EN LA CULTURA DE la India, todas las religiones y creencias están armoniosamente integradas, pues enfatizan una vida virtuosa, el amor y el servicio, más allá del cual no hay práctica espiritual más alta. Pero la gente se ha vuelto sorda al llamado de este mensaje, y aquellos cuyo deber es dirigir la atención de la gente hacia esa falla se han vuelto débiles y vacilantes a causa de la atracción de actitudes extranjeras.
En toda la historia, la India ha dirigido la lealtad de sus hijos a las cuatro metas de dharma, arta, kama y moksha, es decir, a que los ideales mundanos del bien material (arta) y el deseo legítimo (kama) se desarrollen dentro de los límites establecidos por la rectitud (dharma) por un lado, y la liberación (moksha) por el otro. La riqueza (arta) debe ser ganada con rectitud; el único deseo o anhelo (kama) que merece ser alentado es el deseo por la liberación (moksha). El amor es el ímpetu y la verdad la ganancia; éstas son las dos ruedas del carruaje de la vida. La no violencia (ahimsa) es la actividad más meritoria. Estos axiomas han sido el aliento vital de esta nación por milenios y llegaron a ser la herencia de cada hombre, mujer y niño. Por lo tanto, se debe decir que la presente crisis en que nos encontramos, con la violencia imperando en el país y el hermano alzando su puñal contra el hermano, es una deshonra permanente a todo lo que la nación ha proclamado como precioso.
Hin significa hinsa, violencia, y du, dura, distante, de modo que hindu significa una persona que carece de violencia, que ama y simpatiza, que ayuda y sirve, no alguien que esconde y ataca, daña y hace derramar sangre. El mismo cielo está encima de la cabeza de cada uno, la misma tierra soporta los pies de cada uno, el mismo aire entra a los pulmones de todos; el mismo Dios los creó a todos, los alimenta a todos y termina la vida terrenal de todos; ¿por qué entonces este rol inhumano de enemigo y fanático, de lucha y defensa?
En el Gita, el Señor ha declarado: "Yo soy la semilla de todos los seres". El árbol es una expansión de hojas y flores, frutas y verdor; es un sistema extendido de tronco, ramas y ramitas, ¡todos crecidos de una sola pequeña semilla! Y cada fruto de ese árbol tiene dentro de sí semillas de la misma naturaleza. Así también, contemplen por un momento la magnificente multitud de la vida, toda su rica variedad de fuertes y débiles, presas y cazadores, afligidos y felices, que se arrastran, reptan, vuelan, flotan, caminan, cuelgan, cavan, se sumergen, nadan; ¡toda esta incontable variedad de seres creados ha salido del Señor (la semilla) y cada uno tiene al Señor (la semilla) como su centro de nuevo! Visualicen esta divinidad inmanente; se volverán humildes, sabios y llenos de amor.
El Dios que es el origen y la meta puede ser conocido sólo por la conciencia pura una vez que se ha alcanzado la purificación de la mente. Y para limpiar la conciencia, hay que empezar temprano. La carrera es ganada por aquellos que empiezan temprano y viajan despacio y luego llegan a salvo; no de otra forma. Pongan sus pequeños pies en el camino hacia Dios; la alegría de los primeros pasos los impulsará. Nosotros en la India vemos a Dios en los árboles, en las plantas, en los pájaros y en las bestias; lo adoramos en todas partes, en todas las cosas. La gente se ríe de ustedes cuando adoran una imagen, y algunas personas de mente débil se sienten avergonzadas ellas mismas cuando lo hacen. Pero nosotros tratamos a la imagen como a Dios y no a Dios como una imagen. ¡Adoren la piedra como a Dios, no traten a Dios como una piedra!
Ver para creer es la única norma de estos críticos. ¿Negarán al sol en el cielo cuando las nubes lo esconden de la vista? Es la nube de maya, la cortina de la confusión, que esconde a Dios de la conciencia del hombre. El ojo afectado por las cataratas jura que no hay ninguna lámpara en el cuarto; es necesaria una operación para removerlas para que tenga conciencia de la lámpara. Esa operación es el símbolo de la disciplina espiritual que se debe emprender a fin de obtener la visión de Dios.
El hombre vuela a la luna y se sumerge en el mar, pero no sabe cómo vivir sobre la tierra en amor y paz con sus semejantes. Se mueve hacia la luna por temor a que otros puedan llegar allí antes que él, y se sumerge en el mar para infundir terror, él mismo aterrorizado por otros. La manera de vivir sin temer ni causar temor es establecida en el Gita, cuyo primer verso trata del Campo de la Rectitud, Dharmakshetra. Este verso es acerca de una pregunta que hace Dritarashtra. ¿Quién es ese Dritarashtra? La palabra significa aquel que se aferra al reino, que no lo quiere abandonar, que está fanáticamente apegado a él. Ahora, ¿qué es un reino (rashtra) para una persona? Todo lo que no es él son sus posesiones; es decir, su cuerpo, sus sentidos, su conocimiento, sus sentimientos, sus emociones, además de su casa, automóvil, tierras, reputación, etcétera. Dritarashtra significa cualquier persona que trata las cosas que no son ella como si fueran ella, una persona que se identifica como su cuerpo, por ejemplo. Él le pidió a Sanjaya que le dijera lo que estaba sucediendo en Kurukshetra y Dharmakshetra. Sanjaya significa "aquel que ha ganado la victoria", la victoria sobre los sentidos y otras fuerzas que limitan y desvían lasfacultades más altas que llevan al hombre hacia Dios. A él se le preguntó acerca del curso de la batalla que se estaba librando en Kurukshetra, que también es Dharmakshetra; su respuesta está resumida en el último verso, el 700, del Gita: "El lado que se apoya en el Yogeshvara, el Señor de aquellos que buscan fundir sus identidades, perder sus nombres y formas separados, el Señor Krishna, ese lado ganará la victoria". ¡El primer verso tiene la pregunta y el último la respuesta! El resto del texto es una elaboración sobre este tema.
La gente se ha especializado en los varios métodos para adorar a Dios; hay una cantidad de ritos, ceremonias, himnos, festivales, ayunos, votos, peregrinaciones; pero la mejor forma de adoración, la que traerá la gracia de Dios en amplia medida, es obedecer sus mandatos. ¡La adulación es una pobre adoración! Colocar a Dios a una gran distancia de ustedes y alabarlo como Omnisciente, Omnipotente y Omnipresente no lo complacerá. Desarrollen cercanía, proximidad, parentesco con Dios. Gánenselo por la obediencia, la lealtad, la humildad y la pureza.
Hagan sencillas sus vidas, llenen las tareas diarias con amor y cooperación mutua, sean tolerantes con los errores y fallas de los demás, mírenlos con simpatía y comprensión, permanezcan tranquilos y sin agitación bajo todas las condiciones. Entonces podrán ser felices y el país lo será también. Sus sentimientos serán desinteresados y tiernas sus emociones. La envidia, el odio y el rencor no podrán entrar en la fortaleza de su mente donde la misericordia, la benevolencia y la indulgencia están montando guardia.
Dios no se involucra en recompensas o castigos. Él sólo refleja y reacciona. Él es el eterno e inafectado testigo; ustedes deciden su propio destino. Hagan el bien, sean buenos, obtendrán lo bueno a cambio; si son malos, hacen malas acciones, cosecharán malos resultados. No agradezcan ni culpen a Dios; agradézcanselo a ustedes, cúlpense a ustedes mismos. Él ni siquiera decreta que tenga lugar la creación, la protección y la destrucción. Éstas siguen la misma ley, la ley innata del universo dominado por maya o ilusión.
Esta corriente eléctrica, por ejemplo, puede ser usada por nosotros para hace girar los ventiladores y darnos un poco de frescura en este clima tan caluroso; puede ser usada para dar luz, para amplificar el habla humana y llevarles el sonido más cerca; puede ser usada para producir muchas copias de una hoja impresa. En todos estos casos es creadora. Pero si ustedes están tan sobrecogidos por todo lo bueno que hace y su admiración va demasiado lejos y agarran el cable que la lleva, quedarán muertos. La corriente crea, protege o destruye, depende de cómo se utiliza.
Dejen que los mezquinos deseos por los cuales se acercan ahora a Dios se realicen o no, dejen que los planes de promoción y progreso que colocan ante Dios se cumplan o no; no son tan importantes después de todo. La meta primordial debe ser volverse amos de sí mismos, sostener una íntima y constante comunión con lo Divino que está dentro de ustedes tanto como en el universo del cual ustedes forman parte. Acojan las desilusiones, pues los endurecen y ponen a prueba su fortaleza.
El oro que estaba derritiéndose en el fuego delante del orfebre le dijo: "No te exaltes cuando me echas al fuego y me derrito y sacas la aleación. Recuerda que yo me estoy volviendo cada vez más puro y más valioso a cada momento, mientras todo lo que tú obtienes por tus penas es humo en la cara y hollín en las manos".
Ésta es la lección que enseña el Mahabharata: nunca abandonen a Dios, haciéndolo responsable de sus males; crean más bien que los males los atraen más cerca de Dios, haciéndolos llamarlo siempre que están en dificultades. Ustedes sufren un dolor de estómago y el doctor les da el dolor de la operación a fin de reducir aquel dolor y de que se alivien. Entonces dicen: ¡estoy contento! La alegría no es sino el intervalo entre dos momentos de dolor, y el dolor, un intervalo entre dos momentos de alegría.
Ramakrishna Paramahamsa tenía un absceso en la garganta y no podía tragar ningún alimento ni beber líquidos sin sentir mucho dolor. Ante esto, Vivekananda le rogó a su maestro y le oró para que buscara la gracia de la Madre para que pudiera por lo menos tomar alimentos líquidos. Ramakrishna respondió: "Yo le oré a la Madre y la Madre respondió: '¿No estás tomando ahora suficiente alimento por medio de todos estos billones de gargantas, las gargantas de todos los seres vivientes en el mundo? Al no poder tomarlo por una de estos billones, ¿por qué te molestas tanto?'" El Alma lo permea todo, ésa fue la lección impartida por la Madre. Cada uno es sólo una ola, una parte del universal Paramatma (el Absoluto Universal). Ésa es la verdad.
No hay dharma más alto que la verdad. Sean veraces; ésa es la cumbre de la rectitud, la esencia de toda moralidad. La verdad de la unicidad de todos abarca amor, servicio, paz, y así, es la base de una vida moral. Todas las distinciones son muros temporales, erigidos por la ambición o el odio.
Ahora, el dharma hindú, el dharma cristiano o el dharma musulmán son identificados con requisitos externos, vestidos, peinados, rosarios, marcas de casta, a quién puede uno tocar y quedar ceremonialmente puro, cuándo puede uno orar, dónde debe uno comer y qué, y cosas así de triviales y transitorias. Es en su mayoría superstición y mero barboteo, ¡como eso de que no toquen esto o aquello!
El dharma debe surgir del corazón como la fresca y energizante agua del amor y la paz. En el Ramayana pueden aprender qué es exactamente el dharma. Rama es la personificación misma del dharma; cada palabra y cada acción resuenan con este mensaje. Lakshmana, el hermano de Rama que siguió sus pasos durante toda su carrera terrenal, es el símbolo de !a mente, que al seguir los pasos del dharma nunca perdió su camino, se deleitó en el regazo de la victoria. El Ramayana es un texto sobre el dharma para que sea vivido en cada hogar por el padre, la madre, el hijo, el hermano, los miembros de una familia unida, tanto hombres como mujeres. Gandhi soñaba con un Reino de Rama en Bharat; él quería que la gente de aquí viviera como los súbditos de Rama en Ayodhya. ¡Pero miren el triste contraste! Entonces, los hermanos Rama y Lakshmana alcanzaron el supremo estado de identidad como resultado del amor que había entre ellos; ahora, los hermanos van hasta la corte suprema en sus intentos por resolver diferencias y disputas sobre nimias propiedades, que no son lazos apropiados en absoluto. La gente se sube a los podios y grita: °¡Hermanos!" y "¡Hermanas!", pero estas formalidades permanecen siendo sólo eso. Tan pronto como bajan de su tribuna, los sentimientos se esfuman en el aire. La hermandad que uno debe cultivar es la disposición a dar amor por amor, corazón por corazón y vida por vida.
La cultura de la India condena la violencia como bestial y aún peor. Aun cuando las epopeyas y leyendas de esta tierra hablan de demonios, hombres y dioses tan diversos, son sólo nombres para rasgos que todos comparten en mayor o menor medida. La humanidad debe librarse de la escoria de lo demoniaco y revestirse del esplendor de la divinidad.
Tomen la historia de Krishna en el Bhagavata. Kamsa tiene un carácter demoniaco; su hermana, Devaki, es humana y da a luz a Krishna, lo Divino encarnado para rescatar al mundo de la perdición. La persona que se casó con Devaki, que tuvo el honor de ser el padre de la encarnación, fue Vasudeva. Sishupala, el hijo de su hermana, era un demonio. Y, extrañamente, Sishupala casi se casó con la futura reina de Krishna, Rukmini. Krishna la raptó del lugar del matrimonio y la salvó de casarse con la personalidad demoniaca llamada Sishupala. Así que está claro que las inclinaciones y comportamientos de las personas decidían la categoría en la cual eran incluidas, humanas o divinas.
Por lo tanto, vigilen que sus actividades no los arrastren a las profundidades de lo demoniaco; hagan que los eleven a las alturas de la divinidad. Es realmente elogiable que en esta ciudad tantos de ustedes estén dedicados a llevar a cabo cantos devocionales, nagarasankirtan y recordación del Nombre. Dejen que el nombre de Dios salga de su corazón, no de sus labios. Sean Prahladas en la tierra que está enferma con demasiados Hiranyakashipus. El nombre del Señor es el Narasimha (encarnación de Dios en forma de hombre león) que salvará y sostendrá. Purifíquense ustedes y purifiquen la atmósfera en la cual y por la cual han de vivir. Éste es mi consejo y mi bendición.
SAI BABA
Hin significa hinsa, violencia, y du, dura, distante, de modo que hindu significa una persona que carece de violencia, que ama y simpatiza, que ayuda y sirve, no alguien que esconde y ataca, daña y hace derramar sangre. El mismo cielo está encima de la cabeza de cada uno, la misma tierra soporta los pies de cada uno, el mismo aire entra a los pulmones de todos; el mismo Dios los creó a todos, los alimenta a todos y termina la vida terrenal de todos; ¿por qué entonces este rol inhumano de enemigo y fanático, de lucha y defensa?
En el Gita, el Señor ha declarado: "Yo soy la semilla de todos los seres". El árbol es una expansión de hojas y flores, frutas y verdor; es un sistema extendido de tronco, ramas y ramitas, ¡todos crecidos de una sola pequeña semilla! Y cada fruto de ese árbol tiene dentro de sí semillas de la misma naturaleza. Así también, contemplen por un momento la magnificente multitud de la vida, toda su rica variedad de fuertes y débiles, presas y cazadores, afligidos y felices, que se arrastran, reptan, vuelan, flotan, caminan, cuelgan, cavan, se sumergen, nadan; ¡toda esta incontable variedad de seres creados ha salido del Señor (la semilla) y cada uno tiene al Señor (la semilla) como su centro de nuevo! Visualicen esta divinidad inmanente; se volverán humildes, sabios y llenos de amor.
El Dios que es el origen y la meta puede ser conocido sólo por la conciencia pura una vez que se ha alcanzado la purificación de la mente. Y para limpiar la conciencia, hay que empezar temprano. La carrera es ganada por aquellos que empiezan temprano y viajan despacio y luego llegan a salvo; no de otra forma. Pongan sus pequeños pies en el camino hacia Dios; la alegría de los primeros pasos los impulsará. Nosotros en la India vemos a Dios en los árboles, en las plantas, en los pájaros y en las bestias; lo adoramos en todas partes, en todas las cosas. La gente se ríe de ustedes cuando adoran una imagen, y algunas personas de mente débil se sienten avergonzadas ellas mismas cuando lo hacen. Pero nosotros tratamos a la imagen como a Dios y no a Dios como una imagen. ¡Adoren la piedra como a Dios, no traten a Dios como una piedra!
Ver para creer es la única norma de estos críticos. ¿Negarán al sol en el cielo cuando las nubes lo esconden de la vista? Es la nube de maya, la cortina de la confusión, que esconde a Dios de la conciencia del hombre. El ojo afectado por las cataratas jura que no hay ninguna lámpara en el cuarto; es necesaria una operación para removerlas para que tenga conciencia de la lámpara. Esa operación es el símbolo de la disciplina espiritual que se debe emprender a fin de obtener la visión de Dios.
El hombre vuela a la luna y se sumerge en el mar, pero no sabe cómo vivir sobre la tierra en amor y paz con sus semejantes. Se mueve hacia la luna por temor a que otros puedan llegar allí antes que él, y se sumerge en el mar para infundir terror, él mismo aterrorizado por otros. La manera de vivir sin temer ni causar temor es establecida en el Gita, cuyo primer verso trata del Campo de la Rectitud, Dharmakshetra. Este verso es acerca de una pregunta que hace Dritarashtra. ¿Quién es ese Dritarashtra? La palabra significa aquel que se aferra al reino, que no lo quiere abandonar, que está fanáticamente apegado a él. Ahora, ¿qué es un reino (rashtra) para una persona? Todo lo que no es él son sus posesiones; es decir, su cuerpo, sus sentidos, su conocimiento, sus sentimientos, sus emociones, además de su casa, automóvil, tierras, reputación, etcétera. Dritarashtra significa cualquier persona que trata las cosas que no son ella como si fueran ella, una persona que se identifica como su cuerpo, por ejemplo. Él le pidió a Sanjaya que le dijera lo que estaba sucediendo en Kurukshetra y Dharmakshetra. Sanjaya significa "aquel que ha ganado la victoria", la victoria sobre los sentidos y otras fuerzas que limitan y desvían lasfacultades más altas que llevan al hombre hacia Dios. A él se le preguntó acerca del curso de la batalla que se estaba librando en Kurukshetra, que también es Dharmakshetra; su respuesta está resumida en el último verso, el 700, del Gita: "El lado que se apoya en el Yogeshvara, el Señor de aquellos que buscan fundir sus identidades, perder sus nombres y formas separados, el Señor Krishna, ese lado ganará la victoria". ¡El primer verso tiene la pregunta y el último la respuesta! El resto del texto es una elaboración sobre este tema.
La gente se ha especializado en los varios métodos para adorar a Dios; hay una cantidad de ritos, ceremonias, himnos, festivales, ayunos, votos, peregrinaciones; pero la mejor forma de adoración, la que traerá la gracia de Dios en amplia medida, es obedecer sus mandatos. ¡La adulación es una pobre adoración! Colocar a Dios a una gran distancia de ustedes y alabarlo como Omnisciente, Omnipotente y Omnipresente no lo complacerá. Desarrollen cercanía, proximidad, parentesco con Dios. Gánenselo por la obediencia, la lealtad, la humildad y la pureza.
Hagan sencillas sus vidas, llenen las tareas diarias con amor y cooperación mutua, sean tolerantes con los errores y fallas de los demás, mírenlos con simpatía y comprensión, permanezcan tranquilos y sin agitación bajo todas las condiciones. Entonces podrán ser felices y el país lo será también. Sus sentimientos serán desinteresados y tiernas sus emociones. La envidia, el odio y el rencor no podrán entrar en la fortaleza de su mente donde la misericordia, la benevolencia y la indulgencia están montando guardia.
Dios no se involucra en recompensas o castigos. Él sólo refleja y reacciona. Él es el eterno e inafectado testigo; ustedes deciden su propio destino. Hagan el bien, sean buenos, obtendrán lo bueno a cambio; si son malos, hacen malas acciones, cosecharán malos resultados. No agradezcan ni culpen a Dios; agradézcanselo a ustedes, cúlpense a ustedes mismos. Él ni siquiera decreta que tenga lugar la creación, la protección y la destrucción. Éstas siguen la misma ley, la ley innata del universo dominado por maya o ilusión.
Esta corriente eléctrica, por ejemplo, puede ser usada por nosotros para hace girar los ventiladores y darnos un poco de frescura en este clima tan caluroso; puede ser usada para dar luz, para amplificar el habla humana y llevarles el sonido más cerca; puede ser usada para producir muchas copias de una hoja impresa. En todos estos casos es creadora. Pero si ustedes están tan sobrecogidos por todo lo bueno que hace y su admiración va demasiado lejos y agarran el cable que la lleva, quedarán muertos. La corriente crea, protege o destruye, depende de cómo se utiliza.
Dejen que los mezquinos deseos por los cuales se acercan ahora a Dios se realicen o no, dejen que los planes de promoción y progreso que colocan ante Dios se cumplan o no; no son tan importantes después de todo. La meta primordial debe ser volverse amos de sí mismos, sostener una íntima y constante comunión con lo Divino que está dentro de ustedes tanto como en el universo del cual ustedes forman parte. Acojan las desilusiones, pues los endurecen y ponen a prueba su fortaleza.
El oro que estaba derritiéndose en el fuego delante del orfebre le dijo: "No te exaltes cuando me echas al fuego y me derrito y sacas la aleación. Recuerda que yo me estoy volviendo cada vez más puro y más valioso a cada momento, mientras todo lo que tú obtienes por tus penas es humo en la cara y hollín en las manos".
Ésta es la lección que enseña el Mahabharata: nunca abandonen a Dios, haciéndolo responsable de sus males; crean más bien que los males los atraen más cerca de Dios, haciéndolos llamarlo siempre que están en dificultades. Ustedes sufren un dolor de estómago y el doctor les da el dolor de la operación a fin de reducir aquel dolor y de que se alivien. Entonces dicen: ¡estoy contento! La alegría no es sino el intervalo entre dos momentos de dolor, y el dolor, un intervalo entre dos momentos de alegría.
Ramakrishna Paramahamsa tenía un absceso en la garganta y no podía tragar ningún alimento ni beber líquidos sin sentir mucho dolor. Ante esto, Vivekananda le rogó a su maestro y le oró para que buscara la gracia de la Madre para que pudiera por lo menos tomar alimentos líquidos. Ramakrishna respondió: "Yo le oré a la Madre y la Madre respondió: '¿No estás tomando ahora suficiente alimento por medio de todos estos billones de gargantas, las gargantas de todos los seres vivientes en el mundo? Al no poder tomarlo por una de estos billones, ¿por qué te molestas tanto?'" El Alma lo permea todo, ésa fue la lección impartida por la Madre. Cada uno es sólo una ola, una parte del universal Paramatma (el Absoluto Universal). Ésa es la verdad.
No hay dharma más alto que la verdad. Sean veraces; ésa es la cumbre de la rectitud, la esencia de toda moralidad. La verdad de la unicidad de todos abarca amor, servicio, paz, y así, es la base de una vida moral. Todas las distinciones son muros temporales, erigidos por la ambición o el odio.
Ahora, el dharma hindú, el dharma cristiano o el dharma musulmán son identificados con requisitos externos, vestidos, peinados, rosarios, marcas de casta, a quién puede uno tocar y quedar ceremonialmente puro, cuándo puede uno orar, dónde debe uno comer y qué, y cosas así de triviales y transitorias. Es en su mayoría superstición y mero barboteo, ¡como eso de que no toquen esto o aquello!
El dharma debe surgir del corazón como la fresca y energizante agua del amor y la paz. En el Ramayana pueden aprender qué es exactamente el dharma. Rama es la personificación misma del dharma; cada palabra y cada acción resuenan con este mensaje. Lakshmana, el hermano de Rama que siguió sus pasos durante toda su carrera terrenal, es el símbolo de !a mente, que al seguir los pasos del dharma nunca perdió su camino, se deleitó en el regazo de la victoria. El Ramayana es un texto sobre el dharma para que sea vivido en cada hogar por el padre, la madre, el hijo, el hermano, los miembros de una familia unida, tanto hombres como mujeres. Gandhi soñaba con un Reino de Rama en Bharat; él quería que la gente de aquí viviera como los súbditos de Rama en Ayodhya. ¡Pero miren el triste contraste! Entonces, los hermanos Rama y Lakshmana alcanzaron el supremo estado de identidad como resultado del amor que había entre ellos; ahora, los hermanos van hasta la corte suprema en sus intentos por resolver diferencias y disputas sobre nimias propiedades, que no son lazos apropiados en absoluto. La gente se sube a los podios y grita: °¡Hermanos!" y "¡Hermanas!", pero estas formalidades permanecen siendo sólo eso. Tan pronto como bajan de su tribuna, los sentimientos se esfuman en el aire. La hermandad que uno debe cultivar es la disposición a dar amor por amor, corazón por corazón y vida por vida.
La cultura de la India condena la violencia como bestial y aún peor. Aun cuando las epopeyas y leyendas de esta tierra hablan de demonios, hombres y dioses tan diversos, son sólo nombres para rasgos que todos comparten en mayor o menor medida. La humanidad debe librarse de la escoria de lo demoniaco y revestirse del esplendor de la divinidad.
Tomen la historia de Krishna en el Bhagavata. Kamsa tiene un carácter demoniaco; su hermana, Devaki, es humana y da a luz a Krishna, lo Divino encarnado para rescatar al mundo de la perdición. La persona que se casó con Devaki, que tuvo el honor de ser el padre de la encarnación, fue Vasudeva. Sishupala, el hijo de su hermana, era un demonio. Y, extrañamente, Sishupala casi se casó con la futura reina de Krishna, Rukmini. Krishna la raptó del lugar del matrimonio y la salvó de casarse con la personalidad demoniaca llamada Sishupala. Así que está claro que las inclinaciones y comportamientos de las personas decidían la categoría en la cual eran incluidas, humanas o divinas.
Por lo tanto, vigilen que sus actividades no los arrastren a las profundidades de lo demoniaco; hagan que los eleven a las alturas de la divinidad. Es realmente elogiable que en esta ciudad tantos de ustedes estén dedicados a llevar a cabo cantos devocionales, nagarasankirtan y recordación del Nombre. Dejen que el nombre de Dios salga de su corazón, no de sus labios. Sean Prahladas en la tierra que está enferma con demasiados Hiranyakashipus. El nombre del Señor es el Narasimha (encarnación de Dios en forma de hombre león) que salvará y sostendrá. Purifíquense ustedes y purifiquen la atmósfera en la cual y por la cual han de vivir. Éste es mi consejo y mi bendición.
SAI BABA
Bombay
12 V 70
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