Avancen más allá del thriputi
No tenía pensado dirigirme a ustedes; pero Kasturi me dijo que muchos de ustedes que han estado aquí durante muchos años no habían tenido ocasión siquiera de tocarme los pies (Namaskaram) desde hace tres meses, o sea desde antes de Shivaratri, cuando grandes multitudes de devotos se agolpan aquí. Mencionó que todos estaban ansiosos de un darshan, ya que estoy pasando muchas horas con los devotos que ya quieren irse. Yo vengo dos veces al día por unos minutos a las sesiones de bhajans con objeto de recibir arathi; en seguida Me voy. Los veo tristes a todos por lo que malinterpretan como desatención de mi parte. Voy, pues, a darle un poco de tónico a sus decaídos corazones.
Bien. Ustedes tienen la oportunidad de ver, de experimentar y de ser santificados por la encarnación del Señor. Esta ocasión les ha sido deparada como resultado de la acumulación de méritos en sus muchas vidas anteriores. Tales méritos los han traído aquí, ahora que Yo he venido. Para que tal ocasión se presentara, rishis y devas oraron mucho en el pasado. Habiendo ganado esta oportunidad, esfuércense, sin perder un solo momento, por probar la dulzura y lograr la bienaventuranza de la fusión. Los rayos que emanan de Mí son de tres grados: sthula (físicos), que llenan el Prashanti Nilayam; los sukshama (sutiles), que envuelven la tierra, y los karana (causales), que cubren todo el universo. Las personas que tienen el privilegio de vivir en esta morada son en verdad afortunadas, pues están más cerca del rayo. El rayo denso convierte al hombre en sadhaka; el rayo sutil lo hace Mahatma y la actuación lo vuelve Paramahamsa. Por lo tanto no malgasten sus días albergando deseos y ambiciones mundanos y planeando cómo lograrlos. El buen éxito o el malo en su propósito por satisfacerlos no deben alegrarlos ni deprimirlos. Si tienen enfrente un banquete, ¿por qué corren tras las sobras de las mesas ajenas? Sus planes y deseos carecen de finalidad y fijeza. Carecen de valor genuino. Mantengan bien claro delante de ustedes la meta principal, la tarea para la cual han venido a esta escuela; no se desvíen de ella, cualquiera que sea la atracción que los tiente a hacerlo. Ordénenle a la mente, regulen su conducta, de manera que alcancen la meta. No dejen que el cuidado del cuerpo o el mejoramiento de la familia o las demandas del orgullo y la pompa ahoguen el llamado del espíritu que quiere expresarse. Shiva (Dios), el jiva (el alma individual) y prakrithi (la naturaleza) son los tres principios que los conforman. La naturaleza debe ser usada por el individuo para alcanzar a Shiva, que es el hecho fundamental en ambos. Mientras no adquieran la bienaventuranza del alma al realizar a Shiva, el mundo los presionará con su peso y los sofocará. Cuando la hayan logrado el mundo se desvanecerá por sí mismo.
El ganarse la gracia del Señor es tan fácil como derretir mantequilla; por eso el corazón del Señor se compara con la mantequilla. Es tan blando como ella, dicen. Un poquito de calor es suficiente para derretirla; un poquito de afecto mostrado a un compañero sufriente, un poquito de calor al pronunciar Su nombre saboreándolo en la lengua es suficiente. El Nombre es el manantial de toda la conciencia (chaitanya) que ustedes obtendrán de la repetición de Él. Es el néctar vital, la fuente de la energía primordial. Reciten el Nombre y se les aparecerá el Nombrado; imaginen vívidamente a Éste y brotará de sus labios el Nombre. Son el anverso y el reverso de la misma moneda, el Nombre y la Forma. Hay quienes hacen el voto de escribir un millón de veces el nombre de Rama o cualquier otro nombre, pero con frecuencia tal voto no pasa de los dedos y la pluma. La mente del escribiente es como la cuchara que no saborea la miel que recoge. La mente no ha de alejarse del Nombre: debe morar en la dulzura que el Nombre connota, debe reflexionar sobre la belleza de la Forma que la recuerda, sobre el perfume que difunde. La conducta y el comportamiento del que escribe deben ser los que corresponden a un sirviente de Dios. Otros tienen que inspirarse en ellos y renovar su fe por el conocimiento que del escribiente posean.
Para ganarse la buena voluntad del amo hay una sola receta: obedecer Sus órdenes sin chistar. Yo les estoy contando acerca de Mi verdad no por autoalabanza, sino para que puedan entenderme. Si Yo no les contara acerca de Mí mismo, ¿quién podría hacerlo? La gracia se derrama sobre todos los que acatan las instrucciones y siguen y siguen las órdenes. Pero el número de ellos es muy pequeño, aunque las órdenes sean sencillas y fáciles. Están concebidas para llevarlos más allá de la triple distinción entre el peregrino, el sendero y la meta; el Bhagavatha, el bhaktha y Bhagavan, el amante, el amado y el amor. Un momento están con el principio de Ambarisha, otro con el principio de Durvasa. Esto no es correcto. Deben mantenerse firmes, fijos en su resolución y en su conducta. Por esto en los discursos que pronuncio afuera de Prashanti Nilayam sirvo lo que ustedes llaman un festín, pero aquí siempre les administro medicinas. Este es el centro, el cuartel general del ejército de creyentes que establecerá el mundo de la auspiciosidad. Por supuesto, en todas partes insisto en la piedad y en una vida grandemente moral; pero aquí establezco reglas más estrictas y rigurosas.
Bien, les diré algunas palabras duras. Muy a menudo ustedes tildan de mono a la mente, pero les aseguro que es peor. El mono va de una rama a otra; mas la mente salta de las alturas de los Himalayas a las profundidades del mar, de hoy a decenas de miles de años atrás. Dómenla con el proceso de la recordación del Nombre. Hagan como Ramdas, conviértanla en una Bhadrachala, una firme y estable montaña. Esa es la tarea que Yo les asigno. Hagan de su corazón un Ayodhya por medio del nombre de Rama; Ayodhya significa una ciudad que nunca puede ser capturada por la fuerza. Esa es su verdadera naturaleza: Ayodhya, Bhadrachala. Si lo olvidan están perdidos. Instalen a Rama en sus corazones; así ninguna fuerza externa puede hacerles daño. Dense cuenta de que, como las olas del mar, se levantan y caen el placer y el dolor; son como la inhalación y la exhalación del aliento. Si pueden alcanzar esa calma el suelo donde se paran se vuelve lugar de peregrinaje, cada obra que hagan se transmuta en la más alta forma de adoración de Shiva. Anden por la región de su propia mente y comprendan sus apegos y misterios; no sueñen que vagan por lejanos países antes de ser maestros de sus propios reinos. Primero uno mismo; después la ayuda a otros. Conózcanse a ustedes mismos; cuando lo hayan llevado a cabo podrán conocer mucho más rápida y auténticamente a los demás.
Dediquen esta vida al servicio de los demás, pues ellos no son sino representantes visibles del Señor que reside dentro de ustedes. He venido a fin de reparar el antiguo camino que lleva al hombre a Dios. Vuélvanse sinceros y diestros supervisores, ingenieros y obreros y únanse a Mí. Los Vedas, los Upanishads y los Sastras son el camino a que hago referencia. He venido para revelarlos y revitalizarlos.
Las reglas que he prescrito para quienes llegan a Prashanti Nilayam pueden parecer estrictas y hasta severas; pero todo es por su bien. Primero la pureza interna y luego la externa; ese es el orden natural; ustedes se sienten muy cómodos cuando toman un baño y después se ponen ropa limpia. Tengo que ser estricto porque si perdono un error ustedes tenderán a cometer otro. Una planta crecerá bien sólo si el suelo que rodea al tallo es rastrillado y expuesto al Sol y la lluvia. Yo quiero que ustedes abandonen los viejos y arraigados hábitos de las habladurías sin objeto, de la vanidad, la envidia y la calumnia. Deben vivir como serios aspirantes no sólo por complacerme; es una obligación para con ustedes mismos; así que deben ajustarse a estas reglas donde quiera que se hallen, no nada más dentro de los confines de Prashanti Nilayam, que, como habrán visto, no tiene pared ni cerca alrededor, pues no está limitado por fronteras: se extiende y extiende hasta envolver el universo.
Casi siempre hablo con dulzura, más en lo que toca a la disciplina no hago ni haré concesión alguna. No me importa si vienen o si habiendo venido se van. Insisto en una obediencia estricta. No reduciré el rigor para amoldarlo a su nivel, pues esto sólo los arruinará; Yo me ocupo de su bien supremo. Vivan es paz, felices, contentos, tomando cada día como un don del Señor. No anden a la rebatiña, tampoco se enojen. Sean vigilantes y no permitan que la codicia o la ira los invadan.
Asistan a todos los actos que se celebran en el templo: la repetición del Om, los bhajans, los discursos. No se escondan en las excusas. Si están enfermos, los bhajans ayudarán a la cura; he de decirles que es mucho mejor morir durante los bhajans con el nombre del Señor en los labios. Los aspirantes son llevados por los malos caminos, y el respeto debido a las personas pías disminuye porque ellos no son mantenidos rigurosamente en el camino difícil. Las concesiones los han dañado. De ahora en adelante no perdonaré la más mínima desviación. Han estado aquí durante años; por eso debo tratarlos como adultos, no como niños. Merced al amor que siento por ustedes Yo los regaño cuando dan un mal paso. Mi rayo de bondad hará florecer el loto de su corazón.
En un hospital los médicos se encargan de la enfermedad, no del monto de los depósitos bancarios que tienen los pacientes. La enfermedad es lo importante. Así también en el caso de la enfermedad de asociar al Ser con las cambiantes actitudes de la mente, cada uno de los que sufren de los nacimientos y muertes, de la lucha entre lo bueno y lo malo, tiene derecho al cuidado y consideración del Gran Médico. El galeno prescribe la medicina y la dosis; ambas se complementan. Cuando recaigan en la duda y la preocupación tomen la medicina un mayor número de veces y en dosis más fuertes. Celebren satsang, busquen la compañía de la gente buena y santa; del mismo modo que los elegantes mansos son usados para rodear al elefante salvaje, al cual enlazan y atan de las cuatro patas para inmovilizarlo antes de domarlo, las personas espirituales harán que el escéptico vuelva a creer.
La corriente fluye siempre por el alambre. Sólo tienen que hacer conexión y mover el interruptor. Si la conexión está mal hecha el flujo de la gracia no llegará bien y hasta podrá cortarse. Ustedes son los que conectan y desconectan: al prender y apagar obtienen el día y la noche. Estudien el Gita; ustedes saben que Gita significa en télugu una línea. El Gita traza una línea que ustedes no deberían cruzar. No les pido que hagan votos. ¿Por qué obligarles a hacerlos y dar lugar a que los quebranten? Si lo hacen, sus vidas se vuelven como una tela rota que es remendada con largas puntadas; puede desgarrarse de nuevo al más leve tirón.
Para terminar les diré una cosa más: de cualquier modo que sean son Míos. Yo no los abandonaré. Dondequiera que estén se hallan cerca de Mí; no pueden ir fuera de Mi alcance.
SAI BABA
Bien. Ustedes tienen la oportunidad de ver, de experimentar y de ser santificados por la encarnación del Señor. Esta ocasión les ha sido deparada como resultado de la acumulación de méritos en sus muchas vidas anteriores. Tales méritos los han traído aquí, ahora que Yo he venido. Para que tal ocasión se presentara, rishis y devas oraron mucho en el pasado. Habiendo ganado esta oportunidad, esfuércense, sin perder un solo momento, por probar la dulzura y lograr la bienaventuranza de la fusión. Los rayos que emanan de Mí son de tres grados: sthula (físicos), que llenan el Prashanti Nilayam; los sukshama (sutiles), que envuelven la tierra, y los karana (causales), que cubren todo el universo. Las personas que tienen el privilegio de vivir en esta morada son en verdad afortunadas, pues están más cerca del rayo. El rayo denso convierte al hombre en sadhaka; el rayo sutil lo hace Mahatma y la actuación lo vuelve Paramahamsa. Por lo tanto no malgasten sus días albergando deseos y ambiciones mundanos y planeando cómo lograrlos. El buen éxito o el malo en su propósito por satisfacerlos no deben alegrarlos ni deprimirlos. Si tienen enfrente un banquete, ¿por qué corren tras las sobras de las mesas ajenas? Sus planes y deseos carecen de finalidad y fijeza. Carecen de valor genuino. Mantengan bien claro delante de ustedes la meta principal, la tarea para la cual han venido a esta escuela; no se desvíen de ella, cualquiera que sea la atracción que los tiente a hacerlo. Ordénenle a la mente, regulen su conducta, de manera que alcancen la meta. No dejen que el cuidado del cuerpo o el mejoramiento de la familia o las demandas del orgullo y la pompa ahoguen el llamado del espíritu que quiere expresarse. Shiva (Dios), el jiva (el alma individual) y prakrithi (la naturaleza) son los tres principios que los conforman. La naturaleza debe ser usada por el individuo para alcanzar a Shiva, que es el hecho fundamental en ambos. Mientras no adquieran la bienaventuranza del alma al realizar a Shiva, el mundo los presionará con su peso y los sofocará. Cuando la hayan logrado el mundo se desvanecerá por sí mismo.
El ganarse la gracia del Señor es tan fácil como derretir mantequilla; por eso el corazón del Señor se compara con la mantequilla. Es tan blando como ella, dicen. Un poquito de calor es suficiente para derretirla; un poquito de afecto mostrado a un compañero sufriente, un poquito de calor al pronunciar Su nombre saboreándolo en la lengua es suficiente. El Nombre es el manantial de toda la conciencia (chaitanya) que ustedes obtendrán de la repetición de Él. Es el néctar vital, la fuente de la energía primordial. Reciten el Nombre y se les aparecerá el Nombrado; imaginen vívidamente a Éste y brotará de sus labios el Nombre. Son el anverso y el reverso de la misma moneda, el Nombre y la Forma. Hay quienes hacen el voto de escribir un millón de veces el nombre de Rama o cualquier otro nombre, pero con frecuencia tal voto no pasa de los dedos y la pluma. La mente del escribiente es como la cuchara que no saborea la miel que recoge. La mente no ha de alejarse del Nombre: debe morar en la dulzura que el Nombre connota, debe reflexionar sobre la belleza de la Forma que la recuerda, sobre el perfume que difunde. La conducta y el comportamiento del que escribe deben ser los que corresponden a un sirviente de Dios. Otros tienen que inspirarse en ellos y renovar su fe por el conocimiento que del escribiente posean.
Para ganarse la buena voluntad del amo hay una sola receta: obedecer Sus órdenes sin chistar. Yo les estoy contando acerca de Mi verdad no por autoalabanza, sino para que puedan entenderme. Si Yo no les contara acerca de Mí mismo, ¿quién podría hacerlo? La gracia se derrama sobre todos los que acatan las instrucciones y siguen y siguen las órdenes. Pero el número de ellos es muy pequeño, aunque las órdenes sean sencillas y fáciles. Están concebidas para llevarlos más allá de la triple distinción entre el peregrino, el sendero y la meta; el Bhagavatha, el bhaktha y Bhagavan, el amante, el amado y el amor. Un momento están con el principio de Ambarisha, otro con el principio de Durvasa. Esto no es correcto. Deben mantenerse firmes, fijos en su resolución y en su conducta. Por esto en los discursos que pronuncio afuera de Prashanti Nilayam sirvo lo que ustedes llaman un festín, pero aquí siempre les administro medicinas. Este es el centro, el cuartel general del ejército de creyentes que establecerá el mundo de la auspiciosidad. Por supuesto, en todas partes insisto en la piedad y en una vida grandemente moral; pero aquí establezco reglas más estrictas y rigurosas.
Bien, les diré algunas palabras duras. Muy a menudo ustedes tildan de mono a la mente, pero les aseguro que es peor. El mono va de una rama a otra; mas la mente salta de las alturas de los Himalayas a las profundidades del mar, de hoy a decenas de miles de años atrás. Dómenla con el proceso de la recordación del Nombre. Hagan como Ramdas, conviértanla en una Bhadrachala, una firme y estable montaña. Esa es la tarea que Yo les asigno. Hagan de su corazón un Ayodhya por medio del nombre de Rama; Ayodhya significa una ciudad que nunca puede ser capturada por la fuerza. Esa es su verdadera naturaleza: Ayodhya, Bhadrachala. Si lo olvidan están perdidos. Instalen a Rama en sus corazones; así ninguna fuerza externa puede hacerles daño. Dense cuenta de que, como las olas del mar, se levantan y caen el placer y el dolor; son como la inhalación y la exhalación del aliento. Si pueden alcanzar esa calma el suelo donde se paran se vuelve lugar de peregrinaje, cada obra que hagan se transmuta en la más alta forma de adoración de Shiva. Anden por la región de su propia mente y comprendan sus apegos y misterios; no sueñen que vagan por lejanos países antes de ser maestros de sus propios reinos. Primero uno mismo; después la ayuda a otros. Conózcanse a ustedes mismos; cuando lo hayan llevado a cabo podrán conocer mucho más rápida y auténticamente a los demás.
Dediquen esta vida al servicio de los demás, pues ellos no son sino representantes visibles del Señor que reside dentro de ustedes. He venido a fin de reparar el antiguo camino que lleva al hombre a Dios. Vuélvanse sinceros y diestros supervisores, ingenieros y obreros y únanse a Mí. Los Vedas, los Upanishads y los Sastras son el camino a que hago referencia. He venido para revelarlos y revitalizarlos.
Las reglas que he prescrito para quienes llegan a Prashanti Nilayam pueden parecer estrictas y hasta severas; pero todo es por su bien. Primero la pureza interna y luego la externa; ese es el orden natural; ustedes se sienten muy cómodos cuando toman un baño y después se ponen ropa limpia. Tengo que ser estricto porque si perdono un error ustedes tenderán a cometer otro. Una planta crecerá bien sólo si el suelo que rodea al tallo es rastrillado y expuesto al Sol y la lluvia. Yo quiero que ustedes abandonen los viejos y arraigados hábitos de las habladurías sin objeto, de la vanidad, la envidia y la calumnia. Deben vivir como serios aspirantes no sólo por complacerme; es una obligación para con ustedes mismos; así que deben ajustarse a estas reglas donde quiera que se hallen, no nada más dentro de los confines de Prashanti Nilayam, que, como habrán visto, no tiene pared ni cerca alrededor, pues no está limitado por fronteras: se extiende y extiende hasta envolver el universo.
Casi siempre hablo con dulzura, más en lo que toca a la disciplina no hago ni haré concesión alguna. No me importa si vienen o si habiendo venido se van. Insisto en una obediencia estricta. No reduciré el rigor para amoldarlo a su nivel, pues esto sólo los arruinará; Yo me ocupo de su bien supremo. Vivan es paz, felices, contentos, tomando cada día como un don del Señor. No anden a la rebatiña, tampoco se enojen. Sean vigilantes y no permitan que la codicia o la ira los invadan.
Asistan a todos los actos que se celebran en el templo: la repetición del Om, los bhajans, los discursos. No se escondan en las excusas. Si están enfermos, los bhajans ayudarán a la cura; he de decirles que es mucho mejor morir durante los bhajans con el nombre del Señor en los labios. Los aspirantes son llevados por los malos caminos, y el respeto debido a las personas pías disminuye porque ellos no son mantenidos rigurosamente en el camino difícil. Las concesiones los han dañado. De ahora en adelante no perdonaré la más mínima desviación. Han estado aquí durante años; por eso debo tratarlos como adultos, no como niños. Merced al amor que siento por ustedes Yo los regaño cuando dan un mal paso. Mi rayo de bondad hará florecer el loto de su corazón.
En un hospital los médicos se encargan de la enfermedad, no del monto de los depósitos bancarios que tienen los pacientes. La enfermedad es lo importante. Así también en el caso de la enfermedad de asociar al Ser con las cambiantes actitudes de la mente, cada uno de los que sufren de los nacimientos y muertes, de la lucha entre lo bueno y lo malo, tiene derecho al cuidado y consideración del Gran Médico. El galeno prescribe la medicina y la dosis; ambas se complementan. Cuando recaigan en la duda y la preocupación tomen la medicina un mayor número de veces y en dosis más fuertes. Celebren satsang, busquen la compañía de la gente buena y santa; del mismo modo que los elegantes mansos son usados para rodear al elefante salvaje, al cual enlazan y atan de las cuatro patas para inmovilizarlo antes de domarlo, las personas espirituales harán que el escéptico vuelva a creer.
La corriente fluye siempre por el alambre. Sólo tienen que hacer conexión y mover el interruptor. Si la conexión está mal hecha el flujo de la gracia no llegará bien y hasta podrá cortarse. Ustedes son los que conectan y desconectan: al prender y apagar obtienen el día y la noche. Estudien el Gita; ustedes saben que Gita significa en télugu una línea. El Gita traza una línea que ustedes no deberían cruzar. No les pido que hagan votos. ¿Por qué obligarles a hacerlos y dar lugar a que los quebranten? Si lo hacen, sus vidas se vuelven como una tela rota que es remendada con largas puntadas; puede desgarrarse de nuevo al más leve tirón.
Para terminar les diré una cosa más: de cualquier modo que sean son Míos. Yo no los abandonaré. Dondequiera que estén se hallan cerca de Mí; no pueden ir fuera de Mi alcance.
SAI BABA
Bhagavan Sri Sathya Sai Baba
Prashanti Nilayam
28-04-62
Prashanti Nilayam
28-04-62
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