VENEREN A SUS PADRES
Los profetas de este país han señalado los límites y los lineamientos que deben ser respetados por los aspirantes. Los Vedas entregan los siguientes mandamientos: "Venera a tu madre como a Dios, venera a tu padre como a Dios, venera a tu maestro como a Dios, habla siempre la Verdad y actúa correctamente". Estos cinco son los aires vitales que sustentan el cuerpo del hombre. Piensen en ellos como tales y desarrollen una fe inconmovible en que han sido establecidos para el progreso espiritual y material de ustedes. Practiquen estos preceptos con sinceridad y sin flaquear, ya que ello les asegurará el éxito, en el peregrinaje de lo humano hacia lo Divino.
Si veneran hoy a sus padres, sus hijos los venerarán a ustedes más adelante, porque el presente es el que configura el futuro, así como fuera configurado, a su vez, por el pasado. Por ello, siempre insisto en que: "Sean buenos, vean el bien, hagan el bien, porque éste es el camino hacia Dios".
Los Vedas declaran que la madre y el padre deben ser venerados como Divinos y ellos también deben considerar como Divinos a sus hijos, alentando en ellos el florecimiento del Principio Divino. El rostro de la madre es el primer rostro que el niño ve; "ma" es la primera sílaba que pronuncia y es también la última que suspira. La agonía de una madre que pierde a su hijo es algo inconsolable.
Deben recordar que la madre y el padre son Divinos y que cada uno es como Dios. Este sagrado ideal es el que deben poner en práctica durante sus vidas. En la India, una de las cosas más sagradas es este respeto por el padre y la madre, los que no sólo han dado su sangre para procrear a los hijos, sino que, en muchas ocasiones, han dejado de alimentarse ellos para darnos lo que necesitamos. Si respetan a sus padres hoy, recibirán el respeto de sus hijos en el futuro. Y si quieren gozar de felicidad, bienestar y Bienaventuranza, deben ser buenos, hacer el bien y ver el bien, lo cual representa el camino hacia Dios.
Encontrarán en sus hogares imágenes de Dios colocadas en un lugar especialmente destinado al culto. Sin embargo, en cada hogar hay dioses vivientes a quienes los sabios les han pedido que sirvan y muestren devoción: ellos son vuestros padres. Ellos les han dado la vida. A ellos les deben vuestra salud y felicidad. Ellos los aman, les sirven, les dan tanto como pueden y, a veces, más. Incluso, a menudo, comen menos para que ustedes se satisfagan. Tratan de ahorrar dinero de diversas maneras para que ustedes puedan ir a la escuela o vivir en algún albergue para estudiantes o asistir a algún festival o hacer un viaje de estudios. Los Libros Sagrados señalan que deben honrarlos y adorarlos: "Deja que tu madre sea tu Dios; deja que tu padre sea tu Dios". Así reza la enseñanza. Y, en verdad, ¿de qué otra manera pueden agradecerles? ¿Qué otra cosa podrían darles a cambio que no sea vuestro Amor y vuestro Servicio? Piensen en todos los ciudadanos, en todo el Amor, en todos los dolores, en todos los sacrificios y los desvelos en que han incurrido y en que siguen incurriendo ¡por ustedes! ¡Sean bondadosos, tiernos y dulces con ellos! No sean rudos o groseros. Hagan todo lo que puedan por hacerlos felices; obedézcanles, porque saben mucho más que ustedes respecto del mundo y sus peligros. Esa es la forma de adorarlos.
Los indios del Norte y los habitantes de Maharashtra están familiarizados con la historia de Pundarik. Pundarik fue un hijo ejemplar que pasaba todo su tiempo sirviendo a sus venerables progenitores. Cuando éstos tenían fiebre u otro malestar, Pundarik los atendía, cuidaba de ellos, tocaba sus pies y hacía todo tipo de Servicio para ellos. Hoy en día, se suele ver que, aunque la madre esté enferma en cama y con fiebre alta, el hijo se va al cine, sin preocuparse por su estado.
La madre es la diosa que nos ha dado esta sangre, este cuerpo y esta individualidad y por ello, merece toda la consideración y adoración. Si menospreciamos a la madre jamás podremos prosperar ni llegar a ser buenos en la vida.
Observen el ejemplo de Pundarik. El poseía una fe tan profunda en los mandamientos védicos respecto de venerar a la madre y al padre, que incluso rehusó servir al Señor Krishna cuando Este apareció ante él para derramar Su Gracia, porque en esos instantes estaba ocupado ¡en darle masaje a los pies de sus padres! Y no quiso interrumpir este servicio ni por una fracción de segundo, ¡para tocar los Pies del Señor!
Su gurú Tukaram entró en aquel instante y lo reprendió por su apego tan inflexible al dictado védico. "Mi Dios está aquí, ante mí, ¡pidiendo que masajee sus pies! Este Dios que ha venido deberá esperar, hasta que haya servido a estos dioses. El Dios recién llegado ha asumido ahora esta apariencia, en tanto que ellos han estado conmigo desde el momento en que nací. ¡Siento la Presencia Divina en ellos cada día de mi vida y los reconozco como Divinos!" El Servicio que estaba prestando a sus padres complació tanto a Krishna, que se quedó. Dios también podría esperarlos a ustedes.
El impulso que hay dentro del hombre, de amar a su madre, es la expresión de la naturaleza Divina que hay en él. Si no hubiera una chispa Divina en el hombre, no podría haber amado nunca. Una persona que ama es un teísta, asista o no a una iglesia o a un templo.
Pundarik no era culpable de sacrilegio, ya qt !. , estaba realmente adorando a Dios en Su Forma más accesible: la Madre. Es necesario proceder de lo conocido a lo desconocido. De este modo, el Amor se expande en círculos cada vez más amplios hasta abarcar a toda la Naturaleza, hasta que incluso eÍ cortar una hoja de un árbol los afecte tan dolorosamente que no osen herirlo. La verde vitalidad del árbol en un signo de la Voluntad Divina, que hunde sus raíces, profundamente, en el suelo. Las raíces mantienen al árbol a salvo de las tormentas, sujetándolo contra los violentos embates del viento. Del mismo modo, cuando las raíces del Amor en el hombre se hunden hasta la fuente de lo Divino en él, no hay tormenta de sufrimiento que pueda sacudirlo ni quebrarlo hacia el escepticismo.
El sentimiento de gratitud hacia los padres es una virtud básica; la veneración a los padres es la veneración por el pasado, por las tradiciones del pasado, por el gran tesoro de Sabiduría que el pasado ha almacenado y preservado. Divulgo este mensaje dando el ejemplo Yo Mismo. Mi Vida es Mi Mensaje, como a menudo declaro. He estado re enfatizando la exhortación de las Upanishads: "Habla la Verdad, actúa rectamente, venera a tu madre como Divina, venera a tu padre como Divino, venera a tu preceptor como Divino." Lo enfatizo no sólo con palabras, sino mucho más con hechos. Deben dedicar sus talentos, sus ganancias y su inteligencia al servicio de sus padres y cumplir con sus deberes, como su progenie. Si fracasan en ello, no merecen la gloria de ser llamados indios, ni humanos.
La veneración que ofrecen a los pies de sus padres es veneración que, puedo asegurarles, llega hasta Mí.
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