ATRAPADO EN LOS LAZOS de "lo creado", el hombre está ciego al hecho de que él es parte del divino Creador; identificándose con la envoltura física en la cual está encerrado, está ciego a la unidad de todos los seres con el Absoluto uno y universal. El hombre ha escrito y estudiado incontables textos sobre disciplinas y descubrimientos espirituales y ha agravado la confusión, complaciéndose en disputas y argumentaciones dialécticas; pero aquel que ha puesto en práctica por lo menos una página de estos tomos, se queda en silencio, inocente de todo deseo de fama o victoria. Está feliz en las profundidades de su ser; ara el campo interno, siembra las semillas de amor y las plantas dan las flores de la fortaleza, que fructifican en paz y ecuanimidad. Éste es el mensaje de los rishis, los grandes sabios y videntes de esta tierra.
Cada ser humano tiene tres errores que corregir: mala, vikshepa y avarana. Mala es la ignorancia básica que hace que el décimo hombre, que está contando a los otros nueve y no sabe que él es el décimo, declare que falta el décimo hombre. Esta ignorancia es el miasma que causa la declaración, avarana. Y vikshepa es el efecto de esa ignorancia que hace que todos los diez busquen en el río al hombre perdido. Mala es la consecuencia del karma efectuado en esta vida y en las anteriores. Ésta puede ser eliminada por la actividad sin apego por el beneficio o pérdida resultante. El efecto de la ignorancia puede ser superado por el cultivo de la tolerancia y el sentimiento de pertenencia el uno al otro. Si aquellos diez sólo hubieran estado unidos por la solidaridad mutua, nadie habría sido considerado perdido. Así también, vikshepa puede ser ganado por el amor. El amor les habría revelado cada uno al otro y nadie habría sido "perdido". Éste es el medio para equiparse de bienaventuranza; la vía del amor, la dedicación y el servicio.
Hay otras cosas que pueden hacer para llevarlos a la consumación. Por ejemplo, adhiéranse estrictamente a la verdad. La mente es purificada por la verdad; la verdad es la gran purificadora, no admite ninguna mancha ni pecado, ningún defecto ni engaño. La falsedad contamina la lengua del que la dice, el oído del que la escucha y el aire que la lleva de una boca a otro oído. Hay sonidos benéficos y maléficos y producen los correspondientes ecos en la atmósfera. Las palabras que emanan de la fe en Dios y la humildad que ésta promueve, volverán la atmósfera pura, mientras que aquellas lanzadas por la vanidad y execradas por el nihilismo y el ateísmo la contaminarán. Usen solamente aquellos sonidos que limpien el aire. No sean duros; nunca utilicen expresiones que marchiten o lastimen, que son la malvada progenie del odio y el orgullo. Alaben al Señor, reciten su gloria, ésa es la tarea que se deben a ustedes mismos y a otros. La razón de ser de este sacrificio (yaga) es sólo esa; cada sonido en el Veda es una alabanza a Dios y cuando es recitado con los ascensos y descensos de tono, exactamente como está prescrito en las escuelas tradicionales, la atmósfera ciertamente sufrirá una notable transformación y los hombres que la respiren serán un poco menos malvados después. La fe en Dios les instilará fe en sí mismos y en los demás y el mundo será más feliz por ello. Los americanos pueden caminar en la Luna o los rusos hacer un picnic en Marte, pero ambos tienen que regresar a la Tierra, que es su hogar común. Saben, por el Ramayana, que una vez se le presentó a Sita la cabeza cortada de Rama, para hacerla perder toda esperanza de volverlo a ver; los demonios exhibieron de la misma manera ante Rama la cabeza cortada de Sita, con la esperanza de hacerlo abandonar toda esperanza de recuperarla viva. Estas dos cabezas eran falsas, hechas para engañar; no eran genuinas. Así también, uno puede reclamar una victoria genuina sólo cuando ha alcanzado no el satélite muerto (Chandra) sino la estrella viviente (Ramachandra), el Señor que gobierna los satélites internos, los planetas internos, los motivos y agitaciones internos.
Una vez que las reacciones y agitaciones internas son transmutadas en divinas, todo lo que uno experimenta por medio de los sentidos, la mente y el intelecto toma el brillo de lo sagrado, revelando su centro divino, y el hombre es formado en el molde del amor. Uno puede estar en el mundo pero ser inafectado por él, siempre que esta visión haya sido obtenida. Toda actividad será entonces para el Todopoderoso, por su gracia y por su voluntad. No hagan que los cocineros, sirvientes, ayas y otros realicen el trabajo del hogar; las mujeres no deben depender de éstos para cuidar a sus hijos o atender a sus esposos. El ganar tiempo libre para la meditación por medio de estos sirvientes no es un mérito espiritual. Hagan todo el trabajo del hogar como actos de adoración a Dios; esto es más fructífero que horas de meditación, horas ganadas confiando este precioso trabajo a ayudantes pagados. Los hombres también deben sentir que malgastar un tiempo precioso saltando de una vanidad a otra y buscando más y más medios para pasar los días y noches, va en detrimento de la meta principal de la vida. Derramen alegría, den fuerza, distribuyan valor, consuelen a los afligidos, ayuden a los tullidos a caminar y a los ciegos a ver; éste es el genuino programa de actividades para el hombre. La India ha sido reducida a una nación mendiga desde que sus hijos han abandonado estos ideales y entronizado al ego como el único Dios a ser adorado.
Estamos celebrando aquí otra Conferencia de Funcionarios de la Organización Sathya Sai de toda la India para que estos trabajadores puedan, una vez más, recordar este mensaje. Cuando la lámpara de petróleo se va apagando, bombeamos aire y de nuevo brilla. Estas lámparas (ustedes) tienden a irse apagando y por eso se hace el llamado a este lugar para que se reúnan en buenas compañías y para bombearles inspiración e instrucción. Sus baterías. se vuelven a cargar para un mayor servicio.
La India siempre ha estado del lado del carácter virtuoso, mantenido en perfectas condiciones por medio de la vigilancia. Sin ese fuerte y firme carácter, los logros como la erudición o los poderes (sidhis) supranormales o las destrezas en las posturas yóguicas son como las frutas de plástico, engañosas imitaciones incapaces de producir felicidad. Si la mente está dedicada a la recitación de la gloria de Dios y de sus divinos nombres, no puede haber ninguna tentación de desviarse por el camino del deseo insano. Dos veces al día, mañana y noche, pueden dedicar algún tiempo para cantar los nombres de Dios, junto con personas de ideas similares, al unísono, con plena conciencia del significado más profundo de cada Nombre a medida que endulza la lengua; esto será de considerable ayuda para establecer el sentimiento de la constante presencia de Dios dentro y fuera de ustedes.
Hay otras cosas que pueden hacer para llevarlos a la consumación. Por ejemplo, adhiéranse estrictamente a la verdad. La mente es purificada por la verdad; la verdad es la gran purificadora, no admite ninguna mancha ni pecado, ningún defecto ni engaño. La falsedad contamina la lengua del que la dice, el oído del que la escucha y el aire que la lleva de una boca a otro oído. Hay sonidos benéficos y maléficos y producen los correspondientes ecos en la atmósfera. Las palabras que emanan de la fe en Dios y la humildad que ésta promueve, volverán la atmósfera pura, mientras que aquellas lanzadas por la vanidad y execradas por el nihilismo y el ateísmo la contaminarán. Usen solamente aquellos sonidos que limpien el aire. No sean duros; nunca utilicen expresiones que marchiten o lastimen, que son la malvada progenie del odio y el orgullo. Alaben al Señor, reciten su gloria, ésa es la tarea que se deben a ustedes mismos y a otros. La razón de ser de este sacrificio (yaga) es sólo esa; cada sonido en el Veda es una alabanza a Dios y cuando es recitado con los ascensos y descensos de tono, exactamente como está prescrito en las escuelas tradicionales, la atmósfera ciertamente sufrirá una notable transformación y los hombres que la respiren serán un poco menos malvados después. La fe en Dios les instilará fe en sí mismos y en los demás y el mundo será más feliz por ello. Los americanos pueden caminar en la Luna o los rusos hacer un picnic en Marte, pero ambos tienen que regresar a la Tierra, que es su hogar común. Saben, por el Ramayana, que una vez se le presentó a Sita la cabeza cortada de Rama, para hacerla perder toda esperanza de volverlo a ver; los demonios exhibieron de la misma manera ante Rama la cabeza cortada de Sita, con la esperanza de hacerlo abandonar toda esperanza de recuperarla viva. Estas dos cabezas eran falsas, hechas para engañar; no eran genuinas. Así también, uno puede reclamar una victoria genuina sólo cuando ha alcanzado no el satélite muerto (Chandra) sino la estrella viviente (Ramachandra), el Señor que gobierna los satélites internos, los planetas internos, los motivos y agitaciones internos.
Una vez que las reacciones y agitaciones internas son transmutadas en divinas, todo lo que uno experimenta por medio de los sentidos, la mente y el intelecto toma el brillo de lo sagrado, revelando su centro divino, y el hombre es formado en el molde del amor. Uno puede estar en el mundo pero ser inafectado por él, siempre que esta visión haya sido obtenida. Toda actividad será entonces para el Todopoderoso, por su gracia y por su voluntad. No hagan que los cocineros, sirvientes, ayas y otros realicen el trabajo del hogar; las mujeres no deben depender de éstos para cuidar a sus hijos o atender a sus esposos. El ganar tiempo libre para la meditación por medio de estos sirvientes no es un mérito espiritual. Hagan todo el trabajo del hogar como actos de adoración a Dios; esto es más fructífero que horas de meditación, horas ganadas confiando este precioso trabajo a ayudantes pagados. Los hombres también deben sentir que malgastar un tiempo precioso saltando de una vanidad a otra y buscando más y más medios para pasar los días y noches, va en detrimento de la meta principal de la vida. Derramen alegría, den fuerza, distribuyan valor, consuelen a los afligidos, ayuden a los tullidos a caminar y a los ciegos a ver; éste es el genuino programa de actividades para el hombre. La India ha sido reducida a una nación mendiga desde que sus hijos han abandonado estos ideales y entronizado al ego como el único Dios a ser adorado.
Estamos celebrando aquí otra Conferencia de Funcionarios de la Organización Sathya Sai de toda la India para que estos trabajadores puedan, una vez más, recordar este mensaje. Cuando la lámpara de petróleo se va apagando, bombeamos aire y de nuevo brilla. Estas lámparas (ustedes) tienden a irse apagando y por eso se hace el llamado a este lugar para que se reúnan en buenas compañías y para bombearles inspiración e instrucción. Sus baterías. se vuelven a cargar para un mayor servicio.
La India siempre ha estado del lado del carácter virtuoso, mantenido en perfectas condiciones por medio de la vigilancia. Sin ese fuerte y firme carácter, los logros como la erudición o los poderes (sidhis) supranormales o las destrezas en las posturas yóguicas son como las frutas de plástico, engañosas imitaciones incapaces de producir felicidad. Si la mente está dedicada a la recitación de la gloria de Dios y de sus divinos nombres, no puede haber ninguna tentación de desviarse por el camino del deseo insano. Dos veces al día, mañana y noche, pueden dedicar algún tiempo para cantar los nombres de Dios, junto con personas de ideas similares, al unísono, con plena conciencia del significado más profundo de cada Nombre a medida que endulza la lengua; esto será de considerable ayuda para establecer el sentimiento de la constante presencia de Dios dentro y fuera de ustedes.
SAI BABA
Prashanfi Nilayam
19 X 69
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