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¨Donde quieras que vayas, no importa, donde vayas cumple siempre con tu deber…y sabe que yo siempre estaré allí, dentro de ti guiándote en cada paso del camino.
En los años por venir me experimentarán en muchas manifestaciones diferentes de mi forma.
Tú eres yo mismo, más que amado para mí.
Te protegeré como los parpados protegen a los ojos. Tú ya me tienes, así como yo te tengo a ti. Nunca te abandonaré y tú nunca podrás abandonarme.
De ahora en adelante, no desees ni anheles nada desempeña tu deber con un amor invariable, viendo a todos como a Dios.
Sé paciente a su debido tiempo, todo te será dado.
Sé Feliz, no hay necesidad de preocuparse por nada sea lo que fuere que se experimente, sea lo que fuera que suceda, sabe que este avatar así lo quiso.
No existe poder en el mundo que pueda demorar ni por un instante la misión para la cual este avatar ha venido.
Todos Ustedes son almas sagradas y tienen asignado el papel que habrán de desempeñar en el drama de La Nueva Edad de Oro que vendrá…¨.



"BHAGAVAN SRI SATHYA SAI BABA" .



sábado, 29 de octubre de 2011

LOS CINCO ELEMENTOS ESPIRITUALES

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En un discurso informal de Swami a un grupo de estudiantes y a algunos de sus antiguos devotos, indicó cinco principios que han de ser observados para alcanzar la realización de la Divinidad en el hombre. Éstos son: No violencia, Verdad, Pureza, Compasión y Fe en Dios.

La No violencia es una virtud suprema. Sin embargo, en la vida diaria, casi a cada paso estamos causando uno u otro tipo de daño. Al inhalar y exhalar el aire, perecen incontables microbios. Hay múltiples ocasiones en las cuales, consciente o inconscientemente se está lesionando a uno u otro ser. La total No violencia no constituye un ideal practicable. Lo que habría que asegurar es que no se lesione ni perjudique a nadie de manera deliberada.

La Verdad es Divina. Allí donde hay Verdad hay Divinidad. Cuando Dushyanta olvidó que le había regalado un anillo a Sakuntala, al encontrarla cerca del monasterio del sabio Kanva, Sakuntala declaró ante un tribunal público que la Verdad representaba la Suprema Rectitud, y que un rey debía defenderla a cualquier precio. Señalando la jerarquía de los méritos, Sakuntala dijo que entre la perforación de pozos y el sacrificio de caballos, este último era superior a tener una centena de hijos virtuosos, pero que por sobre el sacrificio de cien caballos se situaba el sostener la palabra empeñada. Mientras el rey cavilaba sobre esta exhortación, llegaron algunos pescadores y le trajeron un anillo que habían encontrado en uno de los peces recogidos. Entonces, el rey recordó lo sucedido durante una cacería en las cercanías del monasterio del sabio Kanva, su encuentro con Sakuntala y el anillo que había intercambiado con ella. Aceptó entonces a Sakuntala como su reina y el hijo que había concebido fue nada menos que Bharatha, quien le diera nombre a este país.

La Pureza: Tanto la pureza interior como la exterior son esenciales. Hay que tratar de mantener tanto el aseo del cuerpo como la pureza de la mente. Nuestros ancestros usaban la greda para limpiar el cuerpo, y es sabido que hay tratamientos de barro en la naturopatía para muchas enfermedades. El cuerpo está hecho de barro, aunque es también la morada de lo Divino. La importancia de la limpieza física puede ser ilustrada con la siguiente historia del Mahabharata (poema épico). El discípulo de un Maestro le preguntó, después de haber terminado sus estudios, qué deseaba como ofrenda. El Maestro le pidió al discípulo los aretes que usaba una cierta reina. El discípulo, luego de identificarla, se dirigió al rey y le expuso la misión que lo traía hasta él. El rey le permitió visitar las habitaciones de la reina para expresarle su pedido, mas al no poder encontrarla, volvió a ver al rey para informarle de su fracaso. A esto, el rey le respondió que la reina era invisible para toda persona que fuera física y mentalmente impura. El discípulo se sometió, entonces, a un proceso de purificación, después del cual pudo ver a la reina.

Otro ejemplo de las serias consecuencias que resultan de la impureza personal lo constituye el caso del rey Nala, quien tuvo que hacerle frente a un sinnúmero de penalidades debido a un solo error de su parte. Perdió su reino, quedó deforme después de la mordida de una serpiente, fue separado de su mujer y tuvo que servir como auriga. Sólo después de haberse purificado a través del extenuador esfuerzo de llevar a cabo la repetición del Gayatri Mantra, pudo recuperar su reino, su forma anterior y reunirse con su reina, volviendo a su previa prosperidad. (A este propósito, Swami volvió a insistir en la excepcional eficacia del mantra del Gayatri.)

La Compasión: No implica meramente la demostración de bondad o simpatía hacia alguien en desgracia. Exige una completa identificación con el sufrimiento que otros experimentan y el tratar de mitigar ese sufrimiento como forma de aliviar la agonía que experimenta uno mismo. (A manera de ilustración, Swami relató la historia de un ternero que había quedado aprisionado en un charco pantanoso cuando trataba de alcanzar un abrevadero. Un grupo de rapaces gozaba observando los esfuerzos del ternero por zafarse, aunque ya no podía casi moverse. Un asceta que acertó a pasar por allí, se acercó, liberó al animal de la trampa barrosa y le cargó sobre sus espaldas hasta el abrevadero. Los muchachos le increparon por intervenir, mas el "renunciante" les respondió que la visión del desesperado ternero le había causado una gfan angustia y, para aliviarla, había ido en ayuda del animal.) Este es el espíritu con el que se debe llevar a cabo cualquier servicio o ayuda a otros. Cuando le ayudan a alguien, deben sentir que se están ayudando a sí mismos.

La Fe en Dios: La Fe en Dios implica el reconocimiento de la Omnipresencia de lo Divino en el Universo y el esfuerzo por llegar a experimentar esa Divinidad dentro de uno mismo. Lo Divino es Uno, aunque se le pueda llamar por muchos nombres. Es necesario darse cuenta de que Dios está presente en todo y que nada existe sin el poder de lo Divino. Hay que evitar que la Fe en Dios se vea afectada por los altibajos de la vida. Todas las dificultades han de considerarse como pruebas y desafíos que hay que encarar con valentía y con fe. Hay que aprender del ejemplo sentado por Ranthi Deva, quien mantuvo su Fe en Dios y mostró su compasión por los sufrientes, incluso en medio de las privaciones extremas a que se viera reducido por las vicisitudes de la vida. Para alimentar a un hambriento, él y su familia renunciaron a los pocos alimentos que habían logrado reunir, y hasta renunciaron al agua que tenían para aliviar la sed de un hombre acosado por ella. Lo Divino lo sometió a estas pruebas y luego lo bendijo con Su Gracia.

Prahlada no se sentía afectado por todas las torturas a que fuera sometido, porque en todos y en todo veía la forma de Vishnu. Él ejemplifica la fortaleza que nace del amor a Dios, excluyendo todo lo demás. El amor mundano es ciego y voluble. El Amor Divino lo comprende todo y desafía toda descripción. Cuando el corazón es liberado de toda impureza, puede llegar a vivenciar lo Divino. Se deleitará en la dicha de esa experiencia y no buscará ya otros placeres triviales. Cuando uno se encuentra inmerso en el néctar del Amor Divino, llega a experimentar una dicha inefable: ésa es la persona que vive la experiencia directa de lo Divino.

Cuando la verdad, la justicia, la compasión y la paz han huido del hombre, el mundo degenera en un foso de serpientes. Dios desciende entonces para rescatar al género humano de su perdición. Viene a revelarle al hombre su Realidad, a devolverle su derecho innato ala dicha del Alma. No viene a fundar nuevos credos o religiones, ni a generar nuevas facciones o a instalar a un nuevo Dios.

Deben mantener el empeño en utilizar el tiempo y el talento de la manera más provechosa posible. Esto es lo que constituye el deber de ustedes y el deber es Dios. Los necios y los perezosos rehuirán la actividad por miedo al cansancio, al fracaso o a perder. Los emocionales y los apasionados se lanzarán impetuosamente en ella con el ansia de un resultado inmediato, sintiéndose desengañados si el éxito no les sale al paso. Las personas equilibradas se comprometerán con el trabajo porque éste constituye su deber. Y no se sentirán afectadas ni por el triunfo ni por el fracaso.

                                                                              Trayee Brindavan 
                                                                                Abril de 1986

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DEL PROGRAMA:

¨LA ENCARNACIÓN DIVINA¨