esos familiares recuerdan tales parentescos? Ustedes no son nada para ellos, ellos no son nadie para ustedes. Pero tanto ustedes como ellos tienen al Señor en común, como el pariente inmutable; El subsiste a lo largo de todos los nacimientos. El es eterno. El cuida de ustedes de nacimiento en nacimiento. ¿Puede haber mayor tragedia que olvidar a semejante Señor? Llega un momento en que los sentidos se debilitan e incapacitan, rehusando funcionar; en que los familiares, la mujer, los hijos y los amigos rodean nuestro lecho de muerte, mientras que los mensajeros de la muerte nos apremian a emprender el camino sin tardanza... ¿Quién de nosotros puede saber cuándo y cómo será llamado? Antes que llegue ese momento, estemos preparados con el pensamiento de Dios.

SAI BABA


ARCHIVOS DE "RADIO UNIDAD SAI"

DEL PROGRAMA:

¨LA ENCARNACIÓN DIVINA¨