El Señor siempre se adhiere a sus leyes, a los propósitos y a las normas establecidas por El. El hombre no siempre se rige por las leyes cuando se enfrenta a un problema, pero el Señor siempre observa las reglas, bajo cualquier situación. Por lo tanto, nadie puede determinar qué límites y qué leyes gobiernan las acciones del Señor. _
Jesuscristo declaró: "Yo soy el hijo de Dios", sin embargo, cuando fue crucificado, Dios no acudió en su rescate. Incluso clamó en su angustia: "Oh Padre, ¿por qué no has venido a salvarme?" El Señor actúa teniendo en cuenta el tiempo, el lugar y las circunstancias. Da a cada persona el honor y la estima que se le debe dar. Cristo se volvió una persona gloriosa en el momento de su crucifixión.
Así, por cierta acción, en determinado contexto, un hombre gana reputación. Por ejemplo, Abhimanyu suplicó a su madre que le permitiera luchar para encontrar su camino a través del laberinto construido por los kauravas. La madre trató de disuadirlo de todas las formas posibles. Como último recurso le dijo: "El laberinto es una trampa mortal. El gran Bhishma comanda a la tropa enemiga. Ni tu padre Arjuna ni tu tío Krishna están cerca, tu esposa está encinta, no es apropiado en estas circunstancias que te embarques en esta peligrosa aventura". Todo esto lo dijo porque era madre.
Sin embargo, Abhimanyu tuvo que hablar desde el punto de vista de hijo. "Oh madre, ¿es correcto pedirle a un cachorro de león que se abstenga de atacar a una horda de animales insignificantes? Debiste haberme ordenado pelear como un guerrero y regresar victorioso. ¿No es infame que en cambio se me pida mantenerme lejos de la pelea?" Al decir esto salió al campo de batalla. No lo pudo evitar. Ningún guerrero puede dejar de respondera¡ reto de una pelea. Es preferible la muerte a la infamia de la cobardía.
La madre, al reconocer la razón del argumento de Abhimanyu, le dijo: "Hijo, te puedes ir. Que todas las diosas te protejan, te bendigan como lo hacen con sus hijos cuando salen a pelear contra los demonios. Sobre todo, que Sri Rama te proteja". Todas estas bendiciones no pudieron salvar a Abhimanyu.
Abhimanyu estaba destinado a morir en el laberinto de loto. ¿Pudieron salvarlo las bendiciones? Debido a que murió en el laberinto encontró un lugar en el paraíso reservado a los héroes. Ese reconocimiento no se obtiene al morir en un accidente o por una enfermedad o de vejez. Para cada tipo de renombre hay una muerte específica.
La muerte, sin embargo, nace en el momento en que empieza la vida, y la muerte llega en la forma en que está destinada a venir. El Señor, sin embargo, es un testigo de todos los sucesos. En algunas instancias, da indicaciones previas o advertencias. Cuando se toman en consideración, la persona involucrada se santifica; cuando se ignoran, se pierde ese derecho. Por consiguiente, deben cumplir su deber. El corazón del Señor es ilimitado, está interesado en el interés colectivo. Sin embargo, el hombre tiende a tener una perspectiva estrecha. Una visión limitada sólo conduce a resultados limitados. Dios no establece distinción entre un grupo y otro. El ama a todos por igual, bendice a todos, desea el bien para cada uno. "Que todo el mundo sea feliz", es Su bendición. Cualquier deseo de la gente será cumplido por Dios de acuerdo con sus méritos. No pueden ir al Ganges con un pequeño vaso y esperar obtener más de un vaso de agua. Sin embargo, cuando actúan de acuerdo con los mandamientos del Señor, la capacidad del recipiente se puede agrandar.
En el Mahabharata, Krishna deseaba evitar que lo acusaran de no haber hecho nada para evitar la gran batalla. Por lo tanto, prefirió ir como embajador de la paz ante los kauravas, aunque Arjuna protestaba airadamente diciendo que era inútil ir a hablar de paz con los malvados kauravas.
Los nobles y los puros siempre han sido objeto de calumnías. Desde la antigüedad la gente de mente malvada ha atacado a los seres de alma elevada, a los que buscan servir a sus semejantes. Esos desafortunados sucesos ocurren de vez en vez. Sólo cuando se enfrentan y se vencen esos ataques se manifiesta la gloria de lo Divino. Ningún gran hombre ha conquistado la eminencia sin haber vencido los abusos, las calumnias, las pruebas y tribulaciones. El oro adquiere un brillo mayor después de fundirse en el crisol. Asimismo, un diamante brilla más cuando se le hacen varios cortes. Las pruebas y las tribulaciones son escalones hacia la reputación de la gente buena.
El mundo está sumergido en los problemas debido a las fuerzas que dividen a la sociedad en varios campos irracionales. Los devotos deben desarrollar una fe inquebrantable, sin ser afectados por lo que acontece en el mundo. Quienes tienen una fe sólida permanecerán inconmovibles en ella, como una pelota de hierro que permanece inmóvil durante la tormenta, pero quienes se dejan llevar por los deseos mundanos, se agitarán como una hoja seca a la menor brisa. Que su devoción sea firme, eso es bueno para ustedes.
Consideren durante un momento en dónde y por qué motivo están aquí. Han llegado a este ashram a llenar su corazón de pensamientos sagrados. No sólo los ashramitas (residentes) sino todos, deben desarrollar un sentimiento fraternal y desechar el odio totalmente. Deben desarrollar una mente equilibrada y enfrentar todas las situaciones de la vida con ecuanimidad y fortaleza. La ira, el odio, la ostentación y la arrogancia, son tendencias animales. El amor, la amabilidad, la tolerancia, la compasión y el sacrificio, son virtudes humanas innatas. La espiritualidad no consiste sólo en ofrecer adoración o en cantar cantos devocionales. Es necesario eliminar las tendencias animales que hay en el hombre y esforzarse en comprender la identidad con lo Divino. Narasimhan, en su discurso anterior, dijo: "No tengan mala voluntad hacia nadie".
Los medios para prolongar o reducir la vida están en nuestras manos. Su tiempo de vida se alarga cuando están llenos de alegría, tranquilos y saturados de pensamientos puros. Cuando experimentan envidia, ira, odio y vanidad, su vida disminuye. El envidioso no puede dormir; la falta de sueño arruina la salud más que la falta de alimento. La envidia atormenta al hombre todo el tiempo, origina que se reduzca el tiempo de vida. En cuanto al odio, el hombre que está lleno de él no puede ni siquiera tolerar mirar a su enemigo; sufre de alucinaciones que consumen su cuerpo y su espíritu. La ira destruye los poderes divinos que hay en el hombre. El odio destruye el sistema circulatorio del hombre. La envidia lo conduce a la locura al producirle insomnio; en tales condiciones no puede disfrutar de su comida. Así, estas tres malas cualidades: el odio, la ira, y la envidia se convierten en enfermedades que menguan la vida. Si se consideran devotos de Dios deben eliminar estos vicios: vivan una vida pura y llena de paz. Llamarse devotos y ver con envidia a otros es una contradicción. Los verdaderos devotos deben estar siempre sonrientes y exudar siempre alegría. Esa alegría se manifestará cuando experimenten su identidad con lo Divino dentro de ustedes. Si son infelices es porque no han experimentado lo Divino.
No se preocupen por lo que ha ocurrido, por lo que está sucediendo o por lo que vendrá. Dejen que las cosas sigan su debido curso. Sin embargo, deben aprender la lección de lo que acontece. ¡Manténganse alerta! La gente tiende a mostrar descuido en muchos asuntos. Los problemas se presentan de vez en vez para avisarnos que debemos estar alerta. Reconozcan la verdad de que todo lo que acontece es por su bien. Dense cuenta de que incluso lo que en apariencia es malo para ustedes es por su bien. Incluso la calumnia es precursora de un mayor renombre. Junto con el infundio también crece la alabanza, como cuando cavan un pozo y al lado se forma un montículo. Vean hacia arriba el buen nombre que les aguarda. Ignoren las trivialidades que les ocurren. No culpen a los demás ni los insulten. Estén alerta y nutran su buena naturaleza. Compartan su bondad con los que están a su alrededor y experimenten la alegría que resulta de haberla compartido.
Nuestros jóvenes estudiantes tienen un corazón tierno. Como dijo Sainath (un estudiante que habló con anterioridad), los estudiantes han recurrido a la recitación de las Escrituras, han ayunado o hecho algunas otras prácticas para expiar lo que ellos consideran una falta; son presa de toda clase de aprensiones y fantasías. No se inquieten por lo que ha pasado o por lo que pudiera ocurrir en el futuro. Vivan en el presente y sean felices, tengan sólo pensamientos agradables, vivan como hermanos.
Aléjense de las malas compañías. Incluso un noble y generoso guerrero como Karna sufrió mucho debido a que se acercó a Sakuni, uno de mente malvada, al perverso Duryodhana y al malicioso Dussasana. Deben cultivar las buenas compañías. ¿Cómo saber quién es bueno y quién es malo? Piénsenlo detenidamente. Quien ve el mal en lo que es bueno, es un mal hombre, quien ve lo bueno incluso en lo que es malo, es un buen hombre. Así que busquen sólo la compañía de los buenos.
Se dice que el hombre es una combinación de verdad y rectitud. La verdad es Dios, la rectitud es lo Divino. En verdad, no hay mayor rectitud que el apego a la verdad. Debemos vivir en la mansión de la paz, cuya base es la verdad, sus paredes son la rectitud y su techo es el amor.
Queridos estudiantes: ustedes mismos son los modelos de lo que es un corazón puro y una vida sin egoísmo. Se sienten tristes porque sienten que se ha manchado el buen nombre de los estudiantes del Instituto. No piensen eso. Cuando están libres de culpa, ¿por qué han de preocuparse? En un paquete de arroz puede haber algunos granos con cáscara; no deben sentir que debido a la mala conducta de unos cuantos, la ignominia debe afectar a todos los estudiantes. Actúen con la convicción de que no hay ninguna culpa que se les pueda atribuir. Condúzcanse de acuerdo con lo que su conciencia les dicte. Eso los guiará a la Divinidad.
Continúen la práctica devocional que han iniciado. Ustedes están destinados a ganar un buen nombre y a llevar reputación a su familia. Incluso el Instituto será reivindicado. Como jóvenes, su jornada es larga. Deben seguir el sendero de la verdad y vivir una vida ideal.
Los devotos también deben conducirse con fortaleza. Teman al pecado. Muestren gratitud a lo Divino. Cuando teman al pecado y amen a Dios estarán destinados a observar moralidad dentro de la sociedad. Continúen sus actividades con entusiasmo y con fe. Swami volverá pronto a Prashanti y llenará a todos ustedes de alegría y de entusiasmo. Nunca dejen de meditar en Dios, cultiven un espíritu de mente abierta. Los devotos, tanto hombres como mujeres, tienden a agrandar las nimiedades. Eviten hacer comentarios acerca de otros. Amen a todos, saluden afectuosamente a todos con una sonrisa. Desechen el lenguaje áspero, una dulce respuesta evita la rudeza y la violencia.
Reconozcan primero que nada que lo Divino está en cada uno. El comprender a los demás es la clave para un buen arreglo.
Bhagavan concluyó su discurso con el bhajan "Prema mudhita manase kaho".
Del discurso de Bhagavan
en el mandir de Prashanti,
el 21 de julio de 1993.
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