Sean
felices cuando se les pone a prueba
18 de Febrero de 1966
Prashanti Nilayam
Shivaratri
Bharat significa la tierra
donde hay apego (rathi) por Dios (Bha o Bhagavan); y así, todos los días,
todas las montañas, todos los ríos, son sagrados para las personas nacidas
aquí. El Ganges es sagrado desde su
fuente hasta su desembocadura en el mar, pero además, hay ciertos lugares
asociados con algún hecho sagrado, un sabio, un visionario o un templo, que son
tratados con especial reverencia; lugares tales son Rishikesh, Benares, Prayag, Haridvar, etc. Así también, entre los
días del año hay algunos que son considerados más santos, durante los cuales
los aspirantes hacen un esfuerzo especial para acercarse a Dios por medio de
algún culto, repetición del Nombre o meditación especial.
Shivaratri es un día así.
Para
ustedes que están reunidos aquí, es un día que atesorarán en su memoria para
toda la vida. El reunirse con peregrinos y aspirantes como ustedes es una buena
fortuna que llega muy raras veces. Cada uno de ustedes es un templo, con el
Señor instalado en su corazón, sépanlo o no. En el Purusha Sukta el Señor es descripto con “mil cabezas”; no significa
que tiene sólo mil cabezas, ni una más ni una menos; significa que “las mil
cabezas” que están ahora delante de mí tienen un solo corazón, que da vida y
energía a todas, y ese corazón es el Señor. Nadie está separado de su vecino;
todos están unidos por una sola sangre vital que fluye a través de innumerables
cuerpos. Ésa es la valiosa enseñanza del Sanathana
Dharma que necesita el mundo. Y este precioso mensaje es el que los hijos
de Bharat han olvidado,
desgraciadamente.
El
Señor ha provisto al hombre de un cuerpo del cual cada miembro y cada órgano es
merecedor de reverente atención.
Cada
uno debe ser usado para su gloria. El oído debe alegrarse cuando tiene la
oportunidad de escuchar las maravillosas historias de Dios. La lengua debe
alegrarse cuando lo alaba. De otra forma, la lengua del hombre sería tan inútil
como la de las ranas que croan día y noche en la ribera de la ciénaga. Krishna le respondió a Duryodhana, cuando éste dijo que no le
tenía miedo ni a Dios ni al hombre, que era en verdad muy digno de compasión.
Los animales temen, pero las fieras aterran. El hombre no debe ser uno ni otro.
No debe aterrorizar ni ser aterrorizado; no debe ser cobarde ni fanfarrón y
agresivo. Si es cobarde, es un animal; si es agresivo, es un ogro.
Es
debido a que sienten el impulso de usar el cuerpo con el cual han sido dotados
para este alto propósito que están aquí en Prashanti
Nilayam. El parentesco entre ustedes y de todos ustedes conmigo carece de
edad o época; es eterno. No está basado en relaciones mundanas; está basado en
las aspiraciones del corazón.
Es el lazo de la Morada de la Paz
Suprema.
El
cuerpo humano les ha sido dado para un gran propósito: el de realizar al Señor
interno. Si tienen un auto totalmente equipado y en buenas condiciones de
operación, ¿lo mantendrán en la cochera?
El auto
es primordialmente para salir de viaje; súbanse en él y échenlo a andar. Sólo
entonces merece la pena tenerlo. Es lo mismo con el cuerpo. Avancen hacia la
meta. Aprendan cómo usar las facultades del cuerpo, los sentidos, el intelecto
y la mente para lograr la meta y emprendan el camino.
A Brihaspati, el maestro de los dioses, un
día le preguntó su hijo si él no tenía ningún medio para liberarse del
recurrente dolor del nacimiento y la muerte. Contestó que sí lo tenía, sólo que
debía ganárselo y practicarlo por sí mismo. Muchos comienzan con una
debilitante falta de fe: ¿tendré éxito? ¿Podré tener éxito?
¿Cuánto
tiempo tendré que pasar en esta tarea? La verdad, la rectitud y el amor, si son
puestos en práctica, darán la fuerza necesaria para ganar la paz que viene de
la liberación. Entonces, el hijo le preguntó qué tenía que hacer; el padre le
dijo que sólo el renunciamiento a todos los apegos podía otorgarle la
liberación.
Estaba
muy contento de tener un hijo que buscara estas cosas elevadas de la vida. Era
muy diferente de los padres de hoy, que invitan a sus hijos a jugar a las cartas
con ellos y a desperdiciar las preciosas horas en juegos triviales. Si una
pregunta tal la hiciera un hijo hoy en día, el padre concluiría que el hijo se
ha vuelto loco y sería presa de toda clase de absurdos temores y empezaría a
pensar en remedios desesperados. Ésa es la tragedia de nuestro país.
El hijo
se fue lejos del hogar y después de ocho años de prácticas ascéticas, regresó
con una victoria sobre el hambre y la sed. El padre lo puso a prueba. Las
pruebas deben ser bien recibidas, pues sólo ellas pueden dar confianza. Cuando
clavan un clavo en la pared, tratan de moverlo un poquito para averiguar si
está bien firme. Las pruebas son necesarias en todo y más aún en el campo
espiritual, donde el éxito es a menudo engañoso y de poca duración. El hijo
admitió que no había ganado paz mental y fortaleza inquebrantable; el padre le
dijo que debía adquirir renunciamiento a todos los apegos. El hijo volvió a
irse a la selva y pasó allí un año completo, sin importarle si había sombra o
sol, calor o frío. Cuando regresó, el padre todavía no estaba contento, pues el
hijo no había desterrado todavía de sí un apego fundamental, el apego al “yo”. Todavía
estaba atrapado en la red de “yo” y “lo mío”. Una vez que el ego ha sido
suprimido, entonces, en ese mismo momento ocurren dos consecuencias: la
liberación del dolor y la adquisición de la felicidad.
Para
lograr esta gran consumación, deben dar un paso tras otro. Las buenas acciones
tales como el culto, la repetición del Nombre, la meditación, el cumplimiento
de votos, etc., son algunos de estos “pasos”; los buenos pensamientos, como las
oraciones por obtener un mayor discernimiento y más oportunidades para servir a
los demás, también ayudan. Lentamente, con paso firme, limpien la mente,
agudicen el intelecto, purifiquen los sentidos, y gánense la gracia. Han venido
aquí motivados por el amor; cultiven ese amor, muévanse con ese amor. Traten a
los viejos y a los enfermos que están aquí con especial cuidado; denles la
preferencia de estar a la sombra del Auditorio, y aquellos de ustedes que son
jóvenes y fuertes, cédanles su lugar. Observen las reglas disciplinarias que
han sido establecidas para ustedes y aprovechen y benefíciense del Lingodbhavan esta noche.
Prashanti Nilayam, Shivaratri
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