El
lingam en forma de huevo de Brahma
(Brahmananda Lingam)
Prashanti Nilayam, 11/II/1964
Mahashivaratri
Umamaheshvara Shastri y Virabhadra Shastri hablaron acerca de la naturaleza de la Divinidad o Bhagavatatatva hasta donde la han
aprendido y hasta donde la puede expresar el lenguaje, pues se trata de algo
que está fuera de toda expresión y de toda explicación. Debe ser experimentada, y una vez hecho eso,
es imposible comunicar a otro la riqueza, la plenitud, la extensión, la
profundidad de tal vivencia. El hombre
debe sentir que su más alto destino es poseer esa vivencia. El hombre no es una criatura deleznable
nacida del fango y del pecado y destinada a vivir una triste existencia y
extinguirse para siempre. Él es
inmortal, es eterno. Así, cuando viene
el llamado desde la región de la inmortalidad, él responde de todo
corazón. Él rehúsa creer que va a morir. Él se ríe de la muerte y la trata como un
visitante inofensivo, pues hay algo en él que le susurra un reto a la
muerte. El hombre es una mezcla de
cuerpo y de Dios, de lo mortal y de lo inmortal. Si la liberación significa el cese de la
aflicción y de la adquisición de la alegría, entonces es fácil. Lo que deben hacer es confiar todas sus
cargas a Dios; eso los hará libres de preocupación, libres de dolor. Entonces,
cuando vean todo como el juego del Señor a quien aman, palmearán sus manos de
alegría sin importar cualquier cosa que les ocurra, pues todo es Su juego
Divino y serán tan felices como Él cuando sus planes se realicen.
“Oh, Arjuna, Dios reside en el corazón de todos los seres”, dice el Señor. Él no se
encuentra solamente en Amarnath, en Kasi, en Tirupati, en Kedaram o en Gokarman. Al igual que cada gota del océano, tiene el
sabor, la composición y el nombre del Señor, sólo que ustedes no lo manifiestan
tan claramente. El río Godavari se realiza al llegar al mar; el
hombre se realiza al fundirse en lo Absoluto.
Aquello que se funde en la meta es el lingam.
El éter
(akasha) en la vasija debe volverse
uno con el éter que llena el universo entero por medio de la negación de la
envoltura, que no es sino una creación artificial de la mente engañada. Ese apego a la envoltura debe desaparecer,
ese estado inferior de humanidad que ahora los satisface, debe ceder el lugar
al estado de divinidad, que es su verdadero estado. Esa es la tarea para la cual Sai Baba está llamando; esa es la obra
para la cual he venido. Un juez de la
Suprema Corte puede, mientras se encuentre en su casa, jugar con su nieto e
inclinarse para que el niño monte sobre su espalda y así, como cuadrúpedo,
andar por el piso mientras el niño grita: “Arre”, pero en todo este tiempo, su
grado de juez no sufre perjuicio ni él lo olvida. Así también, ustedes deben estar siempre
conscientes de la alta misión para la cual han venido; no deben estropearla por
ningún medio o acto o palabra o pensamiento insignificante. He venido para darles el valor de verse a
ustedes mismos como el Principio Supremo que en realidad son, para darles el
poder mental de captar esa realidad.
Sólo ello puede destruir el engaño nacido de la ignorancia.
Paso a
paso, alcanzan el final del camino. Un
acto seguido de otro lleva a un buen hábito.
Escuchando y escuchando, son finalmente empujados a la acción. Resuelvan actuar, reunirse sólo con buenas compañías,
leer únicamente libros edificantes, formar el hábito de la remembranza del
nombre; entonces la ignorancia desaparecerá automáticamente. La felicidad que
surgirá dentro de ustedes por la contemplación de la propia forma de la
bienaventuranza alejará toda aflicción, toda preocupación. Se dice que Shiva rió cuando divisó el carruaje que había sido dispuesto para
Él cuando empezó a matar a los asuras
(demonios) de los tres cuerpos: el denso, el sutil y el causal. Vishnu,
el auriga, pasaba la mayor parte del tiempo en yoganidra (sueño psíquico), la Tierra estable era el carro y las
dos ruedas eran el Sol y la Luna, dos esferas que nunca giran al unísono. Esta risa derribó a los asuras y ya no hubo necesidad de proseguir la lucha contra
ellos. ¿Cómo murieron las fuerzas del
mal que moraban en los tres cuerpos? No
podían existir donde había necesidad, pues son el producto de la
aflicción. Adquieran bienaventuranza; de
tal modo, los malos impulsos y las malas tendencias desaparecerán, pues no
lograrán arraigo en el corazón.
Muévanse
hacia la luz y las sombras quedarán atrás; aléjense de ella y tendrán que
seguir a su propia sombra. Caminen cada
momento un paso más hacia el Señor y entonces la maya, la sombra, será superada y no los engañará más. Sean firmes, sean resueltos. No cometan ninguna falta ni den un paso en
falso para luego arrepentirse. Primero
adquieran la resolución, la decisión, la disciplina; todo esto es mejor que
tener luego que arrepentirse por el error cometido. Arjuna
sentía esa firmeza, pero previó las consecuencias aun antes de que comenzara la
batalla y quería que Krishna le
dijera lo que debía hacer. Sin embargo, Dharmaraja, el hermano mayor, sintió
dolor después de la guerra, arrepentimiento por la pérdida sufrida.
Por
encima de todo deben dar cada paso en la práctica espiritual o en la vida
cotidiana, sólo después de una profunda reflexión y de convencerse de que será
para su propio bien. De otro modo,
sucederá como la historia de la ciudad que lloraba. Un día, una dama de la reina se acercó al
palacio llorando con una gran aflicción, y así, la reina también empezó a
llorar. Viendo a la reina en lágrimas,
todo el harem gimió y la lloradera se extendió a los varones también. El rey, encontrando a la reina inconsolable,
también lloró profusamente y a la vista de todo esto, toda la ciudad se puso a
llorar a gritos y sin parar. Finalmente,
un hombre sensato inició una investigación de persona en persona, y llegó hasta
la misma reina para interrogarla. La
reina dijo que su dama estaba en terrible aflicción y ella, de la casta de las
lavanderas, una vez que fue interrogada confesó que todo se debía a la muerte
repentina de su asno favorito. Cuando se
difundió la noticia, la lloradera cesó y todo el mundo rió avergonzado. Razonen, disciernan, no salten a conclusiones
ni se dejen llevar por los rumores.
He
venido para reformarlos; no los dejaré hasta que lo haya hecho. Aun cuando se escurran antes de que proceda,
no piensen que podrán escapárseme; Yo Me aferraré a ustedes. No Me preocupa si Me dejan, pues no estoy
ansioso de que haya una enorme concurrencia a Mi alrededor. ¿Quién los invitó a todos aquí? Ni siquiera ha habido una sola línea de aviso
en la prensa, y sin embargo, han venido por miles. Ustedes se apegan a Mí. Yo no tengo apego. Sólo estoy apegado a la tarea para la cual he
venido.
Pero de
una cosa pueden estar seguros; vengan a Mí o no, todos son Míos. Esta Shivamatha,
esta Madre Sai, tiene el amor de mil madres para Sus hijos; es por esto que Me
ven tan ocupado en cuidarlos y estimularlos.
Cuando parezco estar enojado, recuerden, es sólo amor bajo otra forma,
pues no tengo ni el más mínimo rasgo de ira en Mí; sólo demuestro Mi desaliento
cuando no se corrigen como Yo les digo.
Si Yo los dirijo por una línea de acción, reflexionen sobre Mi consejo,
tienen la plena libertad de hacerlo; de hecho, Me complace que lo hagan, no Me
gusta la obediencia servil. Si sienten
que les va a ayudar a llegar a la meta, síganlo, si no, vayan a algún otro
lugar. Pero dejen que les diga una cosa:
dondequiera que vayan, sólo se encontrarán conmigo. Estoy en todas partes.
¿Han
oído la historia del conejo que había pedido prestados a la Madre Tierra cuatro
céntimos? Él pensó que si se mudaba a
otra región estaría libre de la obligación de pagar. Así, un día corrió lo más rápido que sus
cuatro patas le permitieron y fue muy, muy lejos de lugar donde había recibido
el préstamo. Finalmente se sentó con gran
alivio y se dijo: “ahora nadie me va a pedir la devolución del dinero”. ¡Cuál no fue su sorpresa cuando desde lo
profundo de la tierra oyó una voz! “La Madre Tierra está justo debajo de tus
pies, aquí. No puedes escaparte de mí;
no importa lo lejos que corras”.
Así
también, no pueden escaparse de Mí. ¡Yo
exijo buena conducta, buenas costumbres, buenos pensamientos, buena compañía,
dondequiera que busquen su refugio! ¿Y cuál es la razón de que se vayan? Sólo aquellos que ignoran la felicidad, el
consuelo, el amor, el valor de la bendición que han recibido aquí, sólo
aquellos que creen lo que oyen y no lo que ven, lo harán. Dentro de pocos momentos presenciarán la
aparición del lingam que se está
formando dentro de Mi cuerpo; se acerca la salida del lingam, lo estarán viendo y recibirán las bendiciones que de él
emanan y, sin embargo, habrá algunos entre ustedes que dudarán y lo
negarán. Ese es el karma de tales personas.
¿Qué más pueden hacer? [Aquí Sai Baba
cesó de hablar y empezaron los movimientos, primero en la región del abdomen,
luego en el pecho y la garganta; Sai se movía de un lado a otro; se apoyó en la
mesa, bebió agua, y finalmente, después de casi veinte minutos, un lingam
rosado salió de Su boca. Sosteniéndolo
entre el pulgar y el índice de Su mano derecha, Sai Baba siguió hablando acerca
del lingam].
Este es
el Brahmanda lingam, el lingam en forma del huevo de Brahma; dentro de él giran los nueve
planetas (navagrahas), el universo
entero está representado allí, todos los planetas y sus satélites, el fuego
primordial, las nubes de polvo primordial; y, encima del anda, hay un ojo impreso: el ojo del Uno y eterno Testigo. En
verdad son ustedes benditos, el mérito de muchos nacimientos los ha traído aquí
para ver este gran fenómeno, esta rara creación. Años de adoración o de votos y ayunos
rituales no pueden dar la oportunidad única que ahora han tenido,
recuérdenlo. Usen esta buena fortuna
para escuchar consejos divinos, para seleccionar buenas compañías y para
esforzarse más seriamente por alcanzar la meta.
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