EL ARBOL DE LOS DESEOS
Un viajero iba en su ruta; después de una cierta distancia estaba cansado a causa del calor del verano. A un lado del camino había un gran árbol, y se sentó junto a él para descansar bajo su sombra. Cuando descansaba en esa fresca sombra, se puso muy contento. Entonces se dijo a sí mismo:
"Pude encontrar un lugar muy fresco, ¡qué afortunado sería si pudiera tener un vaso de agua fresca aquí también!". Instantáneamente apareció un jarrón con agua. Después de tomar el agua, pensó: "Ahora ya sacié mi sed, pero cuán feliz sería si hubiera una buena cama aquí, pues este suelo es muy duro y áspero". De inmediato apareció una suave cama. Entonces pensó: "Ni en mi casa tengo una almohada ni una cama así. Si mi esposa estuviera aquí y viera esto, ¡qué feliz sería!". Instantáneamente también apareció su esposa. El la vio y pensó: "¿Es ella mi esposa o un demonio? ¿Irá a comerme?". Apenas hubo dicho esto, cuando ella se lo comió. El árbol bajo el cual estaba sentado era el árbol que cumple todos los deseos. Cuando el viajero se sentó bajo ese árbol, cualquier cosa buena que pensó, la obtuvo de inmediato. Pero cuando pensó en cosas malas, también éstas llegaron a él.
Este mundo es una parte del mundo de los deseos. Están sentados bajo su sombra. Si piensan mal, el mal les sucederá y, si piensan bien, el bien llegará a ustedes. Por lo tanto, cuando sus pensamientos, sus sentimientos y sus acciones son puros, el árbol de los deseos del mundo les dará las cosas buenas que desean. Tanto el bien como el mal vienen solamente de sus corazones, nunca vienen del exterior. Es por eso que desde el comienzo deben tener sus corazones tan puros como sea posible.
Sai Baba.
Tomado de
Cursos de Verano - Volumen I
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