Dharma Vahini ( Torrente de Virtud )
( Impreso en castellano en Torrente de Virtud (Dharma Vahini) cap. 07 )
Todo lo que es visible brilla corno Gayatri, pues la palabra misma es Gayatri (oración a la Inteligencia Suprema); todos los objetos se indican por medio de palabras y se resumen con ellas. La palabra es sonido hablado. Es ella la que describe los objetos y la que los define y los designa. Todos los objetos pertenecen también al Mundo. Nada puede ir más allá del lenguaje. Este mundo es el cuerpo del hombre; no puede salirse de él. El aire vital lo sostiene. La respiración o aire vital está dentro del corazón o asiento de la conciencia. Y el aire vital no puede moverse fuera ni ir más allá de la conciencia.
Gayatri tiene cuatro pies y seis categorías. Las categorías son: lenguaje, objetos, mundo, cuerpo, aliento vital y corazón (conciencia). El Ser que es enaltecido por este Gayatri es, sin lugar a dudas, sublime, sagrado y glorioso. Toda esta multiplicidad tangible es, como ya se ha dicho, apenas una fracción de Su Cuerpo. El número y la naturaleza, la medida y el significado de los objetos están más allá del entendimiento. No obstante ello, todo esto no es sino una cuarta parte de Su Magnificencia. Las otras tres cuartas partes son Su Forma Resplandeciente e Inmortal.
Es imposible aprehender el Misterio de esa Forma llena de esplendor. Este Ser indicado por el Gayatri es aquél a que se hace referencia como Brahmán (Personalidad Cósmica, Eterno Absoluto, el YO).
El es el espacio primordial, que esta más allá de la comprensión humana. El período que el hombre pasa despierto, se designa como el estado durante el cual la Personalidad Cósmica constituye el espacio en el interior de la personalidad del hombre. En el período del sueño ligero Él es el espacio en el corazón o asiento de la conciencia del ser humano. La llena y la colma; durante el “Periodo de! Sueño Profundo” Todo el que conoce esta Verdad profunda alcanza la Plenitud de lo Absoluto. Vale, decir, el que CONOCE los tres estados primordiales: el Despierto (el del “mundo”), el del “Ensueño” y el del “Sueño Profundo”, es lo Absoluto, es él mismo, Brahmán.
¡Qué ridículo es que este Ser, conocido como el morador interno (Alma), que exhibe el nombre de encarnación del Espíritu Divino, llegue a convertirse en depositario de egoísmo y sus consecuentes impurezas, ocupado en la tarea profana de cometer injusticia! ¡Qué calamidad! Al menos para ser conocido incluso hoy como "la manifestación de lo Divino", el hombre debería tratar de practicar el sendero que le otorgará una fracción de esa Gloria.
Entonces ¿qué habremos de decir de un individuo moral? ¿Cómo pueden los varones, que no se han preocupado de merecer siquiera una parle infinitesimal de la Gloria del Señor, pretender que están practicando las virtudes que denotan la verdadera masculinidad? ¡No, ni siquiera la búsqueda más diligente revelará ahora una parte de ellas! Como lo dijera antaño un santo visionario:
“Cuando el dos veces nacido cesa de practicar la adoración impuesta por el cordón sagrado, cae en la perdición”. (Dos veces nacido significa la persona que, habiendo nacido en una religión, es confirmado en ella a la edad de la pubertad, cuando elige esa religión con plena comprensión. En el hinduismo esa ceremonia se lleva a cabo colocando un cordón alrededor del tórax y el hombro del joven varón. El cordón simboliza su obligación de permanecer unido a su esencia Interna que es lo Absoluto. Al mismo tiempo se le susurra al oído la fórmula sagrada llamada Gayatri, y se le recomienda su diaria recitación. Otras religiones imponen obligaciones similares a los adolescentes, obligándolos a practicar ciertos ritos y oraciones para alcanzar la meta prescripta por su propia religión, la unificación con el Ser Supremo. N. del T.) Aquellos que descuidan la adoración que les ha sido impuesta, no tienen derecho alguno a otro tipo de ritual.
Samdhyaa heeno suchirnithyam, anarhah sarva karmasu Yadh anyath kuruthe karmano thasya phala bhaagbhaveth.
Los sabios de la antigüedad llevaron a cabo escrupulosamente la adoración impuesta por el cordón, en forma ininterrumpida, por muchos años, razón por la cual tuvieron larga vida, gloria, sabiduría y el esplendor de la Divinidad; esto también lo menciona Manu. Por lo tanto, desde cualquier ángulo que lo consideremos, ninguna persona que pertenezca a la casta de sacerdotes y educadores (Brahmines) puede ser merecedora de esa condición si no medita en el Gayatri.
Por supuesto, lo que se quiere indicar por Brahmín en este contexto, es al hombre que ha reconocido que la parte esencial de su Ser es lo Absoluto y que se ha purificado en la adoración de su Divina Esencia, la ininterrumpida contemplación del Eterno Absoluto. Esto no tiene nada que ver con casta ni religión. Pero, aquellos que han heredado el nombre de Brahmín, tienen una responsabilidad especial en adherirse al culto del cordón y la recitación de la fórmula de Gayatri.
¿Qué significa exactamente el rito del cordón? Denota específicamente la correcta e intensiva meditación en el Señor; significa estar continuamente concentrado en la Divinidad, Para fijar la mente en Dios, deben controlarse las actividades. Para tener éxito en ese proceso de control hay que vencer las desventajas que nacen de las conductas humanas: la pura y desinteresada; la mera actividad cuyos actos están empañados por el ego; y la inercia y falta de discernimiento. Cuando estos aspectos del impulso natural predominan y tratan de conducir al hombre por sus canales, uno debe rezar a Dios para contrarrestar su influencia. Este es el primer deber de la persona que se esfuerza por acercarse a Dios.
Es la ley de la naturaleza, que la mañana es el período en que predomina la calidad o tendencia de la pureza (sátvica), el mediodía es el tiempo en que reina la tendencia activa (rajásica) y el anochecer es cuando predomina la naturaleza inerte (tamásica). En la madrugada la mente se despierta de la comodidad del sueño, libre de agitaciones y depresiones y por lo tanto la mente está clara y tranquila. En esos momentos, en esa condición mental, la meditación en Dios es muy fructuosa, como todos lo saben. Por esta razón es que se prescribe la adoración del cordón o meditación al amanecer. Sin embargo ignorando el significado, los hombres continúan llevando a cabo el ritual en forma ciega y mecánica, simplemente porque los hombres de antaño prescribieron la norma. El segundo deber del hombre es practicar la adoración o meditación en la Divinidad interna, después de haberse dado cuenta de su significado interno o profundo.
A medida que avanza el día, el hombre va siendo imbuido por la tendencia activa (rajásica), la naturaleza que tiende a desplegar esfuerzo se hace predominante, y entra al terreno del trabajo y esfuerzo diarios. Antes de que tome su alimento del mediodía se le encomienda meditar nuevamente en Dios y dedicarle a El tanto su labor, como los frutos que de ella derivan, Puede comenzar a consumir sus alimentos solamente cuando haya cumplido con este acto de devoción y remembranza y esté lleno de gratitud gracias a él. Al observar este ritual, la tendencia activa y apasionada se logra controlar y predomina la de la pureza. Este es el tercer deber de todos los hombres.
Luego el hombre es poseído por una tercera naturaleza, la sensual y perezosa. Cuando llega la noche, corre a su hogar, come hasta satisfacerse y es abrumado por el sueño. Pero aún le espera un último deber. Comer y dormir es el destino de zánganos y holgazanes. Cuando la peor de las tendencias, la de la pereza y la sensualidad amenazan con predominar, el hombre debe hacer un esfuerzo especial por escapar de sus redes, recurriendo a la oración en compañía de aquellos que alaban a Dios, leyendo sobre la Gloria del Señor, tratando de cultivar buenas virtudes y cuidando de poner en práctica las correctas normas de conducta, imbuidas de buenos propósitos. Esta es la adoración de la noche, prescrita por la obligación que impone el cordón sagrado.
Por lo tanto, la mente que emerge de la vacuidad del sueño debe ser entrenada y guiada en forma apropiada, debe hacérsele sentir que la beatitud de la meditación y la dicha de estar inconsciente del mundo exterior, son mucho más grandiosas y duraderas que la comodidad que se logra mediante la dosis diaria del sueño físico. Esta dicha, esta beatitud pueden ser experimentadas por todos; y la percibirán gracias al discernimiento. Este es el cuarto deber del hombre.
El hombre que, mientras tenga vida, observe los tres períodos de meditación al día, es sin dada alguna un ser que pertenece al tipo más elevado; está lleno de Gloria y obtiene todo lo que desea. Por encima de todo se está liberando en vida, es un Alma realizada.
Hay que cuidarse de las oraciones de lamañana y de la tarde no sean tomadas como una mera rutina, una de tantas. Esta adoración debe practicarse con pleno conocimiento de su significado, sumiéndose en el sentido interno. Uno debería captar claramente el sentido del Mantra del Gayatri. Es necesario sentir la Identidad entre ese Ser Luminoso a que se hace mención allí, y uno mismo. Solamente aquellos que ignoran el verdadero significado de la fórmula sagrada son capaces de descuidar su repetición.
Manu, el primer legislador, pone especial énfasis en esto, y el motivo por el cual ha declarado que el Gayatri es como el aliento de vida mismo del Brahmín. Y esto no es solamente una declaración suya, sino que se trata de la Verdad. ¿Qué podría resultar más eficiente para la elevación espiritual que meditar en el Resplandor que ilumina y nutre el intelecto del hombre? ¿Qué sería más vitalmente fructífero que la oración que busca salvar la mente de las tendencias hacia el pecado?
Para el hombre no existe mejor armadura que el cultivo de las virtudes. Manu expresa que el Brahmín no perderá su posición en tanto insista tenazmente en el Gayatri y se deje inspirar por su significado. Dice que si es excesivamente débil para proseguir el estudio de los Vedas, tiene que recitar al menos el Gayatri y adherirse a él hasta el fin.Las escrituras afirman también que no hay mayor tesoro que el Gayatri.
La fuerza espiritual puede llevar a cabo todas las tareas en este mundo; y como el Gayatri confiere fortaleza interna, para incrementar esa fuerza, ella debe ser cultivada con cuidado y en el momento oportuno. Para el desarrollo y crecimiento del cuerpo la comida pura es muy necesaria, ¿no es así? De la misma manera el brillo del sol en forma de imaginación creativa, tiene que ser atraído para reforzar el resplandor interno del hombre. Cuando la fuerza espiritual crece, los sentidos también se hallan activados, y son canalizados hacia acciones fructíferas.
Cuando decrece esa fuerza, los sentidos languidecen y fallan. Similarmente, si la energía solar es aspirada en el momento oportuno, ello actúa como las semillas plantadas en época favorable, y la cosecha está prácticamente asegurada- ¿Puede acaso la oscuridad ocultar y confundir cuando se ha levantado el sol y ha bañado la tierra en su esplendor? ¿Puede prevalecer la pena cuando nos hemos llenado de ese brillo esplendoroso? ¿Cómo podemos carecer de fuerza, la fuerza derivada de la fuente misma, de lo Absoluto? La técnica de este proceso ha sido delineada por los sabios de la antigüedad para beneficio de todos los aspirantes. Apréndanla y practíquenla, y por vuestra propia experiencia, podrán comprobar la Verdad del sendero que trazaron.
¿Cuál es el propósito del sacramento del cordón sagrado? ¿Cuál es el Mantra o fórmula sagrada en el que fueron iniciados en ese día? ¿Por qué fue enseñado únicamente ese Mantra entonces? ¿Por qué no se le otorga la misma importancia a otras fórmulas místicas? Reflexionen un poco sobre estos puntos y llegaréis a la conclusión de que el Gayatri es el Monarca de todas las fórmulas sagradas. También descubrirán que los rituales brillarán con un nuevo sentido y que las reglas y restricciones están llenas de propósitos. Las obras y acciones de los antepasados parecerán repletas de sentido. Si no tratáis de conocer el significado, lo interpretaréis según vuestro capricho, y os confundiréis en trucos y estratagemas, tratando de evitar las obligaciones de la vida. Os hallaréis prisioneros de la injusticia y la negación, la ignorancia y el vicio.
Bien, ¿cuál es el verdadero significado de la palabra Gayatri? ¿Es que hay alguien hoy en día que trate de saber esto? Se cree que significa una Diosa o una fórmula. Gayatri es Aquello que protege (Tra) los sentidos y los aires vitales, comenzando por la voz, el sonido o la palabra. Además se dice:
aquello que salva a los que lo cantan, o lo reverencian, o lo repiten, o meditan en ello se llama Gayatri.
Gaayantham thraayathe yasmaath Gayatri, thena kathyathe.
Es esta fórmula sagrada la que transformó a grandes visionarios como Raharshi y a Viswamithra en conocedores de lo Absoluto. La madre que es el Veda, conferirá toda la Gracia a aquellos que la veneren. Esa Diosa se describe en términos gloriosos en las escrituras que analizan el conocimiento de lo Absoluto y que elucidan la virtud. Si uno las comprende claramente, se puede llegar a la realización sin ayuda.
La virtud, el Dharma, la obligación sagrada llena de tan profundos misterios, se trata de racionalizar hoy en día y se la interpreta en forma caprichosa y testaruda, dándole sentidos mezquinos y divergentes. Esta es la razón por la cual la virtud ha comenzado a declinar sus pasos tan agigantados. Por esto es imperativo revivir la antigua sabiduría y los principios de interpretación que le son naturales a la verdad espiritual, que es la base de esa virtud. De lo contrario el significado es desvirtuado y pierde sentido hasta volverse irreconocible y prevalecen sólo los caprichos individuales. Cada acto, sin que importe su naturaleza, se tildara de virtuoso.
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