No el mundo sino el Señor del mundo
8 de Marzo de
1967
Prashanti Nilayam
Saben que hoy es un festival sagrado en Prashanti Nilayam y que miles se han reunido aquí para participar
en él. La mayoría de ellos han venido con un fardo de dolor que esperan poder
descargar aquí; muchos están orando por el alivio de sus males físicos o
mentales; algunos están agobiados por el peso de la miseria. La mayoría tiene
algún dolor u otro, alguna pérdida u otra, para lo cual ansía alivio. Mi tarea
es reducir su aflicción. "Narayana
es el doctor que destruye la enfermedad" (Vaidyo Narayano harin), declaran
los Vedas, de modo que éste es el
trabajo que haré.
El doctor es quien hace la operación quirúrgica más importante,
o la tarea principal de diagnosticar y prescribir. El resto es hecho por las
enfermeras, ¿no es así? Atienden a los pacientes con amabilidad y
consideración, cuidan de su alimento, su temperatura, sus movimientos, y con
amoroso cuidado ayudan a la recuperación. Es ésta la clase de servicio que yo
les estoy asignando a ustedes hoy. Si fallan en sus deberes con estos
pacientes, si no siguen estrictamente las instrucciones del doctor y atienden a
sus necesidades tal como se indicó, estarán complicando el trabajo y causando
un gran daño.
La inmortalidad no puede alcanzarse por medio de los rituales,
el linaje o la riqueza, sino únicamente por medio del sacrificio y la
renunciación. Ésta es la declaración de los Vedas.
El servicio, en el que ustedes se están iniciando, es el primer paso en el
adiestramiento para este sacrificio. El servicio es la más alta práctica
espiritual, pues Dios mismo toma forma humana y viene a servir a la humanidad y
a llevarla a los ideales que ha ignorado. Por lo tanto, consideren, ¡cuán
complacido estará Dios cuando el hombre sirve al hombre!
Muchas personas vienen a Prashanti
Nilayam totalmente solas a pesar de su vejez o enfermedad, pues son
demasiado pobres para pagar un acompañante o están demasiado desamparadas para
tener uno. Ustedes deben estar pendientes de tales personas y buscar las
oportunidades de ayudarlas. No esperen hasta que se desmayen o caigan.
Siéntenlas en la sombra o dentro de los cobertizos y alivien su cansancio o su
sed de la mejor manera y lo más rápidamente que puedan. Convenzan a las
personas más jóvenes y más sanas de que desocupen sus asientos para dárselos a
estas personas ancianas y enfermas. Y no ocupen ustedes las primeras filas. La
insignia no les confiere ningún privilegio; sólo les da responsabilidades. No
traten de llegar al frente en su ansiedad por verme de cerca. Dondequiera que
estén, aun en el rincón más alejado, si cumplen de buena gana con el deber que
les confío, estaré con ustedes, a su lado, no lo duden. Llevan mi retrato en la
insignia, pero estoy en su corazón todo el tiempo.
En estos días hace mucho calor y así, tendrán un servicio más
que cumplir: dar agua a los sedientos. E1 cuerpo sufre de sed de agua; ésta se
llama trishna; el espíritu tiene una sed más aguda: Krishna. La sed mundana es desastrosa; hace al hombre bestial en
sus esfuerzos por satisfacerla. Si la Tierra fuera un poco más pequeña, el
hombre ya se la habría tragado; afortunadamente es un poco grande.
Pero ahora ustedes no están preocupados por el mundo, sino por
el Señor del Mundo. Obedezcan la orden del Señor. No deben preocuparse si no
tienen tiempo para hacer sus prácticas de repetición del Nombre, meditación u
oración.
Shankara, el gran maestro espiritual, tenía cuatro discípulos
principales: Throtaka, Hastamalaka,
Sureswara y Padmapada. De ellos, este último estaba empeñado solamente en
el servicio a su guru, de tal modo
que no ponía atención a las lecciones. Los otros discípulos solían burlarse de
él a causa de su retraso en el estudio. Sin embargo, su profunda reverencia por
su guru lo compensaba de aquellas
burlas. Un día, Padmapada lavó las
ropas de su maestro y las puso a secar sobre una roca en medio del río, pero
justo cuando iba a recogerlas, el río creció con una turbulenta corriente y el
muchacho encontró un precario refugio en la punta de la roca. Pero se estaba
haciendo tarde y el guru necesitaba
pronto la ropa lavada, por lo que Padmapada
se decidió a cruzar sobre las enfurecidas aguas. Sabía que las bendiciones de
su guru lo salvarían. Empezó a
caminar, y en cada sitio en que ponía sus pies brotaba un fragante loto que lo
sostenía en sus pétalos. Es por esto que llegó a ser conocido como Padmapada, "el de pies de loto".
La gracia del guru le dio la
habilidad de dominar todo el conocimiento y brillar como un luminoso exponente
de la antigua sabiduría.
La vida es corta, y puede terminar en cualquier momento. El
cuerpo puede caer y liberarlos sin previo aviso. Por eso, mientras puedan deben
dedicar su corazón a Dios, quien se lo ha dado. Su corazón es su testigo;
pregúntenle si han obedecido las instrucciones del Señor. Mil personas pueden
jurar que ustedes no lo han hecho, pero si su conciencia afirma que sí, no
deben tener miedo. Había una vez un avaro muy astuto que decía que Dios no
necesitaba recibir ninguna ofrenda, pues con el néctar en Su estómago no
sentiría hambre ni sed. Argüía que sería sacrílego verter agua sobre Su
estatua, porque el Ganges brota de Sus
pies y no sería apropiado aplicar sobre la cabeza lo que se había originado en
los pies. Así también, descartó la idea de ofrecerle la flor de loto ya que florecía
en Su ombligo. Todas éstas no son sino excusas con las cuales no se puede
engañar a la conciencia. ¿No hacen las personas a veces una corona para la
estatua con el oro que una vez formó una ajorca para su pie? La veneración
puede transformar y hacer las cosas sagradas y puras. No inventen excusas para
evitar el servicio a Dios. Sirvan a Dios sirviendo a los que buscan a Dios. El
Señor aprecia este servicio por encima de todo. El principal resultado del
servicio es la eliminación del egoísmo. Suradas
oró para que pudiera ser el sirviente de los sirvientes del Señor de manera
que no quedara ni traza de ego en él. Ésta es la razón por la cual en otros
tiempos el alumno que vivía con el guru
tenía que ir a mendigar su alimento. Suradas
dijo: "El Señor no necesita mis
servicios; Él lo tiene todo. Él tiene muchos devotos más eficientes que yo.
Pero éstos, Sus devotos, están afligidos; necesitan cuidado; los serviré y así
me elevaré".
Ustedes están sirviendo ahora a los realmente necesitados.
Cuando se celebra un matrimonio en su casa, obligan a la gente que ya está
satisfecha a que coma más y más, causando así un desperdicio. Mientras los bien
alimentados son sobrealimentados en contra de su voluntad, los hambrientos que
claman en la puerta por un mendrugo son alejados con una lluvia de voces
destempladas. Suradas le dijo a Krishna: "Tú estás siempre satisfecho,
eternamente pleno y libre. ¿Por qué debería servirte? Serviré a aquellos que
necesitan ayuda". Vean Lo Universal en todos; vean a todos como olas
semejantes, sostenidas por el mismo mar. Desarrollen ese parentesco, ese amor,
esa simpatía. Sirvan a los demás no con el sentimiento de que son otros, sino
con la actitud de adoración que ustedes reservan a Dios. Un solo acto de
servicio ofrecido al Dios que ustedes ven en otro vale por todos los años de
anhelo por Dios.
Pueden preguntar: "Swami,
cuando uno encuentra a una persona que se comporta mal, viciosamente, ¿cómo
podemos amarla?, ¿cómo podemos reverenciarla?, ¿qué quieres que hagamos?"
En tal situación, consideren una cosa: ¿quién es el que comete qué mal?, ¿qué
es lo que impulsó el acto?, ¿quién hizo la acción? El cuerpo. ¿Qué impulsó al
cuerpo? La mente. ¿Por qué fue obligado a hacerlo? Debido a la influencia de su
karma, el efecto acumulativo de sus actividades
y actitudes durante muchas vidas en el pasado. El Alma en él no está apegada a
ninguna acción o motivo. Esa Alma es divina; ámenla, reveréncienla. Ésa es mi
respuesta. Si lo ponemos en términos más sencillos, al pasar por una calle
observan un gran retrato de Swami
sobre la entrada de una casa y se dan cuenta de que es la casa de un acérrimo
enemigo suyo. ¿Van a reverenciar menos el retrato porque el dueño de la casa no
merece su amor? Claro que aman al retrato y lo adoran, dondequiera que se encuentre,
¿no es así? Del mismo modo, reverencien al Alma en cada uno; es Dios quien
reside en cada uno. ¿Por qué deben poner atención a sus faltas y vicios? Su
deber es servir, no buscar faltas. Sirvan con todo su corazón, con un amor puro
y sin mácula. Bajo mi invisible supervisión y guía deben servirlos y aliviar
sus dolores y problemas.
Hay una canción popular en telugu que dice: "Brindavan es de cada uno, Govinda pertenece a todos". Así
también, Prashanti Nilayam pertenece
a cada uno, Baba pertenece a todos.
Al igual que en un hospital todos los pacientes tienen el derecho a ser
tratados y obtener las medicinas, aquí también cada uno de los que vienen tiene
que ser honrado y servido. Hablen dulce y suavemente a los que sufren de dolor
y aflicción. Cuando una persona sufre de fiebre, acérquense a ella y
pregúntenle agradable y consoladoramente: "¿Qué
le sucede? ¿Dónde le duele? ¿Qué le puedo traer? ¿Le puedo traer alguna
medicina o debo llamar al médico? No se preocupe, nos ocuparemos de
usted". Entonces, esas palabras tan llenas de amor reducirán el
sufrimiento. Llenos de gratitud dirán para sus adentros: "¡Oh, qué ternura, qué bondad! Benditos son los padres que pueden
llamar a éstos «mis hijos»" y los bendecirán desde el fondo de sus
corazones. "Ni aun en casa la gente nos trata tan amorosamente", confesarán.
Ése es el fruto que deben esforzarse por alcanzar. Si alguien que tiene sed les
pide agua, no se enojen y digan: "No
estoy aquí para darles agua cuando la piden; espera un poco. Swami va a entrar
al auditorio. No me moveré ahora para atender tus exigencias". El darshan (la visión) de Swami obtenido por un comportamiento tan
duro no será de ningún beneficio para ustedes.
Estén vigilantes para aprovechar todas las oportunidades de
servicio que le dan felicidad a Swami.
Hablen dulcemente, mantengan la limpieza y sean útiles a los que necesitan
servicio. Procuren dar un ejemplo a los demás. No se apresuren a callar a las
personas que hablan alto; acérquense a ellas y con educación explíquenles por
qué se insiste en el silencio; díganles que es el primer paso en la práctica
espiritual, que deben aprender a mantener la paz suprema no sólo aquí, sino
dondequiera que se encuentren; que la lengua no tiene tarea aquí, que es todo
para el ojo y el oído; la gente seguramente seguirá sus instrucciones si
conocen el por qué y el cómo. Díganles que al hablar alto están disminuyendo su
propia paz y perturbando a los demás. No causen más ruido del necesario. Cuando
vayan a tender su cama, no tiren la colchoneta al piso con un fuerte ruido.
Debo decirles algo a los voluntarios hombres con cierto énfasis.
Tienden a vagar fuera del área del Nilayam
y sentarse en las tiendas y restaurantes, hablando con todos de cosas
triviales. Han gastado mucho dinero para venir aquí y han venido con la
esperanza de obtener paz, pero una vez que salen al mercado, todos los viejos
impulsos los arrastran al remolino de las cosas mundanas. Si es comodidad lo
que necesitan, podrían haberse quedado en casa. Si es gracia, paz, conocimiento
del sendero, buenas compañías, entonces permanezcan adentro y guíense por la
disciplina del Nilayam. Tomen
conciencia de la grandísima buena fortuna que tienen al haber sido escogidos
por Mí para este servicio, cuando hay miles afuera esperando ansiosos una sola palabra
Mía. La insignia es una indicación del Sai
dentro de ustedes, les advierte que no son un fajo de pasiones y emociones,
que no son este cuerpo, sino el reflejo de Dios, que es la imagen. La insignia
tiene también el Om, el Pranava; adórenlo, mediten sobre su
significado, valórenlo como una iniciación. Presiónenlo contra sus ojos cuando
se acuesten y cuando se levanten, orando: "Oh
Señor, que todos mis actos sean puros y sagrados".
Todos los que se han reunido aquí son sus parientes, sus
hermanos y hermanas. No se preocupen por su programa diario de repetición del
Nombre, meditación o culto, que quizá tengan que dejar a un lado; ni siquiera
por su rutina diaria de alimento, descanso y sueño, que se verá alterada. No
estarán perdiendo la oportunidad del cielo si pierden los votos de vigilia y
ayuno del Shivaratri. Shiva demostró
una vez a Parvati que de los cientos
que se bañaban en el Ganges y
llevaban el agua sagrada al templo de Vishveshvara,
en Kasi, nadie tuvo una gota de
compasión por un mendigo que se estaba muriendo en la calle y cuya esposa pedía
un vaso de agua para saciar su sed. Un ladrón sí sintió piedad; le dio el agua
y se ganó la gracia del Señor, no así los demás peregrinos, que, ansiosos por
los rituales, bañaron la estatua de Vishveshvara
con el agua del Ganges murmurando
himnos védicos ese día de Shivaratri.
Mañana por la mañana tendremos el acto de izamiento de la
bandera. En la noche tendrá lugar la creación del Lingam (símbolo de la energía creadora) y por eso miles han venido
y muchos miles más van a reunirse. Sírvanlos con alegría y eficiencia;
sírvanlos de manera que tengan felices recuerdos de Prashanti Nilayam y de los voluntarios.
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