Tat
Shailputri
TAT significa "el Dios", o sea, "de la entidad más pura".
El Gayatri Varnamala Shtotram verso 2: La letra “Ta”, de las veinticuatro letras del Gayatri, tiene la forma y el color de un loto, y es considerada y debidamente honrada por Brahma, Vishnu y Maheshvara. Destruye las transgresiones (papa) debidas al asesinato de un Brahmin.
TAT significa "el Dios", o sea, "de la entidad más pura".
El Gayatri Varnamala Shtotram verso 2: La letra “Ta”, de las veinticuatro letras del Gayatri, tiene la forma y el color de un loto, y es considerada y debidamente honrada por Brahma, Vishnu y Maheshvara. Destruye las transgresiones (papa) debidas al asesinato de un Brahmin.
Bhur, Bhuvah, Svah, Maha, Tapa y Satya-loka. estos siete estratos han sido resumidos en una sola palabra, tat.
La palabra tat denota al Parabrahma en el Brahma-gayatri.
TAT: Es una partícula mística rica en significado profundo, especialmente dentro de la filosofía Vedanta (Vedanta = Último Conocimiento, el del Ser). Las Escrituras Sagradas del Veda nombra, cuando se refiere a la Divinidad Absoluta y Suprema, de muchas maneras, en función de los Atributos y Aspectos en que se manifiesta; pero, cuando ha de mencionarlo como Principio Aglutinador de Todo, en Todo y más de Todo, lo enuncia como "TAT", es decir "ESO".
En "ESO" concentra el "ESTO" y el "AQUELLO", el "ESE" y el "ESTE". Al admirar su Excelsa Grandiosidad, no puede denominarlo con claridad y recurre a lo indeterminado del "ESO", "AQUELLO" y el "ESTO" para Nombrarlo.
: Las escrituras vedicas expresan el cosmos en su totalidad, todos los seres y todas las cosas están dentro de la vibración de los mantras védicos; el gayatri mantra es el ritmo natural de todo lo creado, quien vive en la sagrada vibración gayatri es realmente bendito. El, verdaderamente he descubierto dentro de sí mismo todo un mundo de realidades trascendentales. El gayatri nos lleva mar adentro en el conocimiento vedico, la ola del mar no es simplemente agua elevada por algún viento pasajero, es el eterno murmullo que proclama om, om y mece las almas y los corazones de los santos. Verdaderamente la fragancia de la flor, es una dulce poesía para nuestros corazones cansados, es el murmullo en la brisa de océano del Dios Viviente.
Cuando esto sucede, cuando esta vivencia llena nuestra vida de una nueva y poderosa perspectiva, alzamos las manos a los cielos, al estilo de los salmos del dulce cantor de Israel, el rey David y Dios nos responde al corazón y se desvanece toda ansiedad. Al estilo del profeta, cuando dice: habla Señor, que tu siervo escucha.
Establecemos un pacto con la santidad de la vida, de todas las vidas. Somos renunciantes de tiempo completo al tiempo que seguimos con nuestras ocupaciones cotidianas. dónde está tu aguijón, oh maya? Así cantarán los santos cuando Dios establezca su morada en este mundo.
Porque debemos tener siempre presente que la misericordia divina es de tal naturaleza que es El, quien sale a nuestro encuentro de modo que vivamos en las tierras de las respuestas, en los jardines de los santos, en la fragancia de los textos, en la calma de Su mirada que todo lo contiene.
Solo podemos proclamarnos conquistadores si tenemos amor en nuestros pensamientos, palabras y acciones. Porque el amor vence el significado que le asignamos a la muerte, por él podemos comprender las cualidades sagradas, las vivencias santas, la purificación de las almas, la sonrisa del ser iluminado, el sentido de los suspiros, la belleza de la misericordia.
El amor es fe y la fe es Infinito. La fe es Absoluto. Santidad de santidades, mar que detrás del rugido de las olas trae la suave calma, el viento fresco, el esplendido verdor.
El amor solo tiene por objetivo provocar en el corazón felicidad por eso es que decimos al estilo de San Juan: Dios es Amor. Gayatri mantra es una plegaria de amor.
Somos misteriosamente extraños a la luz de muestras propias definiciones humanas, demasiado humanas. Hemos olvidado proclamar lo falso como falso y lo verdadero como verdadero. Hemos confundido los niveles de percepción y estamos en medio del mar embravecido, buscando quien pueda llevarnos a salvo a la costa. La realidad de las cosas no la podemos encontrar con juego de palabras, la creación es un acto donde la divinidad misma está comprometida; requiere de una conexión profunda con la fuente de la santidad.
Será este el propósito de nuestras vidas?
Las escrituras vedicas nos muestran todo un mundo de definiciones trascendentales capaces de llevarnos a la orilla, aunque el mar esté furioso y la tormenta nos atormente.
Por eso está escrito en el Svetasvatara Upanishad (6:23) solo aquellas almas que tienen fe implicita…se les revela todo el conocimiento vedico.
No es difícil de alcanzar la armonía, si aceptamos al maestro espiritual sin reservas mentales, nuestra mente se estabilizara y la trascendencia estará disponible como un torrente de lluvia fresca sobre las almas de los buscadores.
Las definiciones de acuerdo a nuestros gustos y aversiones es el primer impedimento que debemos vencer. La pervertida tendencia a ver al otro como otro, distinto, separado y opuesto, es un pecado que debemos superar. El Dios de tus sueños, el señor de tus ruegos, la dulzura de la forma, jamás puede transgredir la unidad que representa. Quién eres tu, de dónde proviene tu conocimiento para señalar a este como verdadero y al otro como impostor? Por qué este maestro espiritual deberá ser diferente y opuesto al que tu consideras el verdadero? Por qué atacas con los mismos argumentos con que eres atacado o es atacado tu maestro espiritual? No es esto como mínimo paradójico y risueño? No será que la auto indagación debe comenzar por estas cuestiones básicas, tan lineales, tan simples, pero tan destructivas de la fe y la esperanza de tantos buscadores?
Lo falso es falso y lo verdadero es verdadero, lo falso es que tú tienes la verdad, lo verdadero es que tú eres la verdad. Y lo trascendental es que al final, todo se absorbe en la Luz.
Quién eres tú, quién soy yo? A menudo nos olvidamos de interrogarnos. Cumplimos roles, somos madres, padres, hermanos, amigos, esposos, hijos, amantes, novios y también devotos. Somos muchas personalidades y cada una de esas personalidades con sus múltiples roles. El canto del gayatri mantra nos ayuda a reformular todas las instancias enfermas de nuestra personalidad y nos devuelve a la conciencia original de ser nosotros mismos, de cara a lo sagrado.
Nada tiene de malo ser padres, hijos, esposos, etc. Siempre y cuando cada uno de estos roles podamos disponerlos en aras de la santidad personal y colectiva. Porque interactuar es estar expuestos a la acción y la reacción. De modo que una perspectiva que nos inicie en el sendero de la santidad debe tener necesariamente la voluntad de romper con las dependencias que nos atan exclusivamente a lo físico, exclusivamente a lo mental o exclusivamente a lo emocional en detrimento de la santidad.
Nadie debe desear ser sepultado en un cementerio de olvidos y reproches, de flujos y reflujos contaminados por acciones y reacciones. Todos estamos llamados a ser hijos de la luz y descansar bajo la sombra del árbol de la verdad y el amor. La llegada de los reyes que visitan al Niño que ha nacido, debe significar para nosotros el Bien, la Bondad y la Belleza, valores capaces de sostener nuestra existencia en un estado de armonía, sabiendo con el corazón y la mente que, nada existe fuera de Brahman.
Para saber quien eres y quien soy debo adquirir el conociendo correcto, por ejemplo la percepción sensorial empírica, o las teorías basadas en las evidencias, o lo que se escucha de las fuentes autorizadas. Encontramos que fuera de este universo material existen millones de objetos y situaciones que no conocemos, por lo tanto apelamos al conocimiento que está expuesto en los vedas, al shabda o el sonido trascendental. El gayatri mantra es el sonido trascendental, la exposición de todo el conocimiento en 24 silabas sagradas. Este conocimiento no posee percepción imperfecta, errores, engaños o ilusión. De modo que cuando tengamos la urgencia del alma por saber quienes somos, debemos cerrar nuestros ojos y cantar como una dulce canción: Tat savitur varenyam, bhargo devasya dhimahi, dhio yo nah prachodaiat.
Esta dulce canción celestial llena nuestro corazón y con ello nos basta. Los devotos de gayatri contrariamente a lo que se dice en los círculos espirituales, no son afectos a hablar sobre las vidas pasadas y reencarnaciones. Ellos son felices siguiendo las instrucciones de los Acaryas y del Maestro Espiritual; ellos están dedicados al presente y saben que con el canto del gayatri mantra, pueden levantar toda deuda karmica de muchas vidas hacia atrás y santificar las próximas vidas, haciendo de la presente, un transcurrir bello y sagrado.
En Gayatri vedanta Yoga esta visión tan equilibrada y tan llena de comprensión de la veredadera realidad espiritual, es muy valorada.
Del mismo modo, todos los devotos sabemos que el gayatri solo puede traer bendiciones sobre nuestras vidas, que la depresión, la angustia y todas las emociones descontroladas, nacen desde adentro del devoto, nunca puede provenir desde la santidad.
El joven sigue al maestro, desea aprender el camino de la realización del ser; por momentos en su mente todo aparece claro, en otras ocasiones todo es confusión; no entiende bien porque el maestro lo rechaza; o lo que es peor, lo ignora. Ignora su ansiedad por alcanzar al Supremo. Insiste, una dos, tres veces: cuánto insistió? No lo recuerda. Un cierto día, el maestro le pide que lo acompañe y lo lleva a las orillas del lago, los dos se bañan, de pronto el maestro lo empuja hacia abajo y lo retiene. El aspirante permanece unos minutos en ese estado de exasperación por la falta de oxigeno. El maestro lo mira a los ojos y le dice: “cuando anheles el conocimiento tanto como el aire, regresa”.
Todos llevamos dentro nuestro la semilla del buscador espiritual; no hay santo sin pasado, no hay pecado sin remedio, dice el dicho popular. Transformar el anhelo en realidad, la ansiedad en trascendencia gozosa es una tarea ineludible si deseamos ser sinceros.
Todo nuestro ser corporal, mental y emocional requiere de una transformación que permita el ingreso masivo de la luz de Dios; para que esa transformación sea posible debe estar basada en actos previos: aprender y comprender si esto ocurre estamos en condiciones de aprehender y podemos ingresar a la bella avenida de la transformación.
Transformación significa unificarnos con los reinos celestiales con todo nuestro ser y con toda nuestra alma, al estilo de los salmos del dulce cantor de Israel, “por las noches te busco y en las mañanas te elevo mi canto”. Lo físico, mental y emocional debe ser un altar encendido para el servicio divino todas las noches, todas las mañanas, durante todas nuestras vidas. De ahí la importancia de aprender, comprender y aprehender. Se trata de muestra vida, este complejo aparato físico, emocional, mental y psíquico que debe estar dispuesto en orden a la santidad. No es un pensamiento, una construcción gramatical, es la vida, la oportunidad de lograr la santidad. Nuestra vida no puede estar a la venta en los escaparates de los mercados, aunque estos se vistan con aires espirituales. Debemos afrontar valientemente nuestros desordenes prácticos y elevarlos a un nivel de santidad. La vida en este mundo tiene todo de maravilloso y al mismo tiempo los rasgos de inevitables sufrimientos es imposible reemplazarlos.
Dónde van las palabras cuando mueren, a que alcoba de los vientos son desterrados nuestras creaciones mentales? Conservaremos los cadáveres que creamos en nuestras fantasías?
El gayatri mantra nos enseña que todo es un fluir, y que este fluir, esta preñado de santidad. El ritmo natural de la creación contenido en 24 silabas restaura en nosotros la luz original cuando Brahman era uno sin segundo, como lo declaran los upanishad. La dulce canción impregna la conciencia del buscador y hace que la semilla germine en una maravillosa planta de santidad, amor y compasión. Comprendemos todo lo creador cuando somos capaces de repetir el gayatri mantra con el corazón abierto a la maravilla de la luz.
Muchos devotos de la Madre Gayatri saben de esto. Podemos decir que hay tres tipos de avances en el sendero de gayatri vedanta: la repetición del gayatri como sadhana cotidiana; la repetición con sentimiento espiritual (bhava); y cuando el mantra se canta así mismo como una meditación deslumbrante en los centros energéticos. Es posible que los devotos logren estados simultáneos de estos tres avances por contados segundos en un determinado tiempo. Debemos avanzar, con voluntad y disciplina hasta lograr una percepción de la santidad cada vez más expansiva. Otros devotos, ya poseen la gracia infinita, que desciende sobre ellos y se descubren que la divina vibración es un susurro en medio de la brisa, una suave canción capaz de transformar cada célula de nuestra actual vida humana.
El mundo presenta demasiados ruidos; la mente es capaz de crear deseos ilimitados y ruidos ilimitados. El gayatri mantra es en principio un auxilio básico, porque actúa en los niveles más básicos de nuestro cuerpo y mente. Nos auxilia con la paz mental, con la no violencia, con la serenidad como dones celestiales. El gayatri mantra viene en nuestro auxilio desde el mismo momento que lo recibimos como un conocimiento divino capaz de transformar nuestras vidas. Los efectos son inmediatos.
Por qué el gayatri, cual Mente Cósmica, determina que el socorro debe involucrar la paz mental, la serenidad, el estado de no violencia, como el primer paso de la sadhana? Simplemente porque si la mente está perturbada, no gozamos de serenidad y no podemos oír la voz dulce de Dios que nos llama por nuestro nombre.
Acumular palabras e ideas de otros, leer sin disciplina, pensar y repensar cada palabra para embelezarnos de nuestros supuestos dones mentales, es una muestra de debilidad y un feroz combustible para la mente. Los malos pensamientos, hablar mal de las personas, la envidia, escuchar como degradan a nuestros amigos, conocidos y parientes es parte de la bestialidad en el hombre, es un acto criminal, un horrendo pecado contra el cielo.
No es posible explorar nuestra santidad y nuestros potenciales espirituales, con una mente inestable, con las fantasías que acumulamos en nombre de la espiritualidad.
¿Cómo percibir la totalidad de los seres y las cosas desde la ilusión y la desesperanza de una mente capaz de correr detrás de cada “señal”, cuando Dios está aquí, dentro de nuestro corazón llamándonos?
Dios es una totalidad completa y perfecta, indescriptiblemente bella, infinitamente asombrosa, purísima luz capaz de hundirnos en la magia de la bienaventuranza eterna; se requiere de una voluntad firme, un deseo sincero de serenidad, de paz interior, de una mente calma, de una actitud no violenta hacia todos los seres y todas las cosas. La meta está cercana. Dios es el amigo más íntimo, la luz más maravillosa. Depende de nosotros salir a su encuentro, en esta vida.
Por supuesto nosotros decimos una verdad irrefutable: Dios debe transformarse en el centro de nuestras vidas y entonces viviremos minutos, horas, días de gloria y santidad. El gayatri mantra es un testimonio de ese milagro, como lo son las diferentes disciplinas espirituales de las diversas escuelas religiosas.
Pero si la vida es transformación si estamos para transformarnos; por qué discontinuamos el proceso y detenemos nuestro avance en el mero “aprender”? Los seres humanos tenemos una increíble capacidad para convertir todos los sucesos de nuestra vida, en meras rutinas que adormecen la conciencia.
Transformar-se, es descubrir la conciencia sin limites, donde la percepción de Dios se vivencia como lo enseña la Torá: “fuera de El, no hay nada”. En cambio nosotros acumulamos enseñanzas, palabras, frases y subrayamos artículos de interés, viajamos a los más remotos lugares buscando una guía espiritual, alguien que nos asombre con una nueva palabra, un nuevo acertijo para nuestra mente; buscamos con ansiedad nuevas técnicas que nos abra la conciencia, practicas que nos entregue algo más, mucho más de todo lo que nuestro cerebro acumula en años de lecturas, cursos y relatos que son correlatos de nuestra incapacidad por vernos como realmente somos, santos en estado de letargo, buscando ilusoriamente una verdad que ya poseemos.
La costumbre es una fuerza centrifuga y centrípeta que puede hacernos perder toda una vida, atrapándonos en las sutiles redes del conformismo y en la pretendida búsqueda de lo que no es posible. Dios es real y posible. No hay nada de malo en las diferentes técnicas siempre que no estén en los escaparates de los mercados, formando parte de una feria de vanidades y desencuentros.
Dios opera sobre cada corazón, es un don gratuito, una sanación instantánea, un murmullo que alegra el alma; un viento suave después del huracán. Pero no debemos ser pesimistas, el gayatri viene una vez más en nuestro auxilio y es capaz de levantarnos de este mar de ilusiones y mostrarnos la luz en medio de la noche oscura del alma. Por supuesto que el gayatri actuará de acuerdo al karma personal y nos conducirá a la luz en el lugar que nos corresponde interactuar; si somos judíos, musulmanes o cristianos; si seguimos a este o aquel maestro espiritual, si adherimos a esta o aquella practica, el gayatri suavemente nos dará el intelecto capaz de aprender que debemos comprender para aprehender que nuestra transformación está aquí, más cerca de lo que nuestra mente puede imaginar.Aprender no es comprender y mucho menos aprehender.
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