EL HINDUISMO COMO una filosofía religiosa ha existido desde los días de los Vedas, pero ha tenido que enfrentar y vencer muchos y diferentes obstáculos, períodos de esplendor y oscuridad e incursiones de diferentes culturas. Ha sobrevivido a todos estos embates y todavía está ileso e inquebrantable. Los que son expertos en este campo aclaman la excelencia de la religión hindú, porque ésta alienta la coexistencia de muchos rasgos culturales y los moldea en una forma distinta de vida.
La palabra hindú ha sido interpretada por los eruditos de diferentes maneras, pero el verdadero significado es: violencia (him o hirnsa), lejos de (du o dur): un pueblo que se mantiene alejado de la violencia. Los hindúes han estado orando desde tiempos inmemoriales por la paz y la prosperidad de todos los mundos. Su concepción de la inmanencia de Dios es fuerte e inquebrantable. Los rituales, las ceremonias, los votos y los ritos prescritos en el hinduismo están dirigidos a la promoción del bienestar de todos los mundos. Tal es la razón por la que el hinduismo todavía está vivo y activo.
Desde hace siglos y milenios, para el bienestar del mundo se han venido realizando en la India yajnas como el Vedapurusha saptah jñana yajna, que está siendo inaugurado aquí ahora. Estos ~as no deben ser efectuados con el fin de beneficiar a un individuo, una familia, una secta o casta, o a los que siguen una religión en particular. La meta es universal; los beneficiarios son todos los seres humanos, porque esos ~as calman los elementos, propician a las deidades que presiden sobre la tierra: el agua, el fuego, el viento y el cielo. Para la celebración de los ~as, los antiguos sabios escogían algún lugar apartado de los hombres, ya fuera una ribera o en lo más recóndito de un bosque. Nadie ni ningún grupo de hombres puede pretender que se le brinde atención especial. El yajna es privilegio de todos; se vuelve un triunfo a través del esfuerzo de todos. Ninguna persona se puede enorgullecer de que es indispensable. Puñados de granos traídos por personas que tenían un sincero deseo de participar eran reunidos y se acopiaba gran cantidad de maderos traídos por los sacerdotes para usarse como combustible en los rituales. Esto se hacía como símbolo de la unión de mentes y corazones y como una garantía de que cada uno podía compartir las bendiciones de los dioses que eran invocados por los mantras. Cuando se le da rienda suelta al ego de algunos y se ofrece fama a un individuo o grupo, como actualmente sucede con frecuencia en los ~as, éstos se vuelven impíos e infructuosos. Ésta es la razón por la que los mas se han vuelto ocasiones para ridiculizar y criticar en forma destructiva.
Existen dos tipos de yajnas: el externo y el interno. El primero es el reflejo del segundo. El yajna interno es el pájaro en la mano; el externo es el pájaro que está volando. Pero como en la actualidad están ausentes la visión y el impulso santificados, lo que está sucediendo es que se está soltando el pájaro en la mano, por querer atrapar al que vuela. Primero se debe comprender el valor y el significado del yajna interno. Esto implica la conciencia de la Divinidad que está adormecida, pero latente, en el mismo centro de nuestra realidad. Adórenla, propícienla, complázcanla, vuélvanse ella.
La mente es el altar; coloquen el animal que va a ser ofrendado (las cualidades malignas en nuestro carácter, comportamiento, actitudes, etcétera) y sacrifíquenlo a la deidad invocada. El hombre nace como hombre, pero cargado de instintos e impulsos animales que se han adherido a él durante las vidas anteriores en la escala animal. Él ha pasado a través de muchas existencias animales y cada una ha dejado su huella sobre su estructura mental, como queda una cicatriz sobre la piel cuando una herida sana. Por ejemplo, el hombre sufre la enfermedad del engreimiento agresivo, que en sánscrito es mada. Éste no es un rasgo natural del hombre; es un vestigio de una vida anterior como elefante. Algunas veces es un tonto digno de lástima, un murkha, como se denomina en sánscrito; ése es un vestigio de su existencia como oveja. Algunos tienen una tendencia innata a robar; esto también puede ser el recuerdo de sus años como gato, un astuto cazador. Algunos hombres están "dotados" generosamente de inconstancia y volubilidad, herencia proveniente de su existencia previa como mono. En sánscrito al hombre se le conoce como nara y al mono como vanara. Cuando se quita la cola (va o valam), vanara queda reducido a vara, el mono se vuelve hombre. El hombre ha perdido la cola pero todavía tiene la volubilidad y la inestabilidad de ese animal. La totalidad de esos atavismos animales debe ser sacrificada en el altar de la mente, como parte del yajna interno. El yajna externo visible es un medio para transmitir este mensaje y propósito internos. Cuando a los niños se les enseñan las letras, se eligen los objetos que pueden ver e identificar y se seleccionan las palabras por las que son conocidos. Debajo del grabado de una silla, se escribe la palabra y al niño se le pide que descubra que s, i, I, I, a, quiere decir "silla". Después se elimina el grabado porque ya no es útil. De igual manera, hasta que se aprende la lección, debe continuar el rito externo de los leños que se ofrecen al fuego del sacrificio. El rito es la caja fuerte y la destrucción de los impulsos animales, la joya que debe proteger.
Aquí vemos sacerdotes que son especialistas en las diferentes etapas de los sacrificios védicos. Oímos la recitación de himnos védicos; tenemos pandits leyendo el Ramayana, el Bhagavata y el Devibhagavata en los textos originales; tenemos la adoración ceremonial de Devi según los preceptos sánscritos; un pandit está concentrado en el puja de mil lingams; hay otro sacerdote que propicia al dios Sol mediante postración ritual acompañada de mantras, alabando su gloria. De esta manera, la Divinidad en todas sus manifestaciones de los elementos y fuerzas está siendo adorada durante siete días como parte de la ofrenda del Vedapurusha. Los cinco sentidos y sus impactos y las cinco envolturas que encierran el Alma, son simbolizados en estas actividades.
La envoltura o kosha más externa es la anamayakosha, compuesta del cuerpo material formado del ana, o la comida que nos nutre: Ana (el alimento), el cuerpo formado por ana y el hombre son productos de la misma sustancia, el suelo, tierra, bhumi. Para que el cuerpo material esté pleno de felicidad o bienaventuranza, las envolturas vital, mental e intelectual tienen que ser sublimadas. Todas las envolturas tienen que unirse finalmente en la iluminación de la sabiduría. La ofrenda en la llama santificada es el símbolo de esta consumación. El fuego que ustedes ven es alimentado por la leña y ghi, para que las llamas de sabiduría quemen los últimos vestigios de ego, ignorancia y deseo. Y ¿qué es exactamente el ghi que alimenta las llamas? Es mantequilla clarificada; la mantequilla viene de la cuajada; la cuajada es leche batida; la leche es un producto de la vaca; la vaca se mueve sobre cuatro patas que simbolizan los cuatro Vedas. De ese modo, simbólicamente los mismos Vedas ayudan a que brille la luz de la Sabiduría. Los Vedas son encarnaciones de la Verdad. La recitación de los Vedas purifica el ambiente y fortalece la voluntad de volverse esa Verdad. Estas lecciones son transmitidas simbólicamente mediante los diferentes actos ceremoniales que son parte de este sacrificio (yajna).
Muchos que no están conscientes de este significado, encuentran defectos en los que participan en esos yajnas; critican la pérdida de los granos y el ghi y lamentan el "desperdicio" de materiales preciosos causado por el comportamiento irracional de los sacerdotes. Pero los profetas que enunciaron los mantras y los Vedas que prescribían el ritual, y los que fielmente celebran el yajna, no tienen un pelo de tontos. Los ignorantes lamentan la pérdida cuando el agricultor esparce semillas sobre los campos arados porque no saben que cuando llega el momento de la cosecha, el agricultor puede recoger del campo diez veces la cantidad de grano sembrado. Una lata de ghí que se ofrece con los mantras adecuados en el fuego sagrado traerá como resultado un millón de latas de ghi para la humanidad. Las vibraciones de los mantras y el efecto de las ofrendas asegurará la prosperidad y el bienestar de todo el mundo. Los sabios y los antiguos profetas prescribían estos yajnas, movidos por compasión universal, para el bienestar de la humanidad. Así, los hombres de todos los climas y credos se benefician de que los hindúes persistan en el cumplimiento de las enseñanzas de los rishis.
El Mahabharata declara que "lo que no hay en Bharat no merece consideración reverencia)", y en Bharat el mensaje siempre ha sido tolerancia, respeto a todas las religiones, práctica de las enseñanzas esenciales de amor y servicio y renuncia al odio, la envidia y el orgullo. Este yajna les ayudará a comprender este mensaje y a vivir de acuerdo con él.
Desde hace siglos y milenios, para el bienestar del mundo se han venido realizando en la India yajnas como el Vedapurusha saptah jñana yajna, que está siendo inaugurado aquí ahora. Estos ~as no deben ser efectuados con el fin de beneficiar a un individuo, una familia, una secta o casta, o a los que siguen una religión en particular. La meta es universal; los beneficiarios son todos los seres humanos, porque esos ~as calman los elementos, propician a las deidades que presiden sobre la tierra: el agua, el fuego, el viento y el cielo. Para la celebración de los ~as, los antiguos sabios escogían algún lugar apartado de los hombres, ya fuera una ribera o en lo más recóndito de un bosque. Nadie ni ningún grupo de hombres puede pretender que se le brinde atención especial. El yajna es privilegio de todos; se vuelve un triunfo a través del esfuerzo de todos. Ninguna persona se puede enorgullecer de que es indispensable. Puñados de granos traídos por personas que tenían un sincero deseo de participar eran reunidos y se acopiaba gran cantidad de maderos traídos por los sacerdotes para usarse como combustible en los rituales. Esto se hacía como símbolo de la unión de mentes y corazones y como una garantía de que cada uno podía compartir las bendiciones de los dioses que eran invocados por los mantras. Cuando se le da rienda suelta al ego de algunos y se ofrece fama a un individuo o grupo, como actualmente sucede con frecuencia en los ~as, éstos se vuelven impíos e infructuosos. Ésta es la razón por la que los mas se han vuelto ocasiones para ridiculizar y criticar en forma destructiva.
Existen dos tipos de yajnas: el externo y el interno. El primero es el reflejo del segundo. El yajna interno es el pájaro en la mano; el externo es el pájaro que está volando. Pero como en la actualidad están ausentes la visión y el impulso santificados, lo que está sucediendo es que se está soltando el pájaro en la mano, por querer atrapar al que vuela. Primero se debe comprender el valor y el significado del yajna interno. Esto implica la conciencia de la Divinidad que está adormecida, pero latente, en el mismo centro de nuestra realidad. Adórenla, propícienla, complázcanla, vuélvanse ella.
La mente es el altar; coloquen el animal que va a ser ofrendado (las cualidades malignas en nuestro carácter, comportamiento, actitudes, etcétera) y sacrifíquenlo a la deidad invocada. El hombre nace como hombre, pero cargado de instintos e impulsos animales que se han adherido a él durante las vidas anteriores en la escala animal. Él ha pasado a través de muchas existencias animales y cada una ha dejado su huella sobre su estructura mental, como queda una cicatriz sobre la piel cuando una herida sana. Por ejemplo, el hombre sufre la enfermedad del engreimiento agresivo, que en sánscrito es mada. Éste no es un rasgo natural del hombre; es un vestigio de una vida anterior como elefante. Algunas veces es un tonto digno de lástima, un murkha, como se denomina en sánscrito; ése es un vestigio de su existencia como oveja. Algunos tienen una tendencia innata a robar; esto también puede ser el recuerdo de sus años como gato, un astuto cazador. Algunos hombres están "dotados" generosamente de inconstancia y volubilidad, herencia proveniente de su existencia previa como mono. En sánscrito al hombre se le conoce como nara y al mono como vanara. Cuando se quita la cola (va o valam), vanara queda reducido a vara, el mono se vuelve hombre. El hombre ha perdido la cola pero todavía tiene la volubilidad y la inestabilidad de ese animal. La totalidad de esos atavismos animales debe ser sacrificada en el altar de la mente, como parte del yajna interno. El yajna externo visible es un medio para transmitir este mensaje y propósito internos. Cuando a los niños se les enseñan las letras, se eligen los objetos que pueden ver e identificar y se seleccionan las palabras por las que son conocidos. Debajo del grabado de una silla, se escribe la palabra y al niño se le pide que descubra que s, i, I, I, a, quiere decir "silla". Después se elimina el grabado porque ya no es útil. De igual manera, hasta que se aprende la lección, debe continuar el rito externo de los leños que se ofrecen al fuego del sacrificio. El rito es la caja fuerte y la destrucción de los impulsos animales, la joya que debe proteger.
Aquí vemos sacerdotes que son especialistas en las diferentes etapas de los sacrificios védicos. Oímos la recitación de himnos védicos; tenemos pandits leyendo el Ramayana, el Bhagavata y el Devibhagavata en los textos originales; tenemos la adoración ceremonial de Devi según los preceptos sánscritos; un pandit está concentrado en el puja de mil lingams; hay otro sacerdote que propicia al dios Sol mediante postración ritual acompañada de mantras, alabando su gloria. De esta manera, la Divinidad en todas sus manifestaciones de los elementos y fuerzas está siendo adorada durante siete días como parte de la ofrenda del Vedapurusha. Los cinco sentidos y sus impactos y las cinco envolturas que encierran el Alma, son simbolizados en estas actividades.
La envoltura o kosha más externa es la anamayakosha, compuesta del cuerpo material formado del ana, o la comida que nos nutre: Ana (el alimento), el cuerpo formado por ana y el hombre son productos de la misma sustancia, el suelo, tierra, bhumi. Para que el cuerpo material esté pleno de felicidad o bienaventuranza, las envolturas vital, mental e intelectual tienen que ser sublimadas. Todas las envolturas tienen que unirse finalmente en la iluminación de la sabiduría. La ofrenda en la llama santificada es el símbolo de esta consumación. El fuego que ustedes ven es alimentado por la leña y ghi, para que las llamas de sabiduría quemen los últimos vestigios de ego, ignorancia y deseo. Y ¿qué es exactamente el ghi que alimenta las llamas? Es mantequilla clarificada; la mantequilla viene de la cuajada; la cuajada es leche batida; la leche es un producto de la vaca; la vaca se mueve sobre cuatro patas que simbolizan los cuatro Vedas. De ese modo, simbólicamente los mismos Vedas ayudan a que brille la luz de la Sabiduría. Los Vedas son encarnaciones de la Verdad. La recitación de los Vedas purifica el ambiente y fortalece la voluntad de volverse esa Verdad. Estas lecciones son transmitidas simbólicamente mediante los diferentes actos ceremoniales que son parte de este sacrificio (yajna).
Muchos que no están conscientes de este significado, encuentran defectos en los que participan en esos yajnas; critican la pérdida de los granos y el ghi y lamentan el "desperdicio" de materiales preciosos causado por el comportamiento irracional de los sacerdotes. Pero los profetas que enunciaron los mantras y los Vedas que prescribían el ritual, y los que fielmente celebran el yajna, no tienen un pelo de tontos. Los ignorantes lamentan la pérdida cuando el agricultor esparce semillas sobre los campos arados porque no saben que cuando llega el momento de la cosecha, el agricultor puede recoger del campo diez veces la cantidad de grano sembrado. Una lata de ghí que se ofrece con los mantras adecuados en el fuego sagrado traerá como resultado un millón de latas de ghi para la humanidad. Las vibraciones de los mantras y el efecto de las ofrendas asegurará la prosperidad y el bienestar de todo el mundo. Los sabios y los antiguos profetas prescribían estos yajnas, movidos por compasión universal, para el bienestar de la humanidad. Así, los hombres de todos los climas y credos se benefician de que los hindúes persistan en el cumplimiento de las enseñanzas de los rishis.
El Mahabharata declara que "lo que no hay en Bharat no merece consideración reverencia)", y en Bharat el mensaje siempre ha sido tolerancia, respeto a todas las religiones, práctica de las enseñanzas esenciales de amor y servicio y renuncia al odio, la envidia y el orgullo. Este yajna les ayudará a comprender este mensaje y a vivir de acuerdo con él.
SAI BABA
Prashanti Nilayam
25 IX 79
25 IX 79
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